viernes, 23 de noviembre de 2018

Evangelio del Dia

Viernes 23 de Noviembre 2018


“TEMPLOS DE LA VERDAD”


PRIMERA LECTURA

APOCALIPSIS 10,8-11

“Tomé el libro y me lo comí” 

Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo, diciendo: "Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra." Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito." Él me contestó: "Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor." Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago. Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."

 Palabra de Dios

Meditación

A través de estas imágenes, el Señor nos habla sobre la dualidad del Evangelio: por un lado es dulce, pero por el otro es amargo. Y es que cuando somos objeto del Evangelio, éste resulta hermoso. Todas las palabras que se nos dicen en la evangelización llenan de alegría y de dulzura el corazón. 

Sin embargo, cuando nosotros nos convertimos en los sujetos del Evangelio, es decir, cuando hay que vivirlo, cuando hay que DIGERIRLO y llevarlo a la vida cotidiana, ya no es tan dulce, sino que llega incluso a amargar. Más aún cuando al ser sujeto del Evangelio, éste nos impulsa a denunciar todo lo que es contrario al amor, a la justicia y la verdad. Esta es la razón por la cual en la Iglesia tenemos muchos OYENTES del Evangelio y pocos TESTIGOS; muchos que van a misa el domingo, pero que el resto de la semana viven al margen de lo que escucharon el domingo.

Si realmente queremos ser auténticos cristianos, debemos aceptar esta dualidad de amargura y dulzura. No es fácil ser verdadero testigo de Jesús, esto amargará nuestras entrañas; sin embargo, la dulzura que contienen las promesas de Cristo y la presencia del Espíritu Santo harán que nuestra vida alcance la madurez cristiana y humana.

Oración

Gracias, Señor, por la dulzura de tu mensaje, gracias porque es un deleite escuchar lo que te agrada y te complace; en verdad encuentro vida en lo que me propones. Pero, Señor, también encuentro la amargura de mi necedad y dura cabeza, encuentro que mi cuerpo se revela a cumplir tus preceptos y es como si me dirigiera a la muerte, pero me confío a ti, Señor, y aunque mucho cueste digerir las partes que me exigen en el Evangelio, lo acepto con agrado y disposición de corazón, solo te pido tu gracia para que esa amargura se traduzca en la felicidad de hacer lo que te agrada.

Acción

Hoy buscaré tres cosas de la vida cristiana que en verdad me parezcan como un trago amargo, por la exigencia que me representan, y pediré a Dios la gracia de vivir cada una de ellas


SALMO RESPONSORIAL 118

R." Que dulce al paladar es tu promesa"


Mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas. R.


Tus preceptos son mi delicia,

tus decretos son mis consejeros. R.


Más estimo yo los preceptos de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R.


¡Qué dulce al paladar tu promesa:

más que miel en la boca! R.


Tus preceptos son mi herencia perpetua,

la alegría de mi corazón. R.


Abro la boca y respiro,

ansiando tus mandamientos. R.


 EVANGELIO DEL DÍA

LUCAS 19, 45-48

“Se puso a echar a los mercaderes del templo”

En aquel tiempo entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos"". Todos los días enseñaba en el templo.

Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios. 

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

San Pablo, escribiendo a los Corintios, nos dice que somos el templo del Espíritu Santo. Hoy Jesús nos dice que su casa, su templo, debe ser casa de oración. 

Pensemos por un momento si nuestra vida interior se puede considerar una casa de oración o es en realidad un lugar lleno del ruido del mercado del mundo que está gritando dentro de nosotros y buscando vendernos sus necias ideas.

Por qué no invitamos hoy a Jesús para que, con su poder y autoridad, eche fuera a todos estos gritones, ponga nuestra vida interior en paz y así se convierta, como lo fue en María Santísima, en un verdadero lugar de encuentro con Dios.

“Como cristianos (as), más allá de las consecuencias, debemos actuar con firmeza frente a todo lo que atente contra la dignidad humana y la naturaleza”.

 Mira El Evangelio del Día en: https://jc2v.blogspot.com

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