Meditación
Es
tanta la alegría del apóstol al saber que a pesar del poco tiempo que estuvo
entre ellos, la fe en la comunidad no solo se ha mantenido sino que ha crecido,
que inspira al apóstol a hacer una pequeña, pero bellísima oración. Y es que no
hay premio y satisfacción más grande para quien anuncia la Buena Noticia de
Cristo que el ver que ésta da fruto.
Es
como el sembrador, que al ver que todo su esfuerzo rinde fruto, ya ni se
acuerda de las largas horas que tuvo que pasar bajo el sol para sembrar y
cultivar. Así también cuando un padre de familia ve que todo su esfuerzo, sus
desvelos y problemas por educar al hijo, maduran en una vida honrada y
productiva (y ni qué decir cuando además es una vida santa), con cuánta alegría
no se elevará una oración para agradecer al buen Dios que ha hecho, con
nuestras humildes fuerzas, florecer el campo.
Todos,
de una manera o de otra, disfrutamos de esta cosecha, por ello te invito hoy a
elevar una oración de agradecimiento por todos aquellos a los que les has
compartido el Evangelio y, sobre todo, por aquellos a quienes el Señor te dio
el gran compromiso de educarlos y de formarlos como hijos de Dios para que,
como dice el apóstol: "Dios conserve sus corazones irreprochables en la
santidad".
Oración
Señor,
te pido que me sigas formando como un instrumento para llevarte a más personas,
enséñame a tener un amor tan profundo por los demás como el que tú nos tienes;
sobre todo, un amor especial por aquellos que no te conocen. Te pido, Señor,
por esa persona que me habló de ti por primera vez y que, gracias a ella pude
conocerte, para que le des siempre tu bendición.
Acción
Hoy
buscaré a la persona que me habló de Dios por primera vez y después de
agradecerle, le diré lo importante que ha sido su trabajo evangelizador en mi
vida.
El
Evangelio de Hoy
Reflexión
En
este pasaje Jesús nos invita a la vigilancia, y sobre todo a reconocer que todo
lo que tenemos, es sólo en administración, por lo que tenemos el compromiso de
cuidar de "sus" bienes y de administrarlos correctamente.
Es
importante notar en esta cita que cuando Jesús habla sobre el servidor fiel, lo
pone en relación a sus hermanos; con ello nos indica que todos los que tenemos
autoridad sobre otros debemos reconocer que un día el Señor nos pedirá cuentas
de ellos. De ahí la gran responsabilidad que tienen sobre todo los padres de
familia, a los que Dios les ha encomendado el cuidado de sus hijos; de los
esposos, a quienes les ha encomendado el cuidado mutuo; de la alta
responsabilidad de los empresarios, patrones, supervisores, etc., quienes
tendrán que responder por el bienestar (y diríamos incluso de la santidad) de
sus empleados.
Si
el Señor te pidiera hoy cuentas de tu administración, ¿te encontraría
preparado? Te invito, pues, a hacer un breve balance de cómo has administrado
lo que el Señor puso a tu cuidado, sobre todo en tu trato con tus hermanos.
Shalom!
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