Oración de la Mañana
Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor;
ser paciente, comprensivo,
humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo,
para, así, poder apreciar
la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día,
yo te refleje.
Amén.
“Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y
nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”
PRIMERA LECTURA
La comunidad cristiana crecía, animada por el Espíritu Santo.
De los Hechos de los Apóstoles 9, 31-42
En aquellos días, las
comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo
cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se
multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.
Pedro recorría toda la
región y una vez fue a visitar a los fieles que vivían en Lida. Ahí encontró a
un hombre, llamado Eneas, que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico.
Pedro le dijo: “Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu cama”.
Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de Lida y de la llanura
de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor.
Había en Jafa, entre los
discípulos, una mujer llamada Tabitá (que significa “gacela”), la cual hacía
infinidad de obras buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma y
murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación del segundo piso.
Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allá,
enviaron dos hombres para suplicarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro fue con
ellos. Tan pronto como llegó, lo condujeron a la habitación del segundo piso.
Allí lo rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los
vestidos que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía. Pedro mandó salir a
todos, se postró de rodillas y se puso a orar; luego dirigiéndose a la muerta,
dijo: “Tabitá, levántate”. Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó.
Él la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a las viudas y se la
entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos creyeron en el Señor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115
R/.” ¿Cómo
le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Aleluya.”
• ¿Cómo le pagaré al Señor /
todo el bien que me ha hecho? / Levantaré el cáliz de salvación / e invocaré el
nombre del Señor. R/.
• Cumpliré mis promesas al Señor / ante todo su pueblo. / A los ojos de Dios es muy penoso / que mueran sus amigos. R/.
• De la muerte, Señor, me has librado, / a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. / Te ofreceré con gratitud un sacrificio / e invocaré tu nombre. R/.
EVANGELIO DEL
DIA
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Del Evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos
discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: “Este modo de hablar es
intolerable, ¿quién puede admitir eso?”.
Dándose cuenta Jesús de que
sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si
vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da
la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son
espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen”. (En efecto,
Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de
traicionar). Después añadió: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí,
si el Padre no se lo concede”.
Desde entonces, muchos de
sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con Él. Entonces
Jesús les dijo a los Doce: “¿También ustedes quieren dejarme?”. Simón Pedro le
respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y
nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Palabras de vida eterna
En la Primera Lectura, la
expansión del Evangelio surge como efecto de la implacable persecución que
sufren los cristianos, y como obra del Espíritu. La conversión de Saulo ha
suavizado el rigor perseguidor y por ello la Iglesia respira un poco de alivio.
A la tranquilidad externa se suma el dinamismo interno que provoca el Espíritu
y que fructifica en un seguimiento más servicial del Señor. Todos (apóstoles y
conversos) comprenden que Dios está a favor de la vida y la predicación de los
apóstoles hace cercano el mensaje amoroso del Padre. Los apóstoles no difunden
ideas, sino que invitan a entrar en una Vida que da vida, que busca traducirse
en hechos de solidaridad y fraternidad.
En el Evangelio del Día,
lo más seguro es que toda tu vida hayas sido cristiano por tu bautismo pero,
¿alguna vez te has cuestionado seriamente sobre quién es Jesús para ti? ¿Qué
representa en tu vida?
Para Pedro, a pesar de todas
las cosas que no puede entender sobre lo que Jesús hace y dice, su convicción
es firme: "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".
Hermano, no siempre las cosas que leemos de la Sagrada Escritura nos resultan
entendibles, hay que creerlas y por lo tanto vivirlas, exactamente como Jesús
nos las dice, aunque nos suenen ilógicas y carentes de sentido. A los que
escucharon el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, les sonó
"repugnante" el tener que comer su carne y su sangre.
Jesús estaba hablando de realidades que
no entendían aún, pero eso no es una limitación para Pedro, "Señor,
haremos lo que tú dices, aunque no entendamos y nos resulte
incomprensible". Esta es la fe pascual, la que nos prepara para poder
participar de realidades todavía más increíbles, para poder tener acceso a las
cosas del cielo. Aprovecha esta Pascua para dar una respuesta clara sobre la
identidad y poder de Jesús en tu vida.
Shalom!
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