Jueves 12 de Julio de 2018
“MISIONEROS(AS) LIBRES Y DISPONIBLES”
PRIMERA LECTURA
OSEAS 11, 1-4. 8C-9
“Se me revuelve el corazón”
Así dice el Señor: "Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Cuando lo llamaba, él se alejaba, sacrificaba a los Baales, ofrecía incienso a los ídolos. Yo enseñé a andar a Efraín, lo alzaba en brazos; y él no comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer. Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta."
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 79
R/ Que brille tu rostro, Señor, y nos salve.
Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R.
EVANGELIO DEL DÍA
MATEO 10, 7-15
“Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Id y proclamad que el Reino de los cielos está cerca; curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Misioneros libres y disponibles
Jesús envía a los discípulos a la misión. En el mandato a ellos también entramos nosotros, discípulos y misioneros de nuestro tiempo. Nos envía a predicar que el Reino de Dios ya llega a esas personas que buscan desesperadamente dónde está la verdad y el amor. Nos enseña que hemos de preocuparnos por los demás, que hemos de dar siempre con generosidad, sirviendo al prójimo sin esperar nada a cambio. Nos anima a ser siempre pacíficos y llevar a todas las situaciones un mensaje de paz, de perdón, de unión, de reconciliación, de bondad. Nos dice que debemos ir (a la misión y a la vida) livianos, sin mucho equipaje, porque nuestra confianza tiene que estar en Él y no en las cosas con las que llenamos nuestras mochilas de viaje: provisiones, plata, obligaciones, presiones, seguridades, estructuras. Todo eso es un peso inútil que no permite que Cristo ocupe el lugar que le pertenece, el centro de nuestras vidas. Debemos estar convencidos de que en sus manos nuestras vidas están seguras y podemos caminar con confianza, salir a la misión de la vida ligeros de equipaje, con la certeza de que Él camina con nosotros. Como nos dice el documento de Aparecida: “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir una persona; haberlo encontrado es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestras palabras y obras es nuestro gozo”.
“La misión de todos los apóstoles de Cristo, en todos los tiempos, consiste en ser colaboradores de la verdadera alegría” .
Oracion: Ayúdame, Señor, a ser un misionero del amor, dando testimonio de mi fe en una entrega alegre a los demás, siendo siempre un sembrador de paz. Amén.
“Damos testimonio de fe con una entrega alegre a los demás, siendo siempre sembradores de paz”
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