jueves, 6 de septiembre de 2018



PRIMERA LECTURA
El Señor pondrá al descubierto las intenciones del corazón.
De la Primera carta de san Pablo a los Corintios 4, 1-5
Hermanos: Procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el Señor. Entonces Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 36
R/. La salvación del justo es el Señor.
• Pon tu esperanza en Dios, practica el bien / y vivirás tranquilo en esta tierra. / Busca en Él tu alegría / y te dará el Señor cuanto deseas. R/.
• Pon tu vida en las manos del Señor, / en Él confía, / y hará que tu virtud y tus derechos / brillen igual que el sol de mediodía. R/.
• Apártate del mal, practica el bien / y tendrás una casa eternamente, / porque al Señor le agrada lo que es justo / y vela por sus fieles; / en cambio, a los injustos los borrará de la tierra para siempre. R/.
• La salvación del justo es el Señor; / en la tribulación Él es su amparo. / A quien en Él confía, Dios lo salva / de los hombres malvados. R/.


EVANGELIO
Vendrá un día en que les quiten al esposo y entonces sí ayunarán.
Del Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”.
Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.
Palabra del Señor

Reflexion

Cristo hace nuevas todas las cosas

El Mesías está ya en medio del pueblo, y sólo los que lo aceptan como tal celebran esa presencia como un banquete permanente. El mensaje del Reino es el vino nuevo que tiene que ser depositado en odres nuevos, es decir, en corazones puros, transparentes, sin parches ni fisuras. Por eso la realidad del ayuno tiene una dimensión nueva que supera el espíritu de las prácticas “legalistas”. Con el ayuno el hombre no suprime una necesidad, sino que procura una relación correcta con Dios, consigo mismo, con los otros y con las cosas. La comunidad nueva que sigue a Jesús debe tener la capacidad de comprender que el vino nuevo del Reino transforma las cosas desde adentro, esto es, desde lo profundo del corazón del ser humano.
Los “odres nuevos”, sin duda alguna, somos todos los que aceptamos el mensaje de Jesús, estamos dispuestos a cambiar radicalmente de vida y a comprender que con Él empieza una nueva forma de ser y de actuar: es aceptar la misión de Jesús que empieza por acoger a los excluidos, marginados y pecadores. El “vino nuevo”, en cambio, representa el “amor” de Dios, es el vino excelente, que ha sido dado como un don en medida abundante por Jesús, y que exige un nuevo modo de vivir: hombres nuevos que caminan según el Espíritu y producen frutos.

“Los apóstoles no podían estar tristes cuando estaban con Cristo, porque Él es quien da la felicidad con su sola presencia” (Benedicto XVI).

Oracion: Tú nos exhortas, Señor, a vivir frente a los demás como servidores de Cristo y administradores de tus misterios. Danos fe firme para permanecer fieles a tu amor. Amén.


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