Lunes 10 de Septiembre de 2018
“¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la
masa?”
PRIMERA LECTURA
Tiren la antigua levadura, pues Cristo,
nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
De la Primera carta de san Pablo a los
Corintios 5, 1-8
Queridos hermanos: Es
voz común que hay entre ustedes un caso de inmoralidad tan grande, que ni entre
los paganos existe, pues uno de ustedes vive con la mujer de su padre.
Y todavía andan ustedes
presumiendo, cuando más bien deberían estar de luto y haber arrojado de entre
ustedes al que cometió semejante enormidad. Por mi parte, yo, ausente de
cuerpo, pero presente en espíritu, ya pronuncié mi sentencia como si hubiera
estado presente, contra el que ha hecho eso.
Reúnanse, pues, ustedes
–yo estaré presente en espíritu–, y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y
con su poder, entreguen a ese hombre a Satanás para castigo de su cuerpo, a fin
de que su espíritu se salve el día del Señor.
Así que no está bien
que anden presumiendo. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la
masa? Tiren la antigua levadura, para que sean una masa nueva, ya que son pan
sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de
vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 5
R/. "Condúceme, Señor,
por tu camino santo".
• Tú no eres, Señor, un
Dios al que pudiera / la maldad agradarle, / ni el malvado es tu huésped / ni
ante ti puede estar el arrogante. R/.
• Al malhechor detestas
/ y destruyes, Señor, al embustero; / aborreces al hombre sanguinario / y a
quien es traicionero. R/.
• Que se alegren con
júbilo eterno / los que se acogen a ti; / protégelos, que se regocijen los que
te aman. R/.
EVANGELIO DEL DÍA
Estaban acechando a Jesús para ver si
curaba en sábado.
Del Evangelio según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, Jesús entró
en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano
derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver
si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo
sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: “Levántate y ponte
ahí en medio”. El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les
dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en
sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?”. Y después de
recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la
mano”.
Él la extendió y quedó
curado. Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo
que le iban a hacer a Jesús.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la
masa?
Los
cristianos estamos llamados a ser la nueva levadura, la que fermenta toda la
sociedad moderna que quiere hacer su vida sin Dios. La solidaridad, la
fraternidad, la paz, la confianza son esa nueva levadura que debe ir
transformando gradualmente el comportamiento de la gente. Para eso se requiere,
sin ánimo de excluir a nadie de la comunidad, una dosis de prudencia en el
trato interpersonal. Que sea nuestro compromiso desechar la levadura vieja, la
del pecado, la de una vida en función de las apariencias, de la moda, de la
violencia, de los celos, las intrigas y las envidias.
Jesús
otorga el primer lugar a la persona, como cumbre de la creación, por eso no se
detiene a considerar si está permitido o no curar en sábado. Si no esperamos a
que pase el sábado para salvar a un animal caído en desgracia, con mayor razón
tratándose del ser humano la normatividad y el legalismo pasan a segundo plano.
Por eso Jesús llama al enfermo y le ordena que se ponga en el centro de la
asamblea y extienda la mano. También Jesús nos pide hoy, como al hombre de la
mano paralizada, que nos levantemos y nos pongamos en pie. Que nos dejemos
tocar por su acción sanadora, que quiere hombres y mujeres con las manos
siempre abiertas, generosas, disponibles y solidarias para trabajar por la
dignidad y los derechos de las personas.
¿Estoy dispuesto, con la fuerza y el poder de
Dios, a dejar la vieja levadura y ser fermento nuevo para mi hogar?
Oración: Señor,
enséñame a aceptar al hermano que necesita de mí; enséñame a tener compasión y
tenderle la mano cada vez que lo necesite, sin miedos ni escrúpulos. Amén.
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