sábado, 10 de noviembre de 2018

Evangelio del Dia

Sábado 10 de Noviembre 2018


“SERVIR A DIOS, NO AL DINERO”


PRIMERA LECTURA

FILIPENSES 4,10-19

“Todo lo puedo en aquel que me conforta”

Hermanos: Me alegré muchísimo en Cristo de que ahora por fin pudierais expresar el interés que sentís por mí; siempre lo habíais sentido, pero os faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. Vosotros, los filipenses, sabéis además que, desde que salí de Macedonia y empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta. Éste es mi recibo: por todo y por más todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. 

Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL: 111

R. / Dichoso quien teme al Señor.


Dichoso quien teme al Señor

y ama de corazón sus mandatos.

 Su linaje será poderoso en la tierra,

la descendencia del justo será bendita. R.


Dichoso el que se apiada y presta,

administra rectamente sus asuntos.

El justo jamás vacilará,

su recuerdo será perpetuo. R.


Su corazón está seguro, sin temor.

Reparte limosna a los pobres;

su caridad es constante, sin falta,

y alzará la frente con dignidad. R.


EVANGELIO DEL DIA

LUCAS 16, 9-15

“Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?”

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: -«Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. 
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.» Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: -«Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.» 

 Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Servir a Dios, no al dinero

Por medio de su testimonio de desprendimiento y libertad frente a los bienes materiales, el apóstol Pablo, con la tranquilidad que caracteriza a los que han descubierto la misericordia de Dios en su Hijo, da a entender la armonía que domina su vida: no desesperarse ante las necesidades, ni acomodarse en la abundancia, sino “aceptar lo que se tiene”, dando gracias a Dios por su generosidad, que se hace patente en la solidaridad de los demás. Pablo exalta la virtud de la solidaridad como un modo de acumular gracias y bendiciones ante Dios. Es necesario administrar correctamente la realidad terrestre, que viene a ser “lo mínimo”, para conseguir el tesoro del cielo, “lo mucho”, lo absoluto y definitivo. No se logra esto cuando se da prioridad o se deposita la confianza en lo material, convirtiéndolo en ídolo. Es imposible servir a dos Señores: Dios y el dinero. Para el cristiano, Dios debe ocupar el lugar privilegiado de su corazón. Hay un aspecto que debe quedar bien claro, y es que Jesús no sataniza el dinero o los bienes materiales, los cuales procuran al ser humano un estado de vida digna; lo que nos pide es no darles el carácter de absoluto. Dios no quiere la miseria sino la prosperidad. De hecho, Él favorece a los suyos con abundantes bienes, pero la ambición, el egoísmo, la avaricia corroen la mente y el corazón del hombre y hacen perder el sentido de la solidaridad, originando miserias e injusticias.

Reflexion: ¿Estoy capacitado para usar lo que tengo y lo que soy en la medida en que me sirve para alcanzar el fin que me propongo, que es amar a Dios y al prójimo?

Oracion:Señor, tú creaste los bienes terrenales para el progreso del ser humano, no permitas que los acaparen unos pocos sino que estén al servicio de los más necesitados. Amén.

“Los bienes terrenales fueron creados para el progreso del ser humano, no para ser acaparados por unos pocos”

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