Primera
Lectura
Éxodo 23, 20-23
Esto dice el Señor: “Voy a enviar a un ángel
que vaya delante de ti, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que
te he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre,
y no perdonará tu rebeldía. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo te diga,
tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios, mis adversarios. Mi ángel
irá delante de ti”.
Palabra de Dios.
Meditación
Dios
pacta una alianza con su pueblo: Él le ofrece su permanente presencia a través
del ángel –un ser espiritual, creado por Dios, que tiene la misión de acompañar
a la comunidad– y el pueblo se compromete a respetarlo y obedecerlo, es decir,
a no rebelarse contra su mensajero, de esta forma se sella el proyecto salvador
del Señor con la comunidad. Y para que se haga realidad esta alianza, este
pacto de amor y salvación, que tiene como objetivo la “entrada” en el Reino de
los cielos, es necesario que lo acojamos con humildad, sencillez, inocencia y
pureza de los niños, de los pequeños que se entregan, con total confianza y
esperanza, al amor y cuidado de los padres.
EL
EVANGELIO DEL DÍA
Mateo 18, 1-5. 10
En
cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús
llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a
ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino
de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más
grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi
nombre, me recibe a mí.
Cuidado
con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el
cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
Palabra del Señor.
Reflexión
En nuestro mundo tecnificado, es difícil
aceptar la existencia de un mundo espiritual, de un mundo que no es tangible ni
medible. Este campo pertenece sólo a la fe y a la fe de los pequeños", de
los que son como niños.
Y es que los pequeños ven las cosas, más que
con los ojos del cuerpo, con los ojos del corazón. Esta es la razón por la cual
Jesús nos invita a ser como niños, a que nuestros criterios de tiempo y espacio
sean informados por las categorías de lo infinito, de lo trascendente; que
abramos nuestra mente y nuestro corazón al auxilio divino que Dios nos ha dado
por medio de nuestros ángeles custodios.
Trata hoy de hacerte consciente de la
presencia espiritual en la que Dios ha querido que vivamos.
Shalom!
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