Primera
Lectura
Meditación
Con
mucha dificultad los cristianos somos capaces de ponernos en primera fila para
reconocer nuestros errores, nuestras faltas y carencias, como lo hace san
Pablo. Un verdadero acto de madurez cristiana es el reconocimiento de los
pecados, porque cuánto más cerca estamos de Dios, con mayor posibilidad podemos
ver las limitaciones de nuestra existencia y la necesidad de cambiar el rumbo.
EL EVANGELIO DEL DIA
Reflexión
En una ocasión alguien dijo: "El que
tiene a Dios en su corazón no lo puede ocultar, pues se transparenta
inmediatamente; y el que no lo tiene, no pude fingir que lo tiene, pues no se
ve". Esto es precisamente lo que hoy nos dice Jesús en esta primera parte
del texto. El problema pudiera ser, algo que nos pasa con frecuencia, el creer
que nosotros somos buenos.
Pero, ¿seremos realmente buenos? Pues, una
manera de saberlo es ver si verdaderamente, como dice la segunda parte del
texto, cotidianamente hacemos lo que Dios nos dice; otra forma de saberlo es
ver con qué material alimentamos nuestra vida interior. Desafortunadamente, hoy
estamos expuestos a mucha violencia de todo tipo, a la televisión y a todos los
medios audiovisuales que la mayoría de las veces no alimentan el alma con
elementos negativos y para nada evangélicos. Sería, pues, entonces bueno el
preguntarnos: ¿con qué estamos alimentando nuestro corazón?
Las buenas lecturas, especialmente la de la
Biblia, aseguran una buena alimentación del alma y con ello el que de nuestra
boca salgan palabras que manifiesten nuestra identidad cristiana. Por lo que
toca a las obras, quizás, para ayudarnos a purificar nuestra vida, sería
conveniente que, de cuando en cuando, preguntásemos a los que viven con
nosotros si se nos nota; si ellos se dan cuenta de que nuestra vida se va
ajustando a la voluntad de Dios. Si hacemos estas dos cosas seguramente que
nuestra vida crecerá inmensamente y seremos con facilidad reconocidos como
testigos de Jesucristo.
Shalom!
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