Oración de la Mañana
Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor;
ser paciente, comprensivo,
humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo,
para, así, poder apreciar
la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día,
yo te refleje.
Amén.
“Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”
PRIMERA LECTURA
Ahora nos dirigiremos a los paganos.
De los Hechos de los Apóstoles 13, 44-52
El sábado siguiente casi
toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la Palabra de Dios. Cuando los judíos
vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a
contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron
con valentía: “La Palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero
como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los
paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: ‘Yo te he puesto como
luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de
la tierra’”.
Al enterarse de esto, los
paganos se regocijaban y glorificaban la Palabra de Dios, y abrazaron la fe
todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna.
La Palabra de Dios se iba
propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas
de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una
persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio.
Pablo y Bernabé se
sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a
Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu
Santo.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97
R/. “
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios”.
• Cantemos al Señor un canto
nuevo / pues ha hecho maravillas. / Su diestra y su santo brazo / le han dado
la victoria. R/.
• El Señor ha dado a conocer su victoria / y ha revelado a las naciones su justicia. / Una vez más ha demostrado Dios / su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
• La tierra entera ha contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Que todos los pueblos y naciones / aclamen con júbilo al Señor. R/.
EVANGELIO DEL
DIA
Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.
Del Evangelio según san Juan 14, 7-14
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya
desde ahora lo conocen y lo han visto”. Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al
Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy
con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al
Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy
en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las
digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las
obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a
mí, créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea
en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al
Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Palabras de vida eterna
¿Cuál es tu respuesta?
“La comunidad cristiana está
integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu
Santo en su peregrinar hacia el Reino del Padre”. Las lecturas de hoy nos
invita a ser discípulos que, convencidos de las palabras del Maestro: “Yo te
haré luz… para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra”, no duden
en dejar todo, con tal de cumplir el mandato del Señor y caminar al encuentro
del Padre. Pero hay un requisito: dar testimonio con nuestra vida, pero no
testimonio de nosotros mismos, sino de quien nos ha llamado, quien nos ha
enviado. Jesús fue enviado por el Padre para que las personas lo reconocieran
en Él, aunque somos muy ciegos en muchos momentos.
Necesitamos,
como dice El principito, “ver
con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos”. Continuamente caemos
en la tentación, como Felipe, de exigir al Señor: “Muéstranos al Padre y eso
nos basta”. Si pensamos eso es porque no conocemos a Jesús o porque somos
incrédulos por naturaleza. ¿Acaso no está el Padre en nosotros y nosotros en
Él? ¿No somos sin duda alguna su mejor obra? No hay tiempo para la duda. Se
invita a creer en Dios, en su amor, y desde esa realidad saber dar una
respuesta de esperanza a un mundo que la ha perdido, una respuesta de fe a un
mundo que lo busca con ansias, una respuesta de alegría a una sociedad sumida
en la desesperación y el desencanto, una respuesta de paz a un mundo azotado
por la violencia. ¿Cuál es tu respuesta?
¿Me preocupo por conocer mejor la Palabra de
Dios y así llegar a la perfecta comunión con el Señor?
Oración: Señor, que nos mueva tu amor, así penetrando en el conocimiento del Padre, podremos afianzarnos más en la fe que profesamos desde nuestro bautismo. Amén.
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