miércoles, 25 de abril de 2018

Evangelio del Dia


PRIMERA LECTURA
Los saluda mi hijo Marcos.
De la Primera carta de san Pedro 5, 5b-14
Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que Él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes.
Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quién devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo.
Palabra de Dios.
 
SALMO RESPONSORIAL 
Del salmo 88
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
• Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor / y daré a conocer que su fidelidad es eterna, / pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre / y mi lealtad, más firme que los cielos”. R/.
• El cielo, Señor, proclama tus maravillas, / y tu lealtad, la asamblea de los santos. / ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? / ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R/. 
• Señor, feliz el pueblo que te alaba / y que a tu luz camina, / que en tu nombre se alegra a todas horas / y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
EVANGELIO DEL DIA
Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.
Del Evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.
El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.
Palabra del Señor.
Discípulos convencidos

 El párrafo final de la Primera carta de Pedro se constituye en una vigorosa invitación a mantener dos actitudes para con Dios: la humildad, que ha de distinguir a toda criatura ante su Señor, y la confianza en su capacidad para salvarnos. El sufrimiento causado por la hostilidad del ambiente en el que viven las comunidades es representado con la imagen del león rugiente. A ese león hay que responderle con la firmeza de la fe y la solidaridad en los sufrimientos. Ésta es la vía para hacer que los propios sufrimientos se inserten en el misterio de la pasión de Cristo. Al final, entre los remitentes, menciona a Marcos, razón por la cual se incluye hoy esta lectura.

Palabra y obras son los dos signos mediante los cuales desde siempre se anuncia al Resucitado. Fueron los dos recursos que empleó Jesús y que la Iglesia los asumió. El relato del envío misionero insiste en la presencia y unidad de los dos aspectos. La proclamación de la Palabra incluye, además del necesario anuncio, el esfuerzo real por vencer el mal presente en el mundo. Las imágenes empleadas indican que la acción cristiana sobre el mal que campea en el mundo ha de dirigirse a las causas del bien. Así como los apóstoles entendieron y asumieron con convicción su tarea evangelizadora, también nosotros debemos continuar con fidelidad el mandato del Señor.

Shalom

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