Primera
Lectura
Meditación
La
esperanza de un salvador en el pueblo de Israel sostuvo la fe del pueblo a lo
largo de todas las generaciones.
Este
salvador anunciado por todos los profetas, y visto en muchas de las figuras de
reyes sacerdotes y profetas del Antiguo Testamento, va siendo una realidad en
el proyecto salvífico de Dios con el nacimiento de María. Por ello su
nacimiento nos hace reflexionar que este proyecto salvífico se va construyendo
en la historia en donde todos nosotros tenemos una participación muy importante.
Dios que había preparado desde toda la eternidad a María para ser la Madre de
su Hijo, fue recibida con alegría en el hogar de Joaquín y Ana, quienes la
prepararon y la educaron para que el proyecto de Dios continuara adelante.
Tú
también eres parte de este proyecto, como María, déjate conducir y modelar por
Dios para que la salvación sea una realidad más concreta en todo nuestro mundo.
EL
EVANGELIO DEL DÍA
Reflexión
Este
pasaje de la historia de José y María nos presenta el desarrollo final de un
proyecto maravilloso pensado por Dios, después del pecado de nuestros primeros
padres. Dios no estaba dispuesto a dejar que su proyecto de amor para el hombre
se arruinara por culpa del pecado y del intruso que había llevado a la muerte a
sus creaturas.
Así
que fue desarrollando un maravilloso plan que entra en su última etapa con el
nacimiento de María. Su nacimiento marca el momento en que dicho proyecto
inicia su fase de desarrollo. Qué lejos estaban los padres de Maria de conocer
los divinos planes que Dios tenía para su hija, la cual llegaría a ser la madre
del Emmanuel, como nos lo indica nuestro texto evangélico. Este proyecto de
salvación aún no termina y cada uno de nosotros tiene una participación mucho
muy especial, por lo que desde el momento de nuestro nacimiento, Dios puso en
nosotros, como en María, todos los dones que necesitaríamos para cumplir este
plan.
Nuestro
nacimiento pone en marcha esa parte del plan, en el cual no pueden faltar, a
pesar de que en su realización tengamos, momentos de sufrimiento y dificultad.
No te asustes ni te angusties en estos momentos difíciles, ya que si para
superarlos Dios necesitara enviarte un ángel, no dudes que lo hará. Eres parte
de un proyecto y Dios no te dejará solo, como lo hizo con María, solo déjate
conducir como ella por el Espíritu Santo.
Shalom!
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