Primera
Lectura
Meditación
Es
importante la sabiduría humana, pues gracias a ella se realiza el progreso y se
va haciendo más cómoda nuestra existencia. Sin embargo, es quizá más importante
el tener sabiduría y conocimiento espiritual, pues es precisamente por medio de
éstos como hoy nos lo dice san Pablo, que podemos llegar a conocer la voluntad
de Dios.
Cuando
la sabiduría humana no va acompañada de las sabiduría divina, la mayoría de las
veces los resultados de la ciencia, lejos de ayudar al hombre, lo dañan. Dios
ha puesto todas las ciencias al servicio del hombre, por lo cual, la
psicología, la medicina, las ciencias exactas son buenas, pero éstas deben de
ser un instrumento puesto al servicio de la voluntad de Dios.
Es
necesario reconocer siempre que nosotros no somos nuestros propios árbitros y
que todo obedece a un proyecto lleno del amor de Dios. Pidamos diariamente que
el Señor ilumine nuestro entendimiento y nuestro corazón, para que a la luz de
su Espíritu podamos poner nuestro conocimiento a su servicio y así construir la
sociedad del amor.
Oración
Señor,
dame la sabiduría que viene de ti, la necesito para poder discernir lo correcto
en cada situación de mi día a día, para poder aconsejar a mis semejantes y
poder instaurar tu Reino en este mundo. Cambia mi mente y pon en cambio la
tuya.
Acción
Hoy
voy a leer y meditar el capítulo 9 del libro de Sabiduría.
EL
EVANGELIO DEL DIA
Reflexión
Hoy
se tiene la tentación de pensar que la Palabra de Dios, lo que leemos en el
Evangelio, o en general, en la Sagrada Escritura, tiene el mismo valor que la
que está escrito en cualquier otro libro. Hoy, Pedro, un experimentado
pescador, se pone a escuchar lo que para un hombre de su experiencia resultaría
una ilógica petición, la cual proviene de un carpintero. Sin embargo, la
Escritura nos dice que antes de invitar a Pedro a pescar, Jesús había predicado
a los que se reunieron en torno a la barca.
Seguramente
que lo que escuchó Pedro de labios de Jesús, lo animó a intentar una acción
fuera de toda lógica dentro de su oficio. El resultado: una gran pesca. Pedro,
entonces, a pesar de ser un hombre experimentado reconoce que la Palabra de
Jesús no es como la de cualquier hombre. Y a pesar de ser un experto en la
materia se deja conducir por la palabra del Maestro.
Debemos,
pues, por un lado, escuchar más seguido y con mucha atención la Palabra de
Jesús que tenemos en los evangelios y, por otro lado, reconocer que esa palabra
no es la de cualquier hombre, no es simplemente la palabra del Carpintero de
Nazaret, sino que es la palabra de Dios, la cual tiene poder. Date tiempo para
leer la Sagrada Escritura y aprende a dejarte conducir por ella.
Shalom!
Amen
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