sábado, 19 de enero de 2019

Domingo 20 Enero-Evangelio del Día


Domingo 20 de Enero de 2019

“A ti te llamarán 'Mi Favorita' ”


Introducción

El autor de la primera lectura nos habla de su deseo de ver la ciudad de Jerusalén reconstruida, convertida en digna «esposa de Dios», una ciudad que llena de alegría a su Esposo.
El salmista nos anima a alabar a Dios, pues es un Señor victorioso, glorioso, que reúne a los pueblos en torno a Él, y los gobierna con justicia.
San Pablo, en su primera carta a la comunidad de Corinto, nos hace ver los dones que el Espíritu de Dios ha infundido en nosotros. Siendo un mismo Espíritu, nos ha dado a cada uno de nosotros, sabiamente, diferentes dones, según le ha parecido mejor.
Y al escuchar el Evangelio nos encontramos ante el conocido pasaje de las bodas de Caná, en el que Jesús salva la celebración convirtiendo el agua en vino.



Primera lectura

Lectura del Profeta Isaías 62, 1-5

Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «abandonada»,
ni a tu tierra «devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra «Desposada»;
Porque el Señor te prefiere a ti
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial

Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c

R. Contad a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,4-11

Hermanos:

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu;
hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;
y hay diversidad de funciones,
pero un mismo Dios que obra todo en todos.
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría;
otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu.
Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe;
y otro, por el mismo Espíritu, don de curar.
A éste le han concedido hacer milagros;
a aquél, profetizar.
A otro, distinguir los buenos y malos espíritus.
A uno, el lenguaje arcano;
a otro, el don de interpretarlo.
El mismo y único Espíritu obra todo esto,
repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

Palabra de Dios.

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Juan 2, 1-12

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo:
–No les queda vino.
Jesús le contestó:
–Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.
Su madre dijo a los sirvientes:
–Haced lo que él diga.
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
–Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
–Sacad ahora, y llevádselo al mayordomo.
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:
–Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Después bajó a Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.

Palabra del Señor.

Reflexión

LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR

En el evangelio de Juan, el comienzo de la vida pública de Jesús acontece en una fiesta de bodas, momento de mucha alegría y de mucha esperanza. En la Biblia, el matrimonio es la imagen usada para significar la realización de la perfecta unión entre Dios y su pueblo. Estas bodas entre Dios y su pueblo eran esperadas desde hacía mucho tiempo, ¡más de ochocientos años!

El profeta Oseas (hacia el año 750 a. C.) por primera vez, representó la esperanza de estas bodas cuando narra la parábola de la infidelidad del pueblo ante las propuestas de Yahvé. El profeta, seguro del amor de Dios, dice que el pueblo será conducido de nuevo al desierto para escuchar de parte de Dios la siguiente promesa: “Te haré mi esposa por siempre, te haré mi esposa en la justicia y en el derecho, en la benevolencia y en el amor, y te esposaré en la fidelidad y tú reconocerás al Señor! (Os 2,21-22). Después de casi ciento cincuenta años, el profeta Jeremías vuelve a tomar las palabras de Oseas para denunciar a la monarquía de Judá. Pero también Jeremías mira hacia la esperanza de unos desposorios perfectos con la siguiente novedad: será la mujer la que seducirá al marido (Jr 31, 22). Y a pesar de la crisis general del destierro en Babilonia, el pueblo no pierde la esperanza de que un día este desposorio se realizará. Yahvé tendrá compasión de su esposa abandonada (Is 54, 1-8). Con el regreso de los desterrados, la “Abandonada” volverá a ser la esposa acogida con mucha alegría (Is 62, 4-5).

PARA REFLEXIONAR

¿Qué ha llamado tu atención en las actitudes o comportamiento de las personas? ¿Por qué?
¿Qué tipo de falta o abundancia había en la fiesta? ¿Cuál es el significado de este detalle?

ORACIÓN

Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no solo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Amén.


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