Oración de la Mañana
Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor;
ser paciente, comprensivo,
humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo,
para, así, poder apreciar
la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día,
yo te refleje.
Amén.
PRIMERA LECTURA
Resucitando a Jesús, Dios ha cumplido la promesa que nos hizo.
De los Hechos de los Apóstoles 13, 26-33
En aquellos días, Pablo
continuó su predicación en la sinagoga de Antioquía de Pisidia con estas
palabras:
“Hermanos míos,
descendientes de Abrahán, y cuantos temen a Dios: este mensaje de salvación les
ha sido enviado a ustedes. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no
reconocieron a Jesús, y al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas
que se leen cada sábado: no hallaron en Jesús nada que mereciera la muerte, y
sin embargo, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y después de cumplir
todo lo que de Él estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en el
sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de
entre los muertos, y Él, ya resucitado, se apareció durante muchos días a los
que lo habían seguido de Galilea a Jerusalén. Ellos son ahora sus testigos ante
el pueblo.
Nosotros les damos la Buena
Nueva de que la promesa hecha a nuestros padres nos la ha cumplido Dios a
nosotros, los hijos, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo
segundo: ‘Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy’.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 2
R/. “Tu eres mi hijo: yo te he
engendrado hoy”.
• El Señor me ha consagrado
/ como rey de Sion, su ciudad santa. / Anunciaré el decreto del Señor. / He
aquí lo que me dijo: R/.
• “Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. / Te daré en herencia las naciones / y como propiedad, toda la tierra. / Podrás gobernarlas con cetro de hierro, / y despedazarlas como jarros”. R/.
• Escuchen y comprendan estas cosas, / reyes y gobernantes de la tierra. / Adoren al Señor con reverencia, / sírvanlo con temor. R/.
EVANGELIO DEL
DIA
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Del Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En
la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría
dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les
prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén
también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.
Entonces Tomás le dijo:
“Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”. Jesús le
respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no es
por mí”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Camino seguro al Padre
“Este mensaje de salvación les ha sido enviado a
ustedes”, dice Pablo al concluir su exposición de la síntesis de la historia de
salvación. En efecto, la resurrección de Jesús es el cumplimiento de la promesa
anunciada desde antiguo. El Resucitado es la máxima revelación del amor del
Padre y en quien la gracia divina se da de manera total y plena. San Pablo es
el apóstol que presenta el mensaje de salvación y habla de Jesús sin ningún
temor, por eso se convierte para nosotros en ejemplo digno de seguir en nuestro
trabajo pastoral. Conscientes de que evangelizar significa anunciar a Cristo,
en quien se encuentra la plenitud de todo, podemos llevar la Buena Nueva con
mayor decisión y firmeza, pues Él estará con nosotros todos los días hasta el
fin de los tiempos.
Jesús
anuncia su pronta partida y regreso al seno del Padre, pero esto no es motivo
para temer, pues Él no nos abandona, sino que nos promete hacernos partícipes
de la gloria en el Reino de los Cielos, hacia donde partirá pronto a
prepararnos un lugar y a donde podemos llegar a través de Él, que es el Camino.
Como Tomás, muchas veces nos encontramos desorientados, sin saber cómo llegar a
la meta, pues son muchos los caminos que se nos abren y no sabemos cuál es el
verdadero. Y Jesús se manifiesta una vez más como el Camino, la Verdad y la
Vida. Él es para nosotros y para el mundo entero el camino seguro que nos
conduce al Padre y nos da vida verdadera (eterna).
¿Qué significado tiene para mi vida el hecho de
que Jesús sea el Camino, la Verdad y la Vida?
Oración: Señor, enséñanos a comprender que la misión del bautizado es compartir con los demás su fe en Jesús resucitado; anímanos a seguir por este camino. Amén.
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