lunes, 23 de julio de 2018

Evangelio del Día



Lunes 23 de Julio de 2018

“EL MAYOR DE LOS SIGNOS”

PRIMERA LECTURA

MIQUEAS 6, 1-4. 6-8

“Te han explicado, hombre, lo que Dios desea de ti”

Escuchad lo que dice el Señor: "Levántate y llama a juicio a los montes, que escuchen los collados tu voz." Escuchad, montes, el juicio del Señor; atended, cimientos de la tierra: El Señor entabla juicio con su pueblo y pleitea con Israel: "Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme. Te saqué de Egipto, de la esclavitud te redimí, y envié por delante a Moisés, Aarón y María." "¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las alturas? ¿Me acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el Señor en un millar de carneros, o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré un primogénito para expiar mi culpa; el fruto de mi vientre, para expiar mi pecado?" "Te han explicado, hombre, el bien, lo que Dios desea de ti: simplemente, que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andas humilde con tu Dios."

 Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL: 49

R. / "Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios"

"Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio.
"Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R.

"No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños." R.

"¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?" R.

"Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
 al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios." R.


EVANGELIO DEL DÍA

MATEO 12, 38-42

“Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará”

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver un signo tuyo." Él les contestó: -Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el de Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón." 

 Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

El mayor de los signos

La Palabra de hoy nos presenta la controversia (juicio) de Dios con su pueblo y de Jesús con sus interlocutores. El problema, la falta de fe. Tanto unos como otros han contemplado las grandes maravillas que el Señor ha hecho por su pueblo, y, sin embargo, se niegan a creer. Nada satisface a su endurecido corazón. ¿Qué más puede hacer Dios? Sólo llamar a juicio y recriminarlos por su incredulidad. Si no cambian de actitud, si no se dejan tocar por la gracia de Dios, sentencia el profeta, ningún signo será suficiente para despertar su fe y, por  consiguiente, su castigo es inminente. ¿Qué castigo? La desdicha deno gozar de la “señal prodigiosa”: la vida eterna.
También nosotros los cristianos podemos correr el peligro de pedir al Señor que nos envíe “una señal prodigiosa” para seguir creyendo. No basta lo que nos dice la Sagrada Escritura; no es suficiente lo que nos comunica la Iglesia en la Eucaristía; no nos dice nada el testimonio de los santos; es imperceptible lo que Dios hace cada día en nuestra vida. ¡Queremos más. Queremos ver y tocar. Queremos espectáculo! Nos olvidamos que Dios ya nos dio el mayor de los prodigios, el signo por excelencia: el amor, desplegado en la persona de su Hijo, que murió por nuestra salvación, que resucitó por nuestra glorificación y que se quedó en nuestras vidas, en la Eucaristía, por nuestra santidad. ¡Acaso hay un signo mayor que éste!

 ¿Puedo identificar la presencia de Dios en las pequeñas cosas de la vida?

Oración: Señor, ayúdame a tener fe, a reconocerte en nuestras vidas, en nuestro mundo. Tenemos fe, pero necesitamos que la incrementes y fortalezcas. Amén.

“No necesitamos señales prodigiosas, nos basta con saber que Jesús vivió en medio nuestro, nos enseñó la verdad, murió y resucito y se quedó en nuestras vidas”

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