viernes, 16 de marzo de 2018

Evangelio del Día

“Mirad cómo habla abiertamente”

PRIMERA LECTURA

Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.

Del libro de la Sabiduría 2, 1a.12-22
Los malvados dijeron entre sí, discurriendo equivocadamente: “Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados. Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.
Ha llegado a convertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su sola presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás y su conducta es extraña. Nos considera como monedas falsas y se aparta de nuestro modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por dichosa la suerte final de los justos y se gloría de tener por Padre a Dios.
Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte. Si el justo es hijo de Dios, Él lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a la tortura para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él”.
Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega. No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud, ni creen en la recompensa de una vida intachable.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33
R/. El Señor no está lejos de sus fieles.
• En contra del malvado está el Señor, / para borrar de la tierra su memoria. / Escucha, en cambio, al hombre justo / y lo libra de todas sus congojas. R/.

• El Señor no está lejos de sus fieles / y levanta a las almas abatidas. / Muchas tribulaciones pasa el justo, / pero de todas ellas Dios lo libra. R/.

• Por los huesos del justo vela Dios, / sin dejar que ninguno se le quiebre. / Salva el Señor la vida de sus siervos; / no morirán quienes en Él esperan. R/.

EVANGELIO DEL DIA

Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora
.
Del Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30
En aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada de los Campamentos.
Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó también Él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén, se decían: “¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene”.
Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó: “Así que me conocen a mí y saben de dónde vengo... Pues bien, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz, y a Él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de Él y Él me ha enviado”. Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.


Reflexión
Es nuestro problema
Cuántas veces nos hemos enfrentado a esta triste realidad: que el justo (el honrado, el fiel, el trabajador…) sea injustamente perseguido, calumniado, atacado, sólo porque su conducta, su modo de vivir es insoportable para el corrupto, para el malvado, para el opresor. Y no hacemos nada. “No es nuestro problema”, repetimos, y miramos para otro lado. Con esta actitud nos ponemos del lado de los malvados que rechazan la ley de Dios, desconocen la “identidad” de Jesús, pretenden silenciar la verdad, desterrar la justicia y el derecho y acabar con la vida de los que defienden al pobre e indefenso.
¡Cuántas veces lo hemos hecho, por cobardía o por comodidad! Y Jesús nos recuerda: “Vengo...” para sacar a la luz la miseria del alma y poner al descubierto las intenciones del corazón. Pues no basta sólo con decir “soy cristiano”, hay que demostrarlo. En una sociedad que va perdiendo los valores fundamentales como el respeto a la vida, la caridad, el perdón, Jesús nos exhorta a luchar y trabajar por extender el Reino de justicia y verdad y no sólo a lamentarnos por la situación. Nosotros podemos cambiar el corazón de las personas con nuestro testimonio de cristianos. No temamos ser fieles a Cristo, porque “si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”
La persecución de los justos, ¿será cosa del pasado?

Oración: Señor Jesús, que fuiste fiel a la misión que el Padre te confió, a riesgo de tu propia vida, dame valor y entusiasmo para seguir tus huellas. Amén.
Shalom!


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