Meditación
La
invitación de san Pablo no puede ser más objetiva y clara: lo que Dios quiere
es que seamos santos. Si bien en este pasaje propone a la comunidad de
Tesalónica algunas ideas y áreas en las que hay que trabajar continuamente como
son la castidad, el control de sí mismo, el trato a los demás y la caridad,
recordemos que el ser santos no es otra cosa que vivir de acuerdo al Evangelio.
Es
cierto que no es fácil, sobre todo en algunas áreas de nuestra vida; sin
embargo, contamos con la ayuda del Espíritu que, actuando desde dentro, va
sanando y fortaleciendo nuestra voluntad para que la vida de Dios se haga una
realidad en nosotros.
Si
el apóstol insiste en el área de la pureza sexual y de la relación entre
esposos es porque es un área que se ve continuamente amenazada por el pecado
(más en nuestros días). Busca agradar a Dios con toda tu vida, él te dará la
gracia y la fuerza para vivir lejos del pecado y así llevar una vida de paz y
gozo interior.
Oración
Espíritu
Santo, santifícame, llévame a la comunión plena con mi Señor y Dios; que cada
día pueda ir asemejándome más a él, y muriendo a mi hombre viejo dominado por
sus impulsos e impurezas.
Acción
Hoy
revisaré mis pensamientos y aquellos que sean impuros los presentaré al Señor,
y le pediré que me ayude a quitarlos; además planearé cómo sacarlos de mi
mente.
El
Evangelio de Hoy
Reflexión
Una
de las cosas para las que poco nos preparan y poco nos preparamos nosotros
mismos es para la muerte.
Se
nos olvida con facilidad que la vida presente es sólo transitoria, y que la
definitiva, empezará el día en que el Señor nos llame a participar del banquete
celeste. Por ello, este pasaje nos invita a considerar que un día el Señor
vendrá (día que se identifica esencialmente con nuestra muerte), y en ese
momento ya no podremos hacer nada. Ya no nos valdrá tocar a la puerta, pues si
no estamos listos la encontraremos cerrada.
Jesús
termina el pasaje diciendo: "estén preparados, pues no saben ni el día ni
la hora". Si hoy fuera el último día de tu vida en la tierra, ¿estás
preparado? ¿Está la lámpara del Evangelio encendida en tu corazón? ¿El aceite
del amor es abundante en tu vida de manera que si el Señor tarda, tendrás
suficiente para salir al encuentro con él?
La
vida es hermosa, pero es mucho más, cuando pensamos que un día, ésta se
transformará en gozo y felicidad eterna. Vivámosla con alegría, vivámosla
siempre preparados.
Shalom!
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