martes, 13 de noviembre de 2018

Evangelio del Día


Martes 13 de Noviembre 2018

“SOMOS Y PERTENECEMOS AL SEÑOR”

PRIMERA LECTURA

TITO 2, 1-8. 11-14

“Llevemos una vida religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo”

Querido hermano: Habla de lo que es conforme a la sana doctrina. Di a los ancianos que sean sobrios, serios y prudentes; que estén robustos en la fe, en el amor y en la paciencia. A las ancianas, lo mismo: que sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino, sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes, enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se desacredite la palabra de Dios. A los jóvenes, exhórtalos también a ser prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada. Porque ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras. 

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL: 36

R. /” El Señor es quien salva a los justos”

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.

El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre.
El Señor asegura los pasos del hombre,
se complace en sus caminos. R.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
pero los justos poseen la tierra,
la habitarán por siempre jamás. R.

“El que me ama guardara mi Palabra
-dice el Señor-, y mi Padre lo amara,
Y vendremos a el”

EVANGELIO DEL DÍA

LUCAS 17, 7-10

“Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”

En aquel tiempo dijo el Señor: "Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."  

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Somos y le pertenecemos al Señor
 Aunque la verdad del Evangelio es única, la manera de transmitirla tiene distintos matices; pues no es lo mismo hablar con gente bien formada en la fe y que trabaja por hacerla vida, que quienes, por motivos diferentes, rechazan cuanto emane de la Iglesia; quien conoce algo sobre la Palabra de Dios, con quien jamás ha leído algún pasaje bíblico… Hemos recibido un mensaje, procuremos transmitirlo íntegro, trabajando para adaptarlo a las circunstancias de los oyentes. Pero, sobre todo, insiste Pablo, la mejor forma de evangelizar es a través de una conducta personal intachable, consecuente con aquello que se dice y se predica.
A través de sus enseñanzas, Jesús insiste en que nuestros actos no los debemos hacer sólo por buscar reconocimiento, sino que debemos actuar correctamente y cumplir nuestras obligaciones, porque es lo adecuado y con eso estamos haciendo lo que Dios quiere de nosotros. ¡Claro que está muy bien ser agradecidos y ofrecerles todo nuestro cariño y apoyo!, pero debemos recordarles –y recordarnos – que lo que hacemos es, simple y llanamente, “lo que teníamos que hacer”. Acostumbrémonos a actuar según nuestra conciencia y no buscando el beneplácito de los demás. Estamos llamados a ser simplemente siervos, esto es, que no realizamos nuestro trabajo por el “qué dirán”, sino por agradar a Dios, sencillamente porque somos y le pertenecemos al Señor.
 “Así como Jesús, debemos servir sin pedir nada. No hay que adueñarse del servicio convirtiéndolo en una estructura de poder. La fuerza de la fe está en servir” (Papa Francisco).

Oración: Nuestra vida te pertenece, Señor, porque de ti la hemos recibido. Por eso hoy te presentamos todo nuestro ser como una perenne ofrenda de amor. Amén.

“Realicemos nuestro trabajo no por el “qué dirán”, sino por agradar a Dios”

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