jueves, 29 de noviembre de 2018

Jueves 29 de Noviembre


Jueves 29 del 2018

“SE ACERCA NUESTRA LIBERACIÓN”


PRIMERA LECTURA

APOCALIPSIS 18,1-2; 19,1-3.9ª

“Cayó la gran Babilonia”

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venia con gran autoridad y su resplandor iluminó la tierra. Gritó a pleno pulmón: -« ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante.»

Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar, diciendo:
«Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones. »  después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban: -«Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.»Y repitieron:-«Aleluya. El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.»Luego me dice:-«Escribe: "Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero. " » 

Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL: 99

R:/" Dichosos los invitados al banquete de la boda del Cordero"

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.


Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.


Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.


"El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades." R.



EVANGELIO DEL DÍA

LUCAS 21, 20-28

“Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.

Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.» 

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

Se acerca nuestra liberación

La fuente de nuestra alegría, la raíz de nuestra esperanza, que es el amor de Dios, no se acaba nunca. No se acaba aunque en la historia de la humanidad haya, en distintos períodos, “Babilonias” que quieren terminar con los valores humanos. Es el bien el que vence, aunque el mal haga más ruido. Vivimos en una época en que por todos lados nos invade lo negativo: secuestros, refugiados, deshonestidad, corrupción… Muchas de estas cosas no dependen directamente de nosotros. ¿Qué podemos hacer? Decidir y actuar, es decir, conservar la esperanza en el que nos ha invitado al banquete de bodas del Cordero.

Nos basta su gracia, porque su fuerza se manifiesta en nuestra debilidad. Las señales que pronostica Jesús en la perícopa de hoy puede que nos engendre temor, incluso confusión y angustia, ante lo que va a suceder en los últimos tiempos, o que desencadene en nosotros la inquietud por determinar si las calamidades del presente (terremotos, epidemias, maremotos…) forman parte de los signos mencionados y estamos asistiendo ya al “fin” de los tiempos. “Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”. Es esta la actitud que Jesús nos pide cultivar cuando las cosas se ponen difíciles en la vida. No fuimos creados para la extinción, sino para la vida eterna. Es la esperanza de nuestra fe.

Reflexión: ¿Contemplo el devenir de la historia con esperanza? ¿Me dejo llevar por el engaño y la charlatanería de personas y grupos que hablan del fin del mundo?

Oración: Señor, enséñanos a confiar siempre en tu bondad y misericordia; a comprender que no has venido al mundo a condenarlo, sino a salvar lo que estaba perdido. Amén.


“Confiemos siempre en la bondad y misericordia de Dios, teniendo presente que no ha venido al mundo a condenarlo sino a salvar lo que estaba perdido”

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