Primera
Lectura
Romanos 4, 13.16-18
Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abrahán
y a sus descendientes, de que ellos heredarán el mundo, no dependía de la
observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es
gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para
aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe en
Abrahán. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: “Te
he constituido padre de todos los pueblos”.
Así pues, Abrahán es nuestro padre delante de
aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la
existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda
esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que
Dios le había prometido: “Así de numerosa será tu descendencia”.
Palabra de Dios.
Meditación
Jesús ha experimentado el rechazo a lo largo
de toda su vida y sabe que los poderosos de su pueblo lo buscan para matarlo
porque ha denunciado su pecado, su maldad, su hipocresía. Jesús tolera y acepta
el maltrato y el rechazo como consecuencias de su misión, sabe que tiene un
límite en el tiempo cronológico, pero lo que sí no acepta es la hostilidad
contra el Espíritu Santo, pues será Él la fuerza dinamizadora que permanecerá
en el tiempo para animar, defender e iluminar a los suyos hasta la planificación
de su reinado (parusía).
De ahí que, reconocer al Hijo de Dios en
medio de cualquier situación es ponerse en contra de toda hipocresía, en contra
de todo aquello que atente contra la salvación y la vida nueva.
El Evangelio
del Día
Lucas 12, 8-12
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que a todo
aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá
abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me
niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
A
todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará;
pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando
los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de
cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará
en aquel momento lo que convenga decir".
Palabra del Señor.
Reflexión
En
este texto Jesús nos habla de uno de los temas que más impactan a nuestro
cristianismo: el testimonio.
El
tema no sólo es fundamental, sino que lo trata de una manera radical: ‘Si
alguno se avergüenza de mí’. Teniendo este texto en mente, podemos darnos
cuenta que el testimonio no es sólo el hablar de Jesús, el ejercer nuestra
misión profética sino, incluso cuando sale el tema, declararnos abiertamente
cristianos, seguidores de Jesús y en todo momento sentirnos orgullosos de
serlo.
Es
triste ver que personas que en lo privado (o en reuniones con otros hermanos)
se manifiestan como buenos cristianos, en público tienen miedo de ser
identificados como tales pues temen a la burla o al desprecio y prefieren pasar
desapercibidos, ocultando su condición cristiana. Es común ver familias que en
la intimidad de su hogar se persignan y hacen una pequeña oración antes de
comer para dar gracias al Señor por los dones, pero cuando están en los
restaurantes o en otros ambientes (en donde sería muy oportuno que se
manifestaran como cristianos) sienten pena y prefieren simplemente ponerse a
comer. Todo esto es avergonzarse de Jesús.
Hermano,
debemos sentirnos realmente orgullosos de ser parte de su equipo, de ser sus
seguidores. Muéstrate en todo momento como un fiel amigo de Jesús, muéstrale de
esta manera cuánto le amas.
Shalom!
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