Primera
Lectura
Meditación
De
nuevo san Pablo nos recuerda que el cristianismo, dado que está basado en una
elección y decisión personal (¡Quiero ser Cristiano!), esta decisión se debe
transformar en un estilo de vida.
En
otras palabras, ser cristiano, implica vivir de acuerdo al Evangelio. Esto,
humanamente no es posible, pues nuestra debilidad no permite que muchos de los
elementos de la vida cristiana se desarrollen (por ejemplo el perdón, la
renuncia, la caridad). Por ello, es necesario continuamente abrirse a la gracia
de Dios y reafirmar nuestra opción por Cristo y por su evangelio. Dios no niega
sus gracias a quien se las pide y, sobre todo, cuando éstas son el fundamento
para que el hombre construya su felicidad y tenga paz en el corazón.
Pide
insistentemente esta gracia y pon todo lo que está de tu parte, tanto para que
ésta se desarrolle en ti, como para hacer vida el mensaje de Jesús en todas las
áreas de tu vida.
Oración
Señor
Jesús, que nos llamas continuamente al seguimiento de tu persona y a la
vivencia de tu evangelio, ayúdanos, con la fuerza de tu Espíritu Santo, a ser
dóciles a tu llamado, para que nuestra fidelidad nos merezca el don de la vida
eterna y podamos gozar por siempre de la vida que nos tienes preparada a los
que creemos y confiamos en ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
Amén.
Acción
Me
propondré superar dos situaciones concretas en las que nos soy fiel a Jesús.
EL
EVANGELIO DEL DIA
Reflexión
Los evangelios, en particular el de hoy, nos
muestran cómo siempre que Jesús debía tomar una decisión importante, pasaba
toda la noche en oración. Es común oír: "No tengo tiempo para orar".
Esto generalmente es verdad, pues el tiempo para orar debemos
"crearlo". Esto implica renunciar a nuestro tiempo de diversión, a la
televisión e inclusive, como Jesús, al descanso nocturno.
Solamente el cristiano que ora todos los días
verá cambios en su vida, pues la oración es el elemento que permite que la
gracia de Dios se convierta en vida. Es también común escuchar: "Dios
siempre está conmigo y por eso yo hago mi oración mientras voy manejando al
trabajo o a la escuela". Esto es verdad también, Dios siempre está con
nosotros, pues Dios siempre tiene tiempo para nosotros, la pregunta sería si
nosotros, como Jesús, también tenemos tiempo para Dios.
Si bien es cierto que todo momento es un buen
momento para orar, es necesario dedicar un tiempo exclusivo para Dios, para
estar con él, para que todos nuestros sentidos se centren y concentren en él.
Date tiempo para orar, sólo así tendrás suficiente luz para dirigir las
decisiones de tu vida.
Shalom!
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