miércoles, 14 de marzo de 2018

Evangelio del Día



“El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer a su Padre”

PRIMERA LECTURA

Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra
.
Del libro de Isaías 49, 8-15
Esto dice el Señor: “En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: ‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’.
Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán terraplén a mis calzadas.
Miren: éstos vienen de lejos; aquéllos, del Norte y el Poniente, y aquéllos otros, de la tierra de Senim. Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desamparados. Sion había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”, dice el Señor todopoderoso.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 144
R/. “El Señor es compasivo y misericordioso”.
• El Señor es compasivo y misericordioso, / lento para enojarse y generoso para perdonar. / Bueno es el Señor para con todos / y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/.

• El Señor es siempre fiel a sus palabras / y bondadoso en todas sus acciones. / Da su apoyo el Señor al que tropieza / y al agobiado alivia. R/.

• Siempre es justo el Señor en sus designios / y están llenas de amor todas sus obras. / No está lejos de aquellos que lo buscan; / muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R/.

EVANGELIO DEL DIA
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida a quien
 Él quiere dársela.

Del Evangelio según san Juan 5, 17-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado): “Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios.
Entonces Jesús les habló en estos términos: “Yo les aseguro: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien Él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. Yo les aseguro que, quien escucha mi Palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida.
Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Padre trabaja siempre
Los “descartables” –en medio de las miserias de la explotación y el olvido– reciben, a través de Isaías, la buena noticia de la intervención del Señor en su favor. Pero, se preguntarán: ¿Cómo seguir creyendo cuando todo parece que va de mal en peor? ¿Cuándo las diferencias sociales se acentúan más? El profeta recalca que, a pesar de la poca fe y esperanza, Dios sigue insistiendo que Él no los ha abandonado –ni los abandonará–, porque su amor es tan grande, más fuerte que el de una madre.
Por eso dice Jesús que el “Padre trabaja siempre”. ¿Trabaja en qué? En consolar a los sufrientes, liberar a los oprimidos, fortalecer a los abatidos. En pocas palabras, trabaja por el bien de todos. Lo hizo a través de los profetas: “Ve y diles”, lo hace a través de Jesús: “Lo que hace el Padre también lo hace el Hijo”, y lo sigue haciendo a través de la Iglesia, en cuanto comunidad de hermanos. Al respecto: “Cuando el hermano escucha el clamor y sale al encuentro de su prójimo, es la Iglesia la que se hace presente, es el Padre Dios quien actúa, es Cristo quien moviliza; lamentablemente se hace muy poco; se podría hacer mucho más si creyéramos de corazón y actuáramos de conciencia. No en vano dice Jesús: “Quien escucha mi Palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio”, porque hizo lo que tenía que hacer. La Palabra ha sido sembrada, te toca a ti dar buenos frutos”.
¿Cultivo en la comunidad el servicio como presencia de Dios en mi vida?

Oración: Señor Jesús, que cumpliste a cabalidad las promesas de salvación de tu Padre Dios, ayúdame a participar activamente en tu misión. Amén.
Shalom!

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