lunes, 3 de septiembre de 2018

Evangelio del Dia



Lunes 03 de Septiembre de 2018

“LAS CREDENCIALES DE JESÚS”


PRIMERA LECTURA

1CORINTIOS 2, 1-5

“Os anuncié el misterio de Cristo crucificado”

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Palabra del Señor.

SALMO RESPONSORIAL: 118

R. / Cuánto amo tu voluntad, Señor!

¡Cuánto amo tu voluntad!:
todo el día estoy meditando. R.

Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre me acompaña. R.

Soy más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R.

Soy más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R.

Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R.

No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R.

EVANGELIO DEL DÍA

LUCAS 4, 16-30

“Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres... Ningún profeta es bien mirado en su tierra”

En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado; entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor". Y, enrollando el libro, lo devolvió al que lo ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: "¿No es éste el hijo de José?" Y les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí, en tu tierra, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm". Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio". Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Las credenciales de Jesús

Suele recurrir Pablo a sus propias vivencias para probar algunas de sus afirmaciones, y en este caso las referidas a la sabiduría de la cruz en la vida del creyente. El apóstol afirma que el anuncio del Evangelio, que no es otra cosa que el amor de Dios expresado en la cruz de su Hijo Jesús, no se apoya en la oratoria persuasiva ni en la finura de los mejores argumentos humanos, sino en la fuerza del Espíritu. Y que nuestra fe no es un logro personal ni se debe a supuestos méritos propios o ajenos, sino al regalo de la gracia, que cuenta con nuestras limitaciones, debilidades y temores. Por eso, nuestra creencia nunca puede ser logro personal, sino la manifestación amorosa de nuestro Padre Dios que acepta y sublima los estrechos límites de cada uno de sus hijos.

Hermoso texto evangélico el de hoy, que pone de manifiesto que Jesús es el Cristo, el ungido por el Espíritu, y con estas credenciales despliega su misión: el anuncio de la gracia y la compasión del Padre hacia los pobres, cautivos y oprimidos, y de cuantos buscan al Señor y lo necesitan. Porque así es nuestro Dios y así nos quiere: capaces de confesarlo como nuestra mejor respuesta en el mundo del sufrimiento y la mejor esperanza para los débiles y pecadores. Y así se cumple hoy esta Escritura: que nuestro Padre salva por su Palabra hecha carne, por su gracia y por su Evangelio de vida.

¿Anunciamos a Jesucristo en la totalidad de su misterio pascual? ¿Este anuncio llega a los destinatarios elegidos por el Señor?

Oración: Gracias, Señor, por el don de la fe que me lleva a reconocerte en el amor y en el ejercicio continuo de la caridad. Ayúdame a trabajar sin descanso por la santidad. Amén.


“Jesús el ungido por el Espíritu de Dios nos indica la misión hacia las personas pobres, débiles y desesperanzadas”

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