sábado, 18 de noviembre de 2017

El Evangelio del Día

PRIMERA LECTURA


En medio del mar Rojo apareció un camino plano y ellos brincaron como corderos.

Del libro de la Sabiduría 18, 14-16; 19, 6-9

Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio.
Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra.
La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos, dándote gracias, Señor, por haberlos liberado.

Palabra de Dios.

El Evangelio del Día


Dios hará justicia a sus elegidos que claman a Él.

Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’”.
Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?”.

Palabra del Señor.
ORAR SIEMPRE… PERO CON FE

La figura del ángel exterminador, que personifica a la Palabra de Dios, que, como un guerrero implacable se lanza en medio del silencio nocturno desde los cielos para sembrar la muerte sobre la superficie de la tierra, ha sido tomado por la liturgia cristiana como la descripción de la encarnación, es decir, de la venida de la Palabra divina a este mundo en la persona de Jesucristo, como bien lo relata el evangelista san Juan en el prólogo de su obra. El guerrero celestial, para el autor de la Sabiduría, tiene otra finalidad: condenar y atemorizar a los pecadores. Se retoma el tema del temor nocturno, que ya había caracterizado el contraste entre hebreos y egipcios.
El que es rico e injusto se torna incapaz de atender los ruegos y súplicas del que necesita ayuda porque pasa hambre, porque es víctima de injusticias, enfermedades y requiere de una ayuda para sobrevivir. Pero ante la insistencia finalmente debe ceder, así sea para que no lo molesten más. Y si eso hace una persona, que no siempre actúa correctamente. ¿Qué no hará Aquel que se preocupa por sus hijos, que nos dio la vida y cuanto existe? Seguramente nuestro Padre celestial no esperará mucho para responder nuestra oración, si la hacemos con fe y sin desánimo. Y la oración es el medio por el que se obtienen las bendiciones que llevan al ser humano a la felicidad. Hay que orar siempre y sin desfallecer, es lo que nos pide Jesús.

Hoy elevaré una oración al Padre por alguien que necesita una gracia especial.

Oración: Aumenta, Señor, nuestra fe para que nuestra oración no sea en vano. Envíanos, Señor, tu Espíritu para que nos enseñe a orar como es debido, sin cansarnos.

Amén.


Shalom!

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