miércoles, 27 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DEL DÍA

Primera Lectura

Meditación

Cuando leemos el AT nos encontramos con nuestra propia historia, con la historia de un pueblo que, como nosotros, pasa del pecado al arrepentimiento, pero que siempre queda en peligro de volver a retroceder y serle infiel a Dios. En esta hermosa oración de Esdras podemos ver este continuo dilema del hombre y la infinita misericordia de Dios.

Es la invitación constante de Dios a permanecer fiel, a recordar todas sus bondades y su amor por nosotros y a construir una historia de amor con él. Ciertamente hemos pecado, no mereceríamos nada de parte de Dios, pues son tantas nuestras faltas, sin embargo, Dios es mucho más grande y mucho más misericordioso que todos nuestros pecados juntos.

Busca a cambio un corazón generoso que se aparte de los ídolos (imagen de lo que sustituye a Dios) y que lo ame con todo el corazón y por sobre todas las cosas. No tengas miedo de reconciliarte con Dios, no hay pecado que sea más grande que su misericordia. Una vez perdonado busca amarlo con todo tu corazón.

Oración

Dios mío, desde el tiempo de nuestros padres hasta el día de hoy, en mi familia hemos pecado gravemente y por nuestros pecados hemos estado privados de tu presencia. Pero ahora, Señor, te has compadecido de nosotros y nos has traído hasta ti, Dios nuestro, has iluminado nuestros ojos y nos has reanimado un poco en medio de nuestra esclavitud.

Acción

Hoy haré un examen de conciencia profundo y si es necesario, acudiré a la confesión.

EL EVANGELIO DEL DIA

Reflexión

En el mundo consumista y tecnificado de nuestros días buscamos que, incluso la evangelización, caiga bajo los mismos criterios. Hoy poca importancia se le da a la acción del Espíritu Santo en la vida de la conversión y del Reino.

Jesús es claro cuando invita a sus seguidores a no poner su confianza en las cosas del mundo. El cristiano debe poco a poco habituarse a caminar solo con la gracia de Dios. A depender totalmente de él. Nuestro Dios es un Dios excelente, un Padre amoroso que siempre está al pendiente de nuestras necesidades (incluso de las más pequeñas).

Por lo tanto, no debemos dejar que las preocupaciones de nuestro día nos agobien. Esfuérzate en hacer bien lo que de acuerdo a tu vocación y estado te corresponde; anuncia con tu vida y con tu ejemplo el Evangelio y deja que Dios provea todas tus necesidades.


Shalom!

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