viernes, 15 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DEL DÍA

Primera Lectura

Meditación

En este inicio de la carta a su querido amigo y compañero de evangelización, san Pablo reconoce que no es por sus méritos el que Dios lo haya escogido, sino por la gran misericordia del Padre.

Este aspecto de la vida apostólica es muy importante, ya que algunos hermanos no toman parte activa en la evangelización o en el trabajo pastoral de sus Iglesias por el hecho de no sentirse dignos o capacitados para hacerlo. Debemos recordar que esto es una gracia y que a Dios no le importa lo que hayamos sido antes de nuestro encuentro con Jesús. Dios sabe que si no lo conocemos, difícilmente podremos amarlo y servirlo.

Pero una vez que lo hemos conocido, y que estamos buscando con todo nuestro corazón el amarlo, Dios nos da todas sus gracias y su amor para poder ayudarle en la construcción del Reino. Seamos disponibles y abrámonos a la infinita misericordia de Dios.

Oración

Señor, quiero servirte y ser instrumento tuyo para la salvación de mis hermanos y para el consuelo de los que viven sin la esperanza de la vida en ti. Dame el privilegio de ser un siervo tuyo y envíame a donde tú lo desees.

Acción

Hoy repetiré constantemente durante el día: "Envíame a mí, Señor".

EL EVANGELIO DEL DIA

Reflexión

Podríamos imaginar lo que sentiría una mamá si, en el día del bautismo de su hijo, después de escuchar lo hermoso que es y de anunciarle que este niño será realmente alguien grande dentro de su pueblo, le dijeran: "y a ti una espada te atravesará el alma".

Pues esta es la manera como inicia otro capítulo de la vida de María. Lo más tremendo es que por la forma en que está construida esta expresión parece indicar que ese sufrimiento "atroz" que vivirá, será precisamente a causa de su hijo. María, se convierte ahora en modelo de todas las madres que sufren hasta lo indecible por sus hijos: por el hijo que fue asesinado, por el que murió en un accidente, por el que es perseguido, o por el que está gravemente enfermo.

María nos enseña que para quien ha puesto su confianza en Dios y deja que sea el Espíritu quien conduzca su vida, es posible "ESTAR DE PIE" ante la cruz del hijo y desde ahí animarlo y acompañarlo. Nos muestra que no hay dolor imposible de vivir cuando nos dejamos poseer totalmente por el amor de Dios. Oremos hoy, por todas las madres que sienten su corazón "atravesado por una espada", para que encuentren en la misericordia de Dios consuelo y fortaleza.


Shalom!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario