jueves, 31 de agosto de 2017



Meditación

Es tanta la alegría del apóstol al saber que a pesar del poco tiempo que estuvo entre ellos, la fe en la comunidad no solo se ha mantenido sino que ha crecido, que inspira al apóstol a hacer una pequeña, pero bellísima oración. Y es que no hay premio y satisfacción más grande para quien anuncia la Buena Noticia de Cristo que el ver que ésta da fruto.

Es como el sembrador, que al ver que todo su esfuerzo rinde fruto, ya ni se acuerda de las largas horas que tuvo que pasar bajo el sol para sembrar y cultivar. Así también cuando un padre de familia ve que todo su esfuerzo, sus desvelos y problemas por educar al hijo, maduran en una vida honrada y productiva (y ni qué decir cuando además es una vida santa), con cuánta alegría no se elevará una oración para agradecer al buen Dios que ha hecho, con nuestras humildes fuerzas, florecer el campo.

Todos, de una manera o de otra, disfrutamos de esta cosecha, por ello te invito hoy a elevar una oración de agradecimiento por todos aquellos a los que les has compartido el Evangelio y, sobre todo, por aquellos a quienes el Señor te dio el gran compromiso de educarlos y de formarlos como hijos de Dios para que, como dice el apóstol: "Dios conserve sus corazones irreprochables en la santidad".

Oración

Señor, te pido que me sigas formando como un instrumento para llevarte a más personas, enséñame a tener un amor tan profundo por los demás como el que tú nos tienes; sobre todo, un amor especial por aquellos que no te conocen. Te pido, Señor, por esa persona que me habló de ti por primera vez y que, gracias a ella pude conocerte, para que le des siempre tu bendición.

Acción

Hoy buscaré a la persona que me habló de Dios por primera vez y después de agradecerle, le diré lo importante que ha sido su trabajo evangelizador en mi vida.

El Evangelio de Hoy

Reflexión

En este pasaje Jesús nos invita a la vigilancia, y sobre todo a reconocer que todo lo que tenemos, es sólo en administración, por lo que tenemos el compromiso de cuidar de "sus" bienes y de administrarlos correctamente.

Es importante notar en esta cita que cuando Jesús habla sobre el servidor fiel, lo pone en relación a sus hermanos; con ello nos indica que todos los que tenemos autoridad sobre otros debemos reconocer que un día el Señor nos pedirá cuentas de ellos. De ahí la gran responsabilidad que tienen sobre todo los padres de familia, a los que Dios les ha encomendado el cuidado de sus hijos; de los esposos, a quienes les ha encomendado el cuidado mutuo; de la alta responsabilidad de los empresarios, patrones, supervisores, etc., quienes tendrán que responder por el bienestar (y diríamos incluso de la santidad) de sus empleados.

Si el Señor te pidiera hoy cuentas de tu administración, ¿te encontraría preparado? Te invito, pues, a hacer un breve balance de cómo has administrado lo que el Señor puso a tu cuidado, sobre todo en tu trato con tus hermanos.


Shalom!

miércoles, 30 de agosto de 2017


Reflexión

¿CUÁL ES MI TESORO?

Verdad: Sólo el que ve en Dios su tesoro y vive con desprendimiento, puede ser realmente generoso para ayudar a los demás. No privemos a la Iglesia y a las obras de evangelización de nuestra ayuda para que pueda cumplir con su misión.

¿Reviso en mi historia personal los acontecimientos de salvación que Dios ha generado para mí y para mis hermanos?

Oración: Ayúdanos, Señor, a predicar más con nuestra vida que con las palabras; a mostrar un rostro transparente, donde se refleje la misericordia y el amor.


Amén.

martes, 29 de agosto de 2017



Meditación

Predicar la Palabra de Dios implica denunciar situaciones de pecado o de injusticia que hay alrededor nuestro. Esta predicación es incómoda para quienes llevan una vida conforme a los criterios del mundo, para quienes hacen del poder y la opresión su distintivo, por eso la actitud hostil contra el profeta es inmediata. Pero el verdadero profeta no teme, porque sabe que cuenta con la protección y el consuelo de Dios, porque se siente elegido y “preparado” por el mismo Señor para hablar en su nombre el bien, la justicia y el derecho.



Reflexión

Este pasaje que hemos leído, nos pone de frente a uno de los grandes problemas que tiene que afrontar el hombre: la fidelidad. Por un lado, tenemos a Juan el Bautista que, sin temor, se declara abiertamente en pro de la ley de Dios y denuncia con valentía el mal proceder del rey. Por otro lado, tenemos al rey, que prefiere matar a un inocente que retractarse, simplemente por el "qué dirán".

Uno ofrece su vida abiertamente sin importarle la misma muerte, el otro se acobarda por una posición delante de una sociedad corrompida. Este caso nos invita a reflexionar y a tomar partido. Ya Jesús lo había dicho: "O estás conmigo o estás contra mi". Es decir, no podemos estar en zona neutral, pues "el que no recoge, desparrama".

Es, pues, necesario hacer una opción que nos va a conducir en nuestra vida a reaccionar como Herodes o como Juan el Bautista. O somos cristianos de tiempo completo y tomamos partido por la justicia, la paz y el amor; o seremos cobardes que nos escondemos detrás de la ley, de las políticas de nuestra oficina, gobierno o institución, para que no se vean afectados nuestros intereses. Juan dio su vida por amor a la verdad que Dios reveló, ¿estarías tú dispuesto a hacer lo mismo?

Shalom!

lunes, 28 de agosto de 2017

LUNES 28 DE AGOSTO



Meditación

Una de las constantes que saltan a la vista en las cartas de Pablo, es recordar las maravillas que Dios ha realizado en los miembros de la comunidad a la que dirige el apóstol su carta.

Para hacer énfasis les recuerda que toda comunidad es congregada por Dios Padre por medio de su Hijo Jesucristo. Ya lo había dicho una vez el evangelista, cuando comentaba que Jesús llamó a los que él quiso; por otra parte, nos recuerda Jesús que ha sido él quien nos ha elegido y no nosotros quienes le hemos elegido a él.

Por lo tanto, toda bendición, nos dice Pablo, es iniciativa divina; Dios nos llama a la comunidad de salvación por medio de su Hijo, quien nos congrega en la unidad por medio de su Palabra y por medio de su Espíritu Santo. Sin embargo, no olvida san Pablo que el llamado, cuando es respondido dócilmente, produce frutos abundantes.

Cierto que se requiere un trabajo arduo e intenso, pero es Dios quien hace crecer la semilla de sus dones, tanto de la fe, como de la esperanza y, con mayor razón, de la caridad.
La salvación es algo que nace de la iniciativa del Padre y se concreta en el actuar salvífico de su Hijo, pero todos estos dones se celebran en comunidad. La iglesia (compuesta de comunidades concretas o locales) es congregada por el Padre para dar gracias a Dios por todo bien y don concedido.

Nunca olvidemos ser agradecidos con Dios por todos sus bienes, ni temamos congregarnos para elevar junto a nuestros hermanos la acción de gracias por excelencia en la que nos unimos por la fuerza del Espíritu Santo a la oblación de Jesús. En ella, todo don es agradecido por la comunidad de redimidos.

Oración

Padre lleno de amor, de quien procede todo don, te doy gracias por todas las cosas buenas que me has dado a lo largo de mi vida. Gracias por llamarme a la existencia, gracias por todos aquellos que me aman y por darme gente para amar; gracias por la salud, gracias por llamarme a la comunidad de redimidos.
Te pido que nunca dejes de darnos a tu Santo Espíritu para que vuelva nuestros corazones a ti y para que, todos aquellos que no te conocen y no saben de tu amor dulce y tierno, puedan descubrirte por medio nuestro. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Acción

Anotaré aquellas cosas por las que quiero dar gracias a Dios y las usaré en mi oración del día.



Reflexión

El evangelio de hoy nos presenta una reprimenda dura para aquellos que llevan una fe fingida (fariseos y escribas). Tratan de aparentar ante los demás saber la ley y la anuncian, pero para vivirla, le hacen sus propias "acomodaciones".


Preguntémonos hoy si nosotros, en algunos momentos, no buscamos acomodar el Evangelio a nuestra "propia conveniencia" a fin de llevar una vida más cómoda.

Shalom!

domingo, 27 de agosto de 2017

Meditación


El profeta Isaías anuncia que los caminos del Señor no son los del individuo engreído y alienado, y afirma que todo lo que se construye sobre la explotación, el abuso del derecho y la falsedad, termina irremediablemente condenado a la insignificancia.

Reflexión

La pregunta de Jesús a sus discípulos recoge el interrogante de la comunidad cristiana: identificar su ser y su misión. Las respuestas nos sorprenden. El gentío que sigue a Jesús lo identifica incorrectamente como uno de los profetas. El grupo, en la voz de Pedro, lo reconoce acertadamente como el Mesías e Hijo de Dios. Pero, tanto la multitud como los discípulos quieren imponerle a Jesús un estilo de ser profeta y una manera de ser Mesías, yendo incluso en contra de la voluntad de Dios y las enseñanzas de Jesús. El Evangelio nos quiere mostrar que los discípulos aún deben pasar por la experiencia de la cruz para comprender el verdadero alcance de las palabras y obras de Jesús. Él sí es el Mesías, Él sí es el profeta, pero del amor, la justicia y la paz.

¿Cómo manifiesto mi compromiso de ser colaborador en la construcción del Reino?

Oración: Padre, haz que podamos reconocer en Jesús, el Mesías que vence las fuerzas del mal y, con su mensaje, construye el Reino de amor.

Amén.

Shalom!

sábado, 26 de agosto de 2017



Meditación


Recoger espigas en los campos, dejadas por los recolectores, era una actividad propia de los marginados y, especialmente, de mujeres abandonadas, pobres o viudas. El buen corazón del dueño permitía a los pobres sobrellevar el hambre y la escasez. Pues el Señor cuida de los humildes, y de esa forma la humildad se vuelve garantía de la acción transformadora de Dios. La vida de Rut es una enseñanza para cada uno de nosotros. Pues en ella reconocemos que es Dios quien siembra en nosotros la humildad, la bondad, la pureza de corazón, las sanas costumbres, y es nuestra la responsabilidad de ponerlas al servicio de los demás.


Reflexión

Aunque este evangelio está referido especialmente a los líderes religiosos, no podemos negar que presenta la realidad de la soberbia que existe en todos nosotros.

O, ¿quién podría negar, que cuando se presenta la ocasión, no busca tomar los puestos de honor, que su nombre esté entre luces de colores, que toda la gente hable de él, ser la estrella de su propia película? Sobre todo, esto ocurre en aquellos a los que Dios ha puesto al frente de cualquier grupo humano, desde el padre de familia, hasta el ejecutivo; el político y el sacerdote.

Se nos olvida con frecuencia que nuestra vida cristiana se manifiesta en la humildad, que el único importante en toda conversación es Cristo, que Él es el único que merece el poder, el honor y la gloria, y que el elemento que plenifica nuestra vida, es el servicio. Entrenémonos en nuestra vida tomando los últimos lugares, dándole el lugar de honor en nuestra vida a Cristo y sirviendo con alegría a los demás.

Shalom!

viernes, 25 de agosto de 2017



Meditación

En esta lectura, ilumina con mucha claridad lo que significa el verdadero amor, el amor que sabe ser fiel "en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad". Las dos muchachas podrían haber regresado a la casa paterna y volverse a casar con gente de su mismo pueblo. Una de ellas lo hace, pero Rut, que sabe que su suegra está sola, decide acompañarla y permanecer con ella en toda circunstancia.

En nuestros días, qué importante es que volvamos a valorar la verdadera fidelidad y la amistad. Acostumbrados en nuestro mundo consumista a cambiar frecuentemente de todo, en una cultura del "úsese y tírese", no es fácil tener amistades estables, verdaderos amigos que lo acompañen a uno, sobre todo, en los momentos difíciles de la vida. Ciertamente no es fácil establecer lazos duraderos y raíces profundas con nuestros vecinos, compañeros.

Sin embrago, esta es la enseñanza de la Escritura, es lo que nos mostró Jesús al hacerse uno con nosotros y recorrer nuestro mismo camino, incluso hasta la muerte. Aprendamos de Rut que el verdadero amor se muestra ante todo en la fidelidad y en el saber acompañarnos unos a otros, en comprometer toda nuestra existencia con alguien más. Inténtalo, verás que no te arrepentirás.
Oración

Gracias, Señor, por mis amigos, gracias por aquellos que has puesto a mi lado, a quienes amo y quienes me aman. Enséñame a ser fiel y a demostrar libremente lo que siento, a decirles gracias, a corregirlos cuando haga falta y a escuchar tu voz también en ellos.
Acción

Hoy llamaré a mis amigos más cercanos y les agradeceré su amistad.

EL EVANGELIO DE HOY

Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"

Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".

Palabra del Señor.

Reflexión

Siempre me ha parecido interesante que siendo el primero y el más importante de los mandamientos el "amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente" sean muy pocas las personas que acuden al sacramento de la reconciliación a reconocer que han fallado a este mandamiento.

Ciertamente, como dice Jesús, al fallar a cualquiera de los otros mandamientos estamos fallando a estos dos, sin embargo, esto puede ser un indicativo de qué lugar ocupa Dios en nuestro corazón y la relación que llevamos con él.

Si haces un recuento de las últimas veces en que le has pedido a Dios que te perdone, te darás cuenta de que la mayoría de las veces, éste está ocupado con alguna "falta recurrente", que es el pecado que está distrayendo tu atención de la santidad, además habrás expuesto una serie de imperfecciones relacionadas con tu carácter y con el trato con los demás, pero sería bueno que en tu próxima reconciliación la iniciaras diciendo: "Padre, me arrepiento de no amarte con todo mi corazón, por ello no he orado lo suficiente y esto ha hecho que mi vida no se transforme; esto me ha llevado a pecar contra..."

Cuando reconocemos que nuestra principal falta es no amar lo suficiente a Dios, inmediatamente nos daremos cuenta de cuál o cuáles son las causas de esto. Si nos ponemos a trabajar en ellas veremos que nuestras demás faltas irán desapareciendo de nuestra vida.


Shalom!

miércoles, 23 de agosto de 2017

Meditación

Esta pasaje es una de las críticas más fuertes que se han escrito contra los oportunistas, contra aquellos que, sin importarles la voluntad de Dios, buscan su propio provecho. Al leer el libro de los Jueces nos encontramos con que el pueblo fiel a Dios no reconocía a ningún otro rey sino a YHVH, pues recordaba bien que la alianza decía: "Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios". Sin embargo, otra parte del pueblo buscaba ser como "los demás pueblos" y tener un rey humano.

Con una serie de figuras, el autor nos muestra cómo el pueblo, con tal de "ser como los demás pueblos" ha escogido lo peor como rey (que de hecho llevará a Israel a la secularización y a la idolatría). Esto puede pasar también en nuestras vidas cuando buscamos hacer nuestra vida al margen de Dios, cuando nos olvidamos que nosotros somos cristianos y que, por lo tanto, no somos como el resto del mundo aunque vivamos en el mundo. Oportunidades no nos faltan, el mundo nos ofrece fama y prestigio si aceptamos "cobijarnos bajo su sombra".

El resultado siempre será el mismo: tristeza, soledad, angustia, miedo. Dios quiere reinar en nuestras vidas, quiere ser el centro de nuestra existencia, no porque necesite de nuestra alabanza o nuestro servicio, sino porque cuando él es Rey puede darnos la verdadera paz y la alegría del Reino en el cual "él reina". No nos dejemos engañar, la verdadera felicidad sólo está en Dios.

Oración

Señor, tu eres mi único Rey, renuncio a lo que sea con tal de que tú reines en mi vida. No me quiero conformar con poco, yo necesito que en mi vida, tú, el Rey de Reyes, seas el único soberano y gobernador de mis acciones; tómame, Señor.

Acción


Hoy pediré por los gobernantes de las naciones, especialmente por los de mi país.

Reflexión

Esta parábola de Jesús tiene un profundo significado y pueden sacarse diversas enseñanzas de ella.

Entre otras cosas, quiere mostrarnos lo que significa tener "absoluta confianza en la Palabra del Señor". Si nos fijamos, veremos que sólo a los primeros les dijo cuánto les iba a pagar, esto es un denario (es decir lo que un jornalero ganaba en aquel tiempo, lo necesario para que una familia viva un día); a los demás les dijo: "les daré lo que sea justo". Con esta promesa se fueron a trabajar.

Hoy en día, cuando alguien nos contrata, lo primero que se pregunta es ¿cuánto voy a ganar?, pues qué tal si lo justo para el señor es sólo cicuenta o cien pesos por el trabajo de 8 horas. Los últimos trabajadores confiaron totalmente en la palabra dada: "nos dará lo justo", y sin embargo, se llevaron la sorpresa de que les dio lo mismo que a los primeros.

La primera enseñanza de este pasaje es que la justicia de Dios no es matemática y va mucho más allá de nuestra pobre justicia humana, y que su palabra es de fiar, más allá de lo que nosotros pudiéramos pensar.

Cuando leemos las promesas hechas por Jesús, debemos siempre pensar que la realidad es mucho, pero mucho más grande de lo que la palabra expresa. Con este Dios, cómo no vamos a entregarle toda nuestra vida y a trabajar sin descanso por el Reino, si lo que nos ha prometido es mucho más de lo que jamás pudiéramos haber pensado, no importa que sólo hayamos trabajado una hora.

Shalom!

martes, 22 de agosto de 2017

Meditación

Cuántas veces nos hemos dicho: "Realmente este proyecto es más grande que mis fuerzas". Ciertamente que es importante, como dice Jesús, ver si nuestros recursos, nuestros dones, son suficientes para afrontar tal o cual reto. Sin embargo, habría que distinguirse de la generalidad de los casos uno en particular, que es cuando es Dios mismo quien nos lo pide.

En el pasaje que hemos leído, Dios le dice a Gedeón que vaya a salvar a su pueblo, y si Dios es el que pide, él dará todos los recursos para que podamos hacer lo que él mismo nos está solicitando. Por ello, es que en nuestros deberes de estado no podemos decir que ya no podemos, pues el mismo Dios nos ha dado todos los dones y las gracias que necesitamos para salir adelante y para salir victoriosos en esta empresa.

Lo mismo podemos decir de la vida cristiana, sobre todo, en relación a la santidad. No podemos decirle al Señor que no puedo ser santo, ya que Dios, al darnos la presencia viva del Espíritu Santo, nos ha dado todo lo que necesitamos para alcanzar esta meta. Si Dios te llama respóndele con generosidad, y como María, ábrete a la acción de su Espíritu, verás que con él todo es posible.

Oración

Señor, envíame a mí, estoy dispuesto a usar la fuerza que me has dado para ir a salvar a tanta gente que no te conoce. Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú el que me habla, hazme saber que estás conmigo y yo iré a donde me mandes.

Acción


Hoy buscaré el modo adecuado para que cinco personas conozcan a Jesús por mi medio.

Reflexión

Este pasaje nos podría dar la impresión de que Jesús tiene algo contra los ricos. Sin embargo, nada más lejano que esto.

La Escritura es testigo de que el mismo Jesús tenía entre sus seguidores amigos (algunos eran incluso discípulos) muy ricos. José de Arimatea quien le regaló la tumba y Nicodemo que le llevó los perfumes (que eran muy caros) para la sepultura, esto sin contar al mismo Mateo y a Zaqueo, quien sólo dio la mitad de sus bienes y del que Jesús dijo: "Ahora ha llegado la salvación a esta casa".

Lo que impide que un hombre pueda disfrutar del Reino es la esclavitud, la falta de libertad sobre los bienes (o sobre cualquier cosa, incluso nuestros propios pensamientos). Cuando el hombre se aferra a los bienes, como el joven del pasaje, no es libre pues es esclavo de lo que posee. Jesús nos quiere libres, el Reino es para la gente libre, para aquellos que, como Nicodemo, José de Arimatea y tantos más, son capaces de tener sin retener.

De aquellos que reconocen que los bienes creados son de y para todos; que acaparar solamente empobrece y esclaviza. Ante esto, ¿qué tan libre eres con respecto a tus bienes? Pues de esto depende que puedas disfrutar la vida del Reino.

Shalom!

lunes, 21 de agosto de 2017



Meditación

Un santo sacerdote decía en una ocasión, refiriéndose a nuestra naturaleza caída: "Pobrecito ser humano". Con ello iluminaba la miseria de nuestra condición, que como dice san Pablo, "está vendida al pecado". En este pasaje vemos al pueblo de Dios, al pueblo que ha visto los prodigios y las maravillas de Dios, cometer toda clase de maldades. La causa: han abandonado al verdadero Dios y se han postrado ante dioses falsos que ofrecen paraísos "artificiales".

Dioses a los que se les puede servir con comodidad y sin compromiso, que se acomodan a nuestros deseos; dioses que no exigen renuncia y que permiten la avaricia, el lucro, la venganza, que conducen la vida hacia el abismo. Esto ocurrió con Israel, y continúa sucediendo con todos aquellos que, en lugar de seguir al único y verdadero Dios, al Dios del amor, de la salvación y del perdón, van en busca de los dioses falsos, de ídolos inertes que solo terminan por destruir la vida.

Nosotros, cristianos, no somos inmunes a la seducción de los "dioses modernos"; y de hecho, si nuestra sociedad, que decimos "cristiana", padece de esta perversión es porque muchos de los cristianos han volteado sus ojos, si no totalmente, sí con cierta aceptación, hacia los falsos dioses. Tengamos cuidado, los dioses falsos, los ídolos, ofrecen un falso bienestar que, tarde o temprano, se convertirá en sufrimiento y soledad. Centremos nuestros ojos en Jesús y busquemos con todo nuestro corazón vivir conforme a su evangelio.

Oración

Señor, perdona mi infidelidad, perdóname por todas las veces que he mirado hacia otros atractivos y les he dado una importancia que solo a ti te corresponde. Quiero decirte que tú eres mi Dios, solo tú mi alegría y salvación, defiéndeme del malo y ponme muy cerca de ti.

Acción

Hoy reflexionaré en cuáles son los ídolos actuales que me hacen apartar mi vista de Dios.


Shalom!


Reflexión

A la pregunta que le hace este joven a Jesús sobre qué cosa es necesaria para alcanzar la vida eterna (que puede ser traducida como: "entrar en el Reino", esto es: para ser feliz), él le responde: "cumple los mandamientos". 

No le pide otra cosa. Es decir, lo mínimo que necesitamos para que nuestra vida se desarrolle dentro del Reino, es ser fieles a nuestros compromisos bautismales. Hoy en día, como seguramente lo fue en tiempos de este joven, la gente no es feliz, pues, no vive de acuerdo a estos simples principios establecidos por Dios, y que tienen como objeto, advertirnos de todo aquello que es dañino para nuestra vida. 

La ley, podríamos compararla al aviso que le da la mamá al niño para que no se coma el pastel caliente, que aunque se presenta muy sabroso, ella sabe bien que le hará mal, lo enfermará del estómago. Dios nos ha instruido sobre todo aquello que nos destruye y nos roba la felicidad, por eso Jesús le dice: "Cumple la ley". 

Si queremos que nuestra vida tenga las características del Reino, que se desarrolle en la alegría y la paz de Dios, que pueda ser plenamente feliz, debemos empezar por cumplir los mandamientos. ¿Por qué no haces hoy una pequeña revisión de cómo estás viviendo esta enseñanza de Jesús? Pregúntate si en realidad estás buscando vivir los mandamientos.

Shalom!

Visita :https://jc2v.blogspot.com

domingo, 20 de agosto de 2017

Reflexión
Esta Iglesia que, representada en la mujer cananea, con coraje y con fuerza maternal, se postra ante su Señor y suplica por el bienestar de de los suyos. La lección es clara: tal vez la Iglesia no tenga injerencia en la vida de los “no creyentes”, pero con su oración suplicante es capaz de mover el mundo y llegar al corazón de Dios con tal de “desdemonizar”, de liberar, a estos “hijos de Dios”. Y no lo hace en su nombre, sino en el de su Señor, Jesús, quien “ha sido enviado para salvar a todos”. En la lectura, los discípulos quieren quitarse de encima a la mujer que inoportuna, tal como nos pasa muchas veces a nosotros con el mundo, pero Jesús le devuelve su dignidad de hija de Dios y asegura que la salvación sea para todos.

¿Trabajamos en conjunto con la Iglesia por llegar a todos con la Palabra de Dios?

Oración: Señor Jesús, danos coraje y persistencia para sentir el llamado a anunciar y acoger en nuestra comunidad de fe a los que no son de nuestro pueblo (Iglesia).

Amén.


sábado, 19 de agosto de 2017



PRIMERA LECTURA

Digan aquí y ahora a quién quieren servir.

Del libro de Josué 24, 14-29

En aquellos días, habló Josué al pueblo y le dijo: “Teman al Señor y sírvanlo con toda la sinceridad de su corazón. Apártense de los dioses a los que sirvieron sus padres al otro lado del río Éufrates y en Egipto, y sirvan al Señor. Pero si no les agrada servir al Señor, digan aquí y ahora a quién quieren servir: ¿a los dioses a los que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitan? En cuanto a mí toca, mi familia y yo serviremos al Señor”.
El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses, porque el Señor es nuestro Dios; Él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto, el que hizo ante nosotros grandes prodigios, nos protegió por todo el camino que recorrimos, y en los pueblos por donde pasamos expulsó a todos los que habitaban el país al que llegamos. Así pues, también nosotros serviremos al Señor, porque Él es nuestro Dios”.
Entonces Josué le dijo al pueblo: “No creo que ustedes puedan servir al Señor, porque es un Dios santo y celoso, que no perdonará sus rebeldías y pecados. Si después de todo el bien que el Señor les ha hecho, lo abandonan para servir a dioses extranjeros, Él los castigará y acabará con ustedes”.
El pueblo le respondió a Josué: “No nos sucederá lo que tú dices, porque ciertamente serviremos al Señor”. Josué le dijo al pueblo: “Ustedes son testigos de que han elegido servir al Señor”. Respondieron ellos: “Somos testigos”. Josué les dijo entonces: “Apártense, pues, de los dioses extranjeros que tienen y vuelvan su corazón al Señor, Dios de Israel”. El pueblo respondió a Josué: “Serviremos al Señor, nuestro Dios, y obedeceremos sus mandamientos”.
Aquel día Josué renovó la Alianza del Señor con el pueblo y le impuso a éste mandamientos y normas en Siquem. Josué escribió estas cláusulas en el libro de la ley de Dios. Tomó luego una gran piedra y la colocó al pie de la encina que había en el santuario del Señor. Josué le dijo a todo el pueblo: “Esta piedra será testigo, pues ha oído todo lo que el Señor les ha dicho; ella será testigo contra ustedes, cuando quieran renegar del Señor, su Dios”. Por fin, Josué despidió al pueblo y cada uno se volvió a su casa.
Algún tiempo después, murió Josué, hijo de Nun y siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.

Palabra de Dios.

Meditación

El ser humano no es una criatura “sujeta” al control del azar y la coincidencia, sino que es capaz de tomar decisiones, las cuales determinan su felicidad y su “destino”. Gracias al don de la libertad y de la razón puede elegir lo que más le convenga para su vida, pero debe hacerlo con responsabilidad, especialmente en lo que tiene que ver con la fe y el culto. Si bien Dios es poderoso para someter al hombre por la fuerza, sin embargo, no es esto lo que ha escogido: en vez de obligarlo a aceptar su plan, Él le pide que escoja hacerlo. Y sea cual sea su elección, debe hacerlo siempre con humildad y sencillez de corazón.



El EVANGELIO DE HOY

No les impidan a los niños que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos.

 Mateo 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos”. Después les impuso las manos y continuó su camino.

Palabra del Señor.

Reflexión

De nuevo Jesús nos muestra que la grandeza del hombre no está en sus méritos, en lo que pueda llegar a ser, tener o saber, sino en la sencillez de su corazón.

El niño, ejemplo de la simplicidad de la vida y de la fe, es nuestro modelo para seguir a Jesús. Llegar a ser como ellos es nuestra meta, cosa por demás difícil, si no nos ayuda la gracia del Señor, pues nuestra tendencia natural, quizás por el pecado original, es hacia la grandeza, a buscar los primeros lugares, a "complicarnos" la vida. El niño es simple, es transparente, por ello, pude gozarse en las cosas sencillas del Reino, puede apreciar la gracia que hay en Jesús y Jesús se puede regocijar en ellos, pues siempre encuentra lugar en ellos para una sonrisa, para un beso, para un momento de alegría.

En medio de este mundo que nos impulsa continuamente a vivir una vida complicada en todas las áreas de nuestra vida, es importante no quitar la vista de lo que realmente es importante para Jesús y luchar con todas nuestras fuerzas para evitar caer en las complicaciones, para hacer nuestra vida y nuestros pensamientos complejos y por lo tanto, pesados y abrumadores.

Oremos a nuestro Dios para que nos conceda un corazón simple y transparente como el de los niños, para descansar en él y simplificar nuestra vida.


Shalom!

viernes, 18 de agosto de 2017



PRIMERA LECTURA

Yo tomé a su padre Abrahán de Mesopotamia, y a ustedes los saqué de Egipto y los he hecho entrar en la tierra prometida.

Del libro de Josué 24, 1-13

En aquellos días, Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel y reunió a los ancianos, a los jueces, a los jefes y a los escribas. Cuando todos estuvieron en presencia del Señor, Josué le dijo al pueblo:
“Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘Al otro lado del río Éufrates vivieron hace tiempo sus antepasados, hasta la época de Téraj, padre de Abrahán y de Najor, y adoraban otros dioses. Yo saqué a su padre Abrahán del país de Mesopotamia y lo conduje a la tierra de Canaán; le di por hijo a Isaac y multipliqué su descendencia. A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú; a Esaú le di en propiedad la montaña de Seír; Jacob y sus hijos se fueron a Egipto.
Envié después a Moisés y a Aarón y castigué a Egipto con señales prodigiosas. Luego los saqué de allí a ustedes y a sus padres, y llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a los padres de ustedes con carros y guerreros hasta el mar Rojo. Ustedes clamaron entonces al Señor, el cual tendió una densa niebla entre ustedes y los egipcios e hizo caer sobre ellos el mar, que los cubrió. Con sus propios ojos vieron ustedes lo que hice con Egipto. Luego vivieron largo tiempo en el desierto.
Los introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos les declararon la guerra y yo los entregué en las manos de ustedes; los destruyeron y ocuparon su tierra.
Después se levantó Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, para pelear contra Israel y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que los maldijera. Pero yo no quise escuchar a Balaam, que no tuvo más remedio que bendecirlos, y así los libré de las manos de Balac.
Pasaron ustedes el Jordán y llegaron a la región de Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, igual que los amorreos, los perezeos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los jiveos y los yebuseos, pero yo los entregué en las manos de ustedes. Mandé delante de ustedes avispas que expulsaron, antes de que ustedes llegaran, a los dos reyes de los amorreos; eso no se realizó ni con las espadas ni con los arcos de ustedes.
Finalmente, les he dado una tierra que no han cultivado; unas ciudades que no han construido y en la que, sin embargo, habitan; les he dado viñedos y olivares que no habían plantado y de los que ahora se alimentan’”.

Palabra de Dios.

Meditación

Toda nuestra historia es una historia de salvación en la que Dios está presente y va realizando su proyecto de amor para con cada uno de nosotros, nuestras familias y nuestra comunidad. Es importante, de cuando en cuando, recordar las obras de amor y salvación que Dios ha realizado en nuestra vida y familia, ya que esto hace que la fe se mantenga viva.

Esta es la razón también del por qué debemos todos los días tener tiempo para la lectura de la Palabra de Dios, en ella encontramos la historia de nuestro pueblo, la historia del "Dios amor" que ha entregado a su Hijo único para que todo aquel que crea tenga vida en él; es la historia del Dios que, habiéndonos perdonado, nos ha llenado con su Espíritu haciendo de nosotros un verdadero templo en donde él habita.

Del Dios que día tras día, en cada oración y en cada sacramento nos salva, nos santifica y nos llena de paz; del Dios que camina con nosotros día con día, hasta la consumación de los tiempos.

Oración

Gracias, Señor, por las bendiciones abundantes que has derramado en mí. Te pido que por tu gran misericordia y amor, sigas escribiendo mi historia de salvación hasta que llegue a tus brazos que me esperan.

Acción

Hoy me daré tiempo para orar y para leer más la Escritura. Descubriré en mi vida las huellas del amor de Dios, del amor que salva.




EL EVANGELIO DE HOY

Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así.

Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerle una trampa: “¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?”.
Jesús les respondió: “¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa?’. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
Pero ellos replicaron: “Entonces, ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?”.
Jesús les contestó: “Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio, y el que se case con la divorciada, también comete adulterio”.
Entonces le dijeron sus discípulos: “Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Pero Jesús les dijo: “No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús es claro sobre la realidad del matrimonio: éste crea la unidad entre el hombre y la mujer pues "ya no son dos sino uno solo".

Dios creó un solo ser: "el hombre", y éste en dos sexos, con el fin de que el hombre y la mujer se complementen y alcancen así la perfección. La causa que está a la base del divorcio, es precisamente que, las parejas durante el noviazgo, no buscan complementarse el uno al otro, sino pasársela bien. Este aspecto de complementariedad exige renuncias y sacrificios por parte de los dos, pues la complementariedad debe ser mutua. Lógicamente, cuando no se dio, ni se entendió que ésta, es la realidad del matrimonio, la pareja tiende a buscar quién o qué lo complemente.

Peor aún, es que tampoco son conscientes de que la relación que se estableció es PARA SIEMPRE, por lo que deben hacer todo lo posible por rescatar lo que se pudiera estar perdiendo (clásico de nuestro mundo utilitarista:todo es desechable).

Es importante que tanto nuestros jóvenes, que están en el proceso de noviazgo, como los ya casados, busquen vivir estas dos realidades: la complementariedad y la fidelidad a la alianza realizada. Si esto se consigue, los esposos se darán cuenta que la vida matrimonial es una verdadera invitación a la felicidad plena en el amor de Dios.


Shalom!



jueves, 17 de agosto de 2017



PRIMERA LECTURA

El arca de la Alianza pasará el Jordán delante de ustedes.

Del libro de Josué 3, 7-10.11.13-17

En aquellos días, el Señor le dijo a Josué: “Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que sepan que estoy contigo, lo mismo que estuve con Moisés. Ordena a los sacerdotes que llevan el arca de la Alianza que se detengan en cuanto lleguen a la orilla del agua del Jordán”.
Josué les dijo a los israelitas: “Acérquense a escuchar las palabras del Señor, su Dios”. Y prosiguió: “En esto conocerán que el Dios vivo está en medio de ustedes y que destruirá ante sus ojos a los cananeos: el arca de la Alianza del Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes y, en cuanto los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la Alianza del Señor de toda la tierra toquen el Jordán, las aguas que van hacia abajo seguirán corriendo y las que vienen de arriba se detendrán, formando un muro”.
Así pues, el pueblo salió de su campamento para cruzar el Jordán, encabezado por los sacerdotes que llevaban el arca de la Alianza. En cuanto éstos tocaron con sus pies las aguas del Jordán (que baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque en una gran extensión desde el pueblo de Adam, hasta la fortaleza de Sartán; entre tanto, las aguas que bajaban hacia el mar muerto, desaparecieron por completo y el pueblo cruzó el Jordán, frente a Jericó. Los sacerdotes que llevaban el arca de la Alianza del Señor se detuvieron en medio del Jordán, que había quedado seco, mientras todo el pueblo de Israel cruzaba por el cauce vacío.

Palabra de Dios.

Meditación

Somos tan débiles, que necesitamos tener siempre la certeza de que alguien más poderoso que nosotros está siempre listo para ayudarnos. Esta es la base de todas la alianzas humanas: la seguridad. Dios, que nos ha creado, sabe de esta debilidad y por ello ya desde el AT realizó una alianza con su pueblo de manera que el pueblo, teniendo a Dios como aliado, se supiera seguro y viviera en paz.

Sin embargo, aún la debilidad humana, busca no solo saber sino experimentar esta protección, estar convencido de que la presencia y protección del Aliado es una realidad. Por ello vemos cómo, desde Abraham hasta nuestros días, Dios ha manifestado de muchas maneras esta presencia y protección.

Con signos como los que hoy nos relata este pasaje de la Escritura, el pueblo se fue convenciendo de que la presencia de Dios es real y actuante. Si observas con cuidado cada uno de tus días y, en general tu historia, sobre todo en los momentos más difíciles, encontrarás en ellos la presencia del "Dios que Salva", del Dios amor que busca tu paz, tu seguridad y tu felicidad. Responde a este amor con amor y generosidad todos los días de tu vida.

Oración

Señor, tú siempre has sido maravilloso en mi vida, cuando he estado a punto de sucumbir, siempre actúas portentosamente y me rescatas, tú me afirmas delante de la gente y es por eso, y principalmente porque te amo, que te ofrezco todo en mi vida, y cada logro que consiga, que sea para darte gloria a ti, Dios de los cielos.

Acción

Hoy, a manera de testimonio, buscaré a una persona a quien compartirle lo bueno y poderoso que Dios ha sido en mi vida.





EL EVANGELIO DE HOY

No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Mateo 18, 21–19, 1

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.
Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.
Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán.

Palabra del Señor.

Reflexión

Muchas veces se piensa que perdonar es un sentimiento, sin embargo, la realidad es que se trata de un acto de la voluntad.

Las ofensas recibidas, crean un sentimiento, el cual, generalmente, queda fuera de nuestro control. Este sentimiento, generará actitudes como respuesta a la herida. Por ejemplo, no sentiremos deseos de saludar o de convivir, incluso, puede nacer el deseo de venganza. En este ejemplo que nos propone Jesús, vemos que lo importante fue la actitud, que es un acto de la voluntad. El Rey quiso perdonar y perdonó, es decir, dejó libre a su siervo.

El otro, por el contrario, dio rienda suelta a sus sentimientos y actuó equivocadamente, encerrando en la cárcel a su compañero. El perdón es una decisión que nos lleva, aun en contra del sentimiento (deuda) que permanece en nosotros, a cambiar nuestra actitud hacia la persona que nos ha ofendido.

La reacción humana es la de actuar negativamente hacia quien nos ofendió; la gracia, que apoya nuestra decisión, nos lleva a actuar de una manera sobrehumana y a mostrar una actitud positiva (que puede empezar con una sonrisa). Si no dejas que el sentimiento crezca (reforzándolo con tus actitudes) las gracias de Dios y tu esfuerzo cotidiano, harán que pronto desaparezca el sentimiento causado por la ofensa.


Shalom!