viernes, 2 de marzo de 2018

Evangelio del Dia




“No pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro”

PRIMERA LECTURA

Ahí viene ese soñador; démosle muerte.

Del libro del Génesis 37, 3-4.12-13a.17b-28
Jacob amaba a José más que a todos sus demás hijos, porque lo había engendrado en la ancianidad. A él le había hecho una túnica de amplias mangas. Sus hermanos, viendo que lo amaba más que a todos ellos, llegaron a odiarlo, al grado de negarle la palabra.
Un día en que los hermanos de José llevaron a Siquén los rebaños de su padre, Jacob le dijo a José: “Tus hermanos apacientan mis rebaños en Siquén. Te voy a enviar allá”.
José fue entonces en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos, y antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo y se decían unos a otros: “Ahí viene ese soñador. Démosle muerte; lo arrojaremos en un pozo y diremos que una fiera lo devoró. Vamos a ver de qué le sirven sus sueños”. Rubén oyó esto y trató de liberarlo de manos de sus hermanos, diciendo: “No le quiten la vida, ni derramen su sangre. Mejor arrójenlo en ese pozo que está en el desierto y no se manchen las manos”. Eso lo decía para salvar a José y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José a donde estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su túnica y lo arrojaron aun pozo sin agua. Luego se sentaron a comer y, levantando los ojos, vieron a lo lejos una caravana de ismaelitas, que venía de Galaad, con los camellos cargados de especias, resinas, bálsamo y láudano, y se dirigían a Egipto. Judá dijo entonces a sus hermanos: “¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos nuestras manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma sangre”. Y sus hermanos le hicieron caso. Sacaron a José del pozo y se lo vendieron a los mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes se llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 104
R/. Recordemos las maravillas que hizo el Señor.
• Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país / y acabó con todas las cosechas, / ya había enviado por delante a un hombre: / a José, vendido como esclavo. R/.

• Le trabaron los pies con grilletes / y rodearon su cuerpo con cadenas, / hasta que se cumplió su predicción / y Dios lo acreditó con su palabra. 
R/.

• El rey mandó que lo soltaran, / el jefe de esos pueblos lo libró, / lo nombró administrador de su casa / y señor de todas sus posesiones. 
R/.

EVANGELIO DEL DIA

Éste es el heredero, vamos a matarlo.

Del Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?”. Ellos le respondieron: “Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo: “¿No han leído nunca en la Escritura: ‘La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable’? Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”. Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Palabra del Señor.
 

Reflexión

No perdamos los sueños
 “Violencia” es lo que descubrimos en las lecturas de hoy. Casi tanta como la que vemos en la televisión, leemos en los diarios o en los comentarios de las redes sociales. La gente ha adoptado una actitud agresiva que estalla por todo. Pero también hay personas que luchan, creativamente, por acabar con esta actitud. El “pequeño” José –el soñador– nos enseña que es importante seguir soñando, seguir creando nuevos cauces, buscando caminos inéditos y reconocer en los sueños propios y ajenos las posibilidades de cambiar la realidad virulenta que nos rodea. También Jesús se mostró manifiestamente contrario a la violencia –descrita en la parábola de hoy– que oprimía a su pueblo con injustas leyes y mandatos religiosos; se enfrentó a aquellos que mataban los sueños de sus hermanos; criticó a las instituciones que provocaban más muerte que vida.
No es difícil distinguir espacios consagrados a la rabia y a la ira: los encontramos en nuestro propio interior, pues somos verdugos y agresores de nosotros mismos; están presentes en nuestras familias, comunidades, grupos de amigos, trabajo, tiene apellidos: machismo, violencia de género, contra la infancia, hacia los mayores, es verbal, policial, institucional, se manifiesta en la sociedad, los medios de comunicación, las iglesias, las empresas, los partidos políticos… Jesús nos invita a buscar –con creatividad e imaginación– alternativas pacíficas en los lugares donde nos encontremos.
¿Qué debo hacer para que la envidia, las ansias de poder y la maldad no dominen mi vida?

Oración: Señor Jesús, que siendo el Hijo predilecto del Padre, fuiste ultrajado y asesinado en la cruz, dame fuerza para defender la vida y la justicia del inocente. Amén.
Shalom!



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