Oración de la Mañana
Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor;
ser paciente, comprensivo,
humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo,
para, así, poder apreciar
la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día,
yo te refleje.
Amén.
“Id al
mundo entero y predicad el Evangelio”
PRIMERA LECTURA
No podemos callar lo que hemos visto y oído.
De los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los sumos sacerdotes,
los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos al ver el aplomo con que
Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hombres del pueblo sin ninguna
instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes al grupo que andaba
con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre
ellos, el hombre paralítico que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que
salieran del Sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí: “¿Qué vamos a
hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén
conoce y que no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más
entre el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús”.
Entonces mandaron llamar a Pedro y a
Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre de
Jesús. Ellos replicaron: “Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios
obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo
que hemos visto y oído”.
Los miembros del Sanedrín repitieron las
amenazas y los soltaron, porque no encontraron la manera de castigarlos, ya que
el pueblo entero glorificaba a Dios por lo sucedido.
Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117
R/. “La
diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya”.
• Te damos gracias, Señor, porque eres
bueno, / porque tu misericordia es eterna. / El Señor es mi fuerza y mi
alegría; / en el Señor está mi salvación. / Escuchemos el canto de victoria /
que sale de la boca de los justos. R/.
• “La diestra del Señor es poderosa, / la diestra del Señor es nuestro orgullo”. / No moriré, continuaré viviendo / para contar lo que el Señor ha hecho. / Me castigó, me castigó el Señor, / pero no me abandonó a la muerte. R/.
• Ábranme las puertas del templo, / que quiero entrar a dar gracias a Dios. / Ésta es la puerta del Señor / y por ella entrarán los que le viven fieles. / Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste / y fuiste para mí la salvación. R/.
EVANGELIO DEL DIA
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Del Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del
primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que
había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los discípulos,
los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron
decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra
forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos
fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los
Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de
corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Jesús les dijo entonces: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a
toda creatura”.
Palabra
del Señor.
Reflexión
Es nuestro problema
Quienes detentan la autoridad quieren
silenciar el mensaje de Jesús. No desean que se siga predicando y mucho menos
obrando milagros en “su nombre”. ¿Qué hacer con estos hombres? Su actitud pone
en peligro “su poder y su fe”. Pues resulta difícil ocultar a los ojos del
pueblo el “poder y la autoridad” que fluye de los apóstoles por la fuerza del
Espíritu del Resucitado. Y lo más viable es amenazar y perseguir.
También en nuestro tiempo muchos quieren
poner mordazas a las palabras proféticas de la Iglesia que fastidian no sólo
los oídos, sino, y sobre todo, la conciencia de los mandamás del mundo, porque
se “habla” a favor del respeto de la vida, de la indisolubilidad del
matrimonio, de la equidad, de la justicia social, del respeto por la dignidad y
la integridad de la persona. ¿Qué hacemos? ¿Qué nuevas leyes inventamos para
que se mantengan al margen? Es lo que se preguntan. Y lo más triste es que
muchos, por no decir la mayoría, caemos en su juego –por miedo o por
indiferencia– y tapamos los oídos ante el clamor de los oprimidos, y cerramos
los ojos ante las injusticias, las miserias, las necesidades… “No es nuestro
problema”, decimos. ¡Mentira! Luchar por la justicia y el derecho es deber de
todos, y más todavía si somos cristianos. Que el Maestro no nos regañe por
nuestra falta de fe y compromiso para llevar adelante su mandato: predicar el
Evangelio a toda la humanidad.
¿Soy consciente de la responsabilidad de
anunciar a Cristo resucitado a todo el mundo?
Oración: Señor Jesús, ayúdame a ser un verdadero discípulo y así llevar la Buena Nueva por donde vaya con los hechos y las palabras. Amén.
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