sábado, 16 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DEL DÍA

Primera Lectura

Meditación

Con mucha dificultad los cristianos somos capaces de ponernos en primera fila para reconocer nuestros errores, nuestras faltas y carencias, como lo hace san Pablo. Un verdadero acto de madurez cristiana es el reconocimiento de los pecados, porque cuánto más cerca estamos de Dios, con mayor posibilidad podemos ver las limitaciones de nuestra existencia y la necesidad de cambiar el rumbo.

EL EVANGELIO DEL DIA

Reflexión

En una ocasión alguien dijo: "El que tiene a Dios en su corazón no lo puede ocultar, pues se transparenta inmediatamente; y el que no lo tiene, no pude fingir que lo tiene, pues no se ve". Esto es precisamente lo que hoy nos dice Jesús en esta primera parte del texto. El problema pudiera ser, algo que nos pasa con frecuencia, el creer que nosotros somos buenos.

Pero, ¿seremos realmente buenos? Pues, una manera de saberlo es ver si verdaderamente, como dice la segunda parte del texto, cotidianamente hacemos lo que Dios nos dice; otra forma de saberlo es ver con qué material alimentamos nuestra vida interior. Desafortunadamente, hoy estamos expuestos a mucha violencia de todo tipo, a la televisión y a todos los medios audiovisuales que la mayoría de las veces no alimentan el alma con elementos negativos y para nada evangélicos. Sería, pues, entonces bueno el preguntarnos: ¿con qué estamos alimentando nuestro corazón?

Las buenas lecturas, especialmente la de la Biblia, aseguran una buena alimentación del alma y con ello el que de nuestra boca salgan palabras que manifiesten nuestra identidad cristiana. Por lo que toca a las obras, quizás, para ayudarnos a purificar nuestra vida, sería conveniente que, de cuando en cuando, preguntásemos a los que viven con nosotros si se nos nota; si ellos se dan cuenta de que nuestra vida se va ajustando a la voluntad de Dios. Si hacemos estas dos cosas seguramente que nuestra vida crecerá inmensamente y seremos con facilidad reconocidos como testigos de Jesucristo.


Shalom!

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