miércoles, 25 de julio de 2018

Evangelio del Dia



Miércoles 25 de Julio de 2018


Santiago, apóstol


                    “HUMILDAD Y SERVICIO GENEROSO”


PRIMERA LECTURA

2 CORINTIOS 4,7-15

“Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús”

Hermanos: Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios. 

Palabra del Señor.


SALMO RESPONSORIAL: 125

R./  "Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor"

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, / creíamos soñar; / entonces no cesaba de reír nuestra boca, / ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.

• Aun los mismos paganos con asombro decían: / “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!”. / Y estábamos alegres, / pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.
R/.
• Como cambian los ríos la suerte del desierto, / cambia también ahora nuestra suerte, Señor, / y entre gritos de júbilo / cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.
• Al ir, iban llorando, cargando la semilla; / al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.


 EVANGELIO DEL DÍA

MATEO 20,20-28

“Mi cáliz lo beberéis”

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre." Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos." 
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Humildad y servicio generoso

 Recordando la memoria de Santiago, pareciera que todos los trabajos emprendidos en nombre de la justicia terminaran en martirio, mientras que los hechos violentos y egoístas están coronados de éxito. Así lo da a entender Pablo cuando describe con certeza que nuestra fragilidad, nuestras pruebas, aparentemente nos llevan al fracaso ante los ojos del mundo, pero, contrario a eso, son el medio por el cual cada día se hace realidad el deseo del Padre bueno de que un mundo nuevo sea posible. Pareciera que el mal es más fuerte que el bien y tiene más aliados, pero el bien siempre triunfa por el solo hecho de serlo, prueba de todo ello es Cristo mismo, quien padeció y murió por causa del mal, sin embargo resucitó y alcanzó de Dios la vida en abundancia.

Existe el riesgo de no entender la verdadera misión del Señor. Esto sucede cuando se piensa materialmente. Muchos siguen a Jesús por interés. Incluso entre sus apóstoles, los hijos de Zebedeo anhelaban ocupar los cargos más importantes en el “Reino”. El deseo de ser grande en el reino (en el mundo) y de ser el primero entre todos embota la razón y endurece el corazón. El Reino de Dios no es lugar para alcanzar la fama ni obtener poder. No. El Reino de Dios es servicio, renuncia, sacrificio. Quien quiere de verdad ser el más grande y el primero entre todos, tiene que aprender lo que significa realmente humildad y servicio generoso. ¿Estamos listos para hacer nuestra parte?

 “El hombre que se adhiere firmemente a Dios y que busca servirle en los demás puede ser verdaderamente feliz ya en esta tierra” (Santa Teresa de Calcuta).

Oración: Señor Jesús, concédeme vivir en este día con la ilusión de entregarme y de servirte en los demás. Amén.

“El hombre que se adhiere firmemente a Dios y que busca servirle en los demás puede ser verdaderamente feliz ya en esta tierra”

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