Primera
Lectura
Meditación
Un
pasaje sumamente rico el que nos propone hoy la lectura. En él podemos destacar
algunos elementos para nuestra reflexión diaria. Primero, el hecho de vivir una
vida totalmente cristiana, la cual debe ser auténtica, mostrando a los demás
las características esenciales de nuestra fe: la caridad y el perdón (que en su
mínima expresión se ha de traducir por “comprensión”, e incluso soportar por
amor al hermano). Esto es posible porque hemos sido fortalecidos con el
Espíritu Santo, Señor y dador de la vida que realiza en nosotros la presencia
continua de Dios.
Finalmente
nos presenta cómo la gracia actúa de diferente manera en cada uno pero con una
sola finalidad: que todos alcancemos "la estatura del varón perfecto que
es Cristo", es decir, la santidad. Llama la atención que el leccionario
traduce la palabra (hagioi en griego) que significa “santos” por “fieles”, pues
no se trata solo de ser fieles, que es fundamental, sino de ser Santos, ya que
esta es la medida de Cristo y es lo que él nos invitó a vivir: “Sean santos
como mi Padre es Santo”.
Todos
los dones que Dios ha dado a los pastores y a todos los miembros de la Iglesia
tienen como única finalidad que todos podamos alcanzar la santidad. Pongamos,
pues, nuestros dones al servicio de los demás y ayudémonos unos a otros a
alcanzar la perfección en Cristo.
Oración
Señor, te doy gracias por la realidad en la
que me encuentro, ya que tu gracia me injerta en la Iglesia, tu cuerpo místico,
para desarrollar una misión importantísima: de llegar y hacer llegar a los
demás a la plenitud de Cristo, varón perfecto y santo.
Acción
Hoy revisaré si estoy cumpliendo con mi tarea
en la construcción del cuerpo de Cristo en mi familia o comunidad.
EL
EVANGELIO DEL DÍA
Reflexión
Si el Evangelio no ha penetrado los medios
más difíciles de nuestra sociedad, pudiera ser porque en muchos hermanos aún
permanece la conciencia farisaica de no juntarse con los pecadores, con
aquellos a los que, por sus múltiples pecados, son considerados indignos de
Dios.
Este pasaje, y en general todo el evangelio,
nos muestra que precisamente éstos son el objeto de la evangelización.
Ciertamente que no es fácil esta tarea, pues exige de parte del evangelizador
una conciencia pura y una espiritualidad centrada en Dios, de tal manera que
pueda ser luz en las tinieblas. De otra manera, las tinieblas pueden opacar, e
incluso, apagar su luz. Por otro lado, Jesús, nos invita a recibir con gran
amor y misericordia a aquellos que, a pesar de sus limitaciones en la
conversión, están buscando llevar una mejor relación con Dios.
Recordemos que la conversión es un proceso y
un camino; hay algunos hermanos que van más adelante y otros más atrás.
Recuerda que si tú eres de los que van adelante, no eres mejor que el que va
atrás, y que con la medida (misericordia) que midas, con esa misma serás
medido. Abre tu corazón a los pobres, a los pecadores, de la misma manera que a
los que están buscando amar más a Dios, pero que se debaten aún en el pecado.
Shalom!
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