domingo, 29 de abril de 2018

Evangelio del Día


Oración de la Mañana

Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor;
ser paciente, comprensivo,
humilde, suave y bueno.

Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo,
para, así, poder apreciar
la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí.

Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día,
yo te refleje.
Amén.

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

PRIMERA LECTURA

Les contó cómo había visto al Señor en el camino.

De los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31
Cuando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo.
Entonces, Bernabé lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo el Señor le había hablado y cómo él había predicado, en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.
En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 21


R/. 
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios”.


• Le cumpliré mis promesas al Señor / delante de sus fieles. / Los pobres comerán hasta saciarse / y alabarán al Señor los que lo buscan: / su corazón ha de vivir para siempre. R/.

• Recordarán al Señor y volverán a Él / desde los últimos lugares del mundo; / en su presencia se postrarán /todas las familias de los pueblos. / Sólo ante Él se postrarán todos los que mueren. R/.

• Mi descendencia lo servirá / y le contará a la siguiente generación, / al pueblo que ha de nacer, / la justicia del Señor / y todo lo que Él ha hecho. R/.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,18-24):

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

                                                                                                                                       Palabra de Dios


EVANGELIO DEL DIA

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Del Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.
Palabra del Señor.
  
Reflexión
Permanecer en Jesús
El seguimiento de Jesús, la auténtica fe en Dios, implica un “camino”, una experiencia profunda con el Resucitado que nos predispone para el “anuncio” del Evangelio, el “mensaje” de vida que ha de transformar el mundo. Porque si bien es cierto que la religión verdadera comienza siendo una cuestión de fe, ésta sólo se muestra en la praxis de una vida donde lo que se “cree” se ha de llevar a efecto, de lo contrario no habría fiabilidad. Y lo principal de esta praxis es que la fe en Jesucristo implica necesariamente el amor a los hermanos como Él nos ha pedido: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. Sólo así sabremos que “permanecemos” en Él y tenemos su Espíritu.
Jesús es la “vid”, los que creemos en Él somos los “sarmientos”. Toda la vitalidad de los cristianos nace de Él. Si la savia de Jesús resucitado corre por nuestra vida, nos aporta alegría, luz, creatividad, coraje para vivir como vivía Él. Si, por el contrario, no fluye en nosotros, somos sarmientos secos, inútiles, inservibles. Como decía un santo, la vida sin Jesús “no tiene razón de ser, es inconcebible, porque frustra los sueños, llena de tristeza y lleva a vivir un verdadero infierno”. Éste es el verdadero problema de una Iglesia que celebra a Jesús resucitado como “vid” llena de vida, pero que está formada, en buena parte, por sarmientos muertos. Nuestra primera tarea hoy y siempre es “permanecer” en la vid, no vivir desconectados de Jesús, no quedarnos sin savia, no secarnos más. Y la respuesta es el “amor” a Dios y al prójimo.
Según el ejemplo de Jesús, ¿cómo manifiesto mi amor por el prójimo?

Oración: Señor, que mi oración diaria sea el alimento para permanecer siempre en ti. Amén.
 Shalom!

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