sábado, 21 de julio de 2018

Evangelio del Día






Sábado 21 de Julio de 2018


“EL SIERVO DE LOS PEQUEÑOS”


PRIMERA LECTURA
MIQUEAS 2, 1-5

“Codician los campos y se apoderan de las casas”

¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el poder! Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones. Por eso, dice el Señor: "Mirad, yo medito una desgracia contra esa familia. No lograréis apartar el cuello de ella, no podréis caminar erguidos, porque será un tiempo calamitoso. Aquel día entonarán contra vosotros una sátira, cantarán una elegía: "Han acabado con nosotros, venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía, reparten a extraños nuestra tierra." Nadie os sortea los lotes en la asamblea del Señor."   Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

De un modo tan gráfico como completo la primera lectura nos muestra la historia,  tantas veces repetida, del abuso del poder: "traman el mal en su cama, y en cuanto es de día lo ejecutan, porque tienen el poder en su mano." La diferencia en este caso es que Dios declara la guerra a quienes obran de ese modo. Dios no es neutro: se opone a la injusticia y asegura que mostrará a quienes creen controlarlo todo que no pueden hacer siempre su voluntad. Es un mensaje muy duro pero también muy necesario. ¿Preferiríamos acaso un Dios que dejara obrar a cada quien y que se olvidara de los pequeños? Y sin embargo, estas ideas de justicia tendrán que ser aún levantadas y purificadas por la predicación del Evangelio, pues es más perfecto vencer al pecado que vencer a los pecadores.

SALMO RESPONSORIAL: 9

R. / "No te olvides de los humildes, Señor"


¿Por qué te quedas lejos, Señor,

y te escondes en el momento del aprieto?

La soberbia del impío oprime al infeliz

y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R.


El malvado se gloría de su ambición,

el codicioso blasfema y desprecia al Señor.

El malvado dice con insolencia:

"No hay Dios que me pida cuentas." R.


Su boca está llena de maldiciones,

de engaños y de fraudes;

su lengua encubre maldad y opresión;

en el zaguán se sienta al acecho

para matar a escondidas al inocente. R.


Pero tú ves las penas y los trabajos,

tú miras y los tomas en tus manos.

 A ti se encomienda el pobre,

tú socorres al huérfano. R.

OREMOS CON EL SALMO

Israel experimenta de manera especial la predilección de Dios cuando se ve atacado por sus enemigos. El salmista pide también protección a Dios frente a sus propios adversarios. La Iglesia y cada cristiana(o) deben confiar en el poder de Dios, que se manifiesta de diversas maneras. La presencia de Dios puede experimentarse también en el abatimiento. El Señor le dijo a Pablo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se muestra mejor en los débiles”


 EVANGELIO DEL DÍA

MATEO 12, 14-21

“Les mandó que no lo descubrieran, para que se cumpliera lo que dijo el profeta”

En aquel tiempo, los fariseos, al salir, planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron. El los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El siervo de los pequeños

Ante el rechazo y la confabulación de los “poderosos”, Jesús, al igual que el profeta Miqueas, presenta el proyecto de Dios, que tiene por objeto liberar de la opresión político-religiosa a los “pequeños”. Su “retiro de ahí”, del poder opresor, no significa derrota, sino que Jesús no lucha contra nadie, pues tiene otras ocupaciones, como hacer el bien, ya sea en sábado o cualquier otro día. Su poder no es para la competencia, sino para el servicio, pues como Siervo de Dios busca que a través de Él se cumpla toda justicia.

Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, en cuanto es “Siervo” y Salvador. Él es el elegido, porque tiene su Espíritu. No es amigo de riñas, ni violento, sino el Pastor que está atento a las necesidades de las personas, a sus fragilidades e incertidumbres. Así hace triunfar sobre la tierra la justicia divina y ofrece esperanza a todos los pueblos. Por eso, contrario a la actitud de los enemigos del Reino, la gente lo acoge y Jesús se compadece de ellos, porque son los fatigados y oprimidos que buscan en Él el descanso y el alivio a sus dolores. Abrámosle el corazón a Cristo si estamos en una situación de fragilidad, para que Él nos devuelva el vigor, la fuerza, las ganas de vivir, pero, a la vez, seamos también para los hermanos esa mano tendida, ese gesto fraterno que les muestre el amor de Dios, su misericordia, y les haga retomar la esperanza en el camino de la vida.

“No está el amor de Dios en tener lágrimas, ni estos gustos, ni ternura, sino en servir con justicia de ánimo y humildad” (Santa Teresa de Jesús).

Oración: Padre bueno, ayúdame a ser testimonio elocuente de tu amor en el mundo. Que sólo tu amor me llene, que sólo tu amor me sacie. Amén.


“Jesús no es amigo de riñas, ni violencia, sino es el Pastor que está atento a las necesidades de las personas, a sus fragilidades e incertidumbres”


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