sábado, 27 de octubre de 2018

Evangelio del Día

Sábado 27 de Octubre de 2018


“DIOS ESPERA CON PACIENCIA”

PRIMERA LECTURA
EFESIOS 4, 7-16

Cristo es la cabeza; de Él todo el cuerpo se procura el crecimiento

Hermanos: A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: "Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres." El "subió" supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En la comunidad cristiana cada miembro ha sido enriquecido con algún don especial para que trabajando coordinadamente logre la perfección del cuerpo de Cristo. Unidad no es sinónimo de uniformidad, por el contrario, la diversidad nos hace más ricos. San Pablo nos habla de la unidad que se manifiesta en la diversidad de carismas y ministerios destinados al servicio de la comunidad; cada quien ha sido instituido en un oficio, reconocido o humilde, pero esto no es para sentirse más importante o con más méritos, sino que todo converge para el crecimiento y perfección de la comunidad.
La Iglesia es como un cuerpo humano, la cabeza está en la parte superior y coordina todos los movimientos y funciones, así es Cristo, Él nos guía a todos nosotros que somos sus miembros; donde está Él, estamos nosotros y viceversa, porque ningún miembro se desincorpora del cuerpo para actuar por si solo así sea la cabeza también ella necesita de los hombros y de todo lo demás para mantenerse en su lugar. Nuestra diversidad de pensamientos y funciones no es obstáculo, sino un don de Dios para los demás.

SALMO RESPONSORIAL: 121
R./ Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un canto entonado por los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén para celebrar una fiesta, el encuentro con Dios es motivo de profunda alegría. La casa definitiva de Dios, el lugar de encuentro de Dios con la humanidad es Cristo, presente en su pueblo. La paz es símbolo de todos los beneficios divinos. 

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 13, 1-9

Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera

En aquella ocasión se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: "¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera". Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El Evangelio es una invitación a vivir la vida con intensidad, a dar frutos constantemente y a abonar la tierra con nutrientes. Es una invitación a vivir el amor y la misericordia de Dios, el proyecto del Reino. Estamos invitados a vivir de acuerdo a los criterios de Jesús, dando frutos, tal como lo explicita en la parábola de la higuera y el viñador. Todos hemos sido capacitados para hace el bien, para procurar caminos de justicia y de verdad, para construir un mundo centrado en la experiencia del amor y libre de cualquier clase de explotación y marginación; estamos invitados a mantener relaciones cordiales de respeto y tolerancia, estamos llamados a construir con otros un mundo posible. Así hacemos visible el proyecto de Dios, y nuestro ministerio de animar y acompañar a las comunidades tendrá sentido y fuerza, ya que el Señor nos ha constituido para ser servidores y ministros idóneos de su Palabra. ¿Qué frutos doy en mi comunidad? ¿Qué actitudes y comportamientos debo sacar de mi vida para ser signo creíble del plan de Dios?

ORACIÓN
Señor Tú esperas que como seguidores(as) tuyos(as) logremos una transformación radical en nuestra vida. Ayúdanos por favor a que así sea para que con nuestra experiencia colaboremos a otros a encontrar el camino de la verdad y la vida, que permitamos cambios desde el interior de nuestro ser, y que no seamos como la higuera sino que demos mucho fruto y continuemos con el  proceso de transformación de sociedades y comunidades que están lejos de tí y no te reconocen.  Amén

Ante Dios Padre todos necesitamos de conversión y está en nuestras manos asimilar nuestra existencia a Aquel que nos llamó”

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