viernes, 8 de septiembre de 2017

Primera Lectura

Meditación

La esperanza de un salvador en el pueblo de Israel sostuvo la fe del pueblo a lo largo de todas las generaciones.

Este salvador anunciado por todos los profetas, y visto en muchas de las figuras de reyes sacerdotes y profetas del Antiguo Testamento, va siendo una realidad en el proyecto salvífico de Dios con el nacimiento de María. Por ello su nacimiento nos hace reflexionar que este proyecto salvífico se va construyendo en la historia en donde todos nosotros tenemos una participación muy importante. Dios que había preparado desde toda la eternidad a María para ser la Madre de su Hijo, fue recibida con alegría en el hogar de Joaquín y Ana, quienes la prepararon y la educaron para que el proyecto de Dios continuara adelante.


Tú también eres parte de este proyecto, como María, déjate conducir y modelar por Dios para que la salvación sea una realidad más concreta en todo nuestro mundo.

EL EVANGELIO DEL DÍA

Reflexión

Este pasaje de la historia de José y María nos presenta el desarrollo final de un proyecto maravilloso pensado por Dios, después del pecado de nuestros primeros padres. Dios no estaba dispuesto a dejar que su proyecto de amor para el hombre se arruinara por culpa del pecado y del intruso que había llevado a la muerte a sus creaturas.

Así que fue desarrollando un maravilloso plan que entra en su última etapa con el nacimiento de María. Su nacimiento marca el momento en que dicho proyecto inicia su fase de desarrollo. Qué lejos estaban los padres de Maria de conocer los divinos planes que Dios tenía para su hija, la cual llegaría a ser la madre del Emmanuel, como nos lo indica nuestro texto evangélico. Este proyecto de salvación aún no termina y cada uno de nosotros tiene una participación mucho muy especial, por lo que desde el momento de nuestro nacimiento, Dios puso en nosotros, como en María, todos los dones que necesitaríamos para cumplir este plan.

Nuestro nacimiento pone en marcha esa parte del plan, en el cual no pueden faltar, a pesar de que en su realización tengamos, momentos de sufrimiento y dificultad. No te asustes ni te angusties en estos momentos difíciles, ya que si para superarlos Dios necesitara enviarte un ángel, no dudes que lo hará. Eres parte de un proyecto y Dios no te dejará solo, como lo hizo con María, solo déjate conducir como ella por el Espíritu Santo.

Shalom!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario