Primera
Lectura
Meditación
La
reconstrucción del Templo de Jerusalén fue una obra magnífica, no sólo por la
grandeza de la obra arquitectónica, sino, sobre todo, por lo que el Templo
representaba para los Israelitas: Reconstruir la fe en el Dios todopoderoso era
volver a la unidad y a la tierra otorgada por Dios para que en ella se le diera
culto y desde donde pudiera él reinar. La fiesta, como nos lo narra el libro de
Esdras, fue magnífica, pues de nuevo el templo había sido restaurado y con ello
el culto a Dios.
San
Pablo nos dice que nosotros somos el templo de Dios. ¿No valdría la pena el que
diéramos una miradita a ver cómo está este templo interior? La vida moderna con
facilidad lo va destruyendo y se va contaminando, como pasó en tiempos del
destierro. Si observamos bien podremos notar que nuestro templo interior va
sufriendo la destrucción de un mundo pagano que muchas veces nos destierra de
él llevándonos a no orar, a no tener vida interior, a no darle culto a Dios en
nuestro corazón.
Por
ello, como en tiempos de san Francisco, en los cuales el Señor le pedía que
restaurara su templo, hoy en día Jesús nos pide lo mismo, y no se refiere ya a
los templos materiales, sino al templo de nuestro corazón. Empecemos, pues,
sacando todo lo que no pertenece al templo y continuemos adornándolo con todas
la virtudes, especialmente con el amor a Dios y a nuestros hermanos.
Oración
Señor, desde hace un tiempo te entregué mi
corazón para que lo hicieras tu morada, para que vinieras y vivieras dentro de
mí; hoy te pido que sigas edificando esa morada, el templo de mi corazón; hazlo
fuerte, imponente y hermoso, pero a la vez, hazlo dócil y sensible, lleno de
amor para contigo y con mis semejantes.
Acción
Hoy meditaré el salmo 51, 10-15
EL
EVANGELIO DEL DIA
Reflexión
Para Lucas, María es el modelo perfecto del
discípulo. Jesús aprovecha la llegada de su madre para enseñar lo que para él
es verdaderamente importante. Ciertamente María es grande a los ojos de Dios
por ser la Madre de Jesús, su Hijo único, pero es aún más grande porque
"escucha la palabra de Dios y la pone en práctica".
Es decir, para Dios lo importante no son ni
siquiera las relaciones de sangre sino hacer la voluntad de Dios, pues en ello
está la felicidad y la salvación. Y nosotros, ¿realmente buscamos, como María,
cumplir la voluntad de Dios?
Shalom!
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