domingo, 27 de enero de 2019

Lunes 28 Enero- Evangelio del Día

Lunes 28 de Enero de 2019

“El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón”



Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 9,15.24-28:

Cristo es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. Pues Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres –imagen del auténtico–, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a si mismo muchas veces –como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido asi, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo–. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6

R/. "Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas"

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia
y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.



Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,22-30

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.»

Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.»

Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Palabra del Señor

Reflexión del Evangelio de hoy

Cristo es mediador de una alianza nueva

El texto de la Carta a los Hebreos, como sucede con el conjunto de dicha carta, está lleno de honda teología. El autor pretende a la vez que proclama el sacerdocio de Cristo, señalar la singularidad de este sacerdocio, respecto al sacerdocio que conocían los judíos. En el texto de hoy se insiste en que el sacerdocio de Cristo se realizó en único sacrificio, el de su vida, el de su muerte. Es sacrificio único, y además él es el sacerdote y la víctima, el sacrificio es el de sí mismo. Su sacerdocio continúa ahora “poniéndose  ante Dios para interceder por nosotros”.

El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón

Este pasaje nos sirve para ilustrar en qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo. Los escribas y fariseos, con tal de desacreditar a Jesús, hacen aparecer todas las obras buenas realizadas por él como si fueran hechas gracias a la acción del demonio. Esto no es otra cosa que un rechazo consciente (pues ellos mismos han sido testigos de ello) de la gracia de Dios; es una resistencia a la conversión.
Esto desafortunadamente puede suceder también en nuestra propia vida cuando de manera sistemática rechazamos la invitación de Dios a convertirnos, a dejar nuestra vida de pecado y para ello inventamos toda clase de excusas, las cuales nos mantienen al margen del amor de Dios. Pecar contra el Espíritu, entonces, no consiste en hablar mal de él, sino en rechazar la invitación de Dios a la vida de la gracia.
Esto puede incluir, el encerrarnos detrás de posiciones teológicas, filosóficas o científicas que van bloqueando la acción de la gracia que busca la unidad y la paz. No desaproveches hoy la oportunidad que Dios te da para amarle más y para descubrir en él la única fuente de la verdad y de la auténtica felicidad.

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