Lunes 08 de Octubre de 2018
“LA ÚNICA LEY ES LA DEL AMOR”
PRIMERA LECTURA
GÁLATAS 1, 6-12
“No he recibido ni aprendido de ningún hombre el evangelio, sino por revelación de Jesucristo”
Hermanos: Me sorprende que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó a la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado-seamos nosotros mismos o un ángel del cielo, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡ sea maldito! Cuando dijo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 110
R. / "El Señor recuerda siempre su alianza"
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud. R.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
La alabanza del Señor dura por siempre. R.
EVANGELIO DEL DIA
LUCAS 10, 25-37
“¿Quién es mi prójimo?”
En aquel tiempo se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" El le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?" El letrado contestó: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo" El le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida" Pero el letrado, queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó en una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más, yo te lo pagaré a la vuelta. ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?" El letrado contestó: "El que practicó la misericordia con él". Díjole Jesús: "Anda, haz tú lo mismo".
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La única ley es la del amor
Es fácil ampararnos en asuntos legales externos, “abandonando a Dios Padre, que nos llamó a vivir en la gracia de Cristo, por seguir otro evangelio”, para evadir las responsabilidades que nacen de la justicia verdadera (amor y servicio). De un corazón que piensa sólo en lo legal, en lo que prescribe la norma, es que nace una pregunta como la que el maestro de la ley dirige a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”.
Para el judío, prójimo era sólo el hermano de pueblo y de religión, y, sobre todo, aquel que no había incurrido en las normas que lo hacían impuro. Lo revolucionario del pensamiento de Jesús, representado en la acción del samaritano, es la actuación de la persona sobre la base del amor, la generosidad, la misericordia. La cuestión no es saber quién es nuestro prójimo, sino ser prójimo para el otro, sin importar qué idea tenga de Dios, qué religión profesa o a qué grupo pertenece. Sólo quien es capaz de expresar misericordia en el orden concreto de su acción cotidiana, puede llegar a ser verdadero discípulo de Jesús y hermano de toda la humanidad. Quizá yendo hacia la iglesia, preocupados porque se nos hace tarde, pasemos por encima del pobre que clama ayuda, olvidándonos que nuestra responsabilidad no es sólo el culto (la oración vacía y carente de sentido, hecha más por tradición y compromiso social que por convicción), sino, y por sobre todas las cosas, la entrega de la propia vida al servicio del caído.
¿Con quién me he comportado hoy cómo prójimo? ¿De qué manera lo hice?
Oración: Señor, quiero amarte con todo el corazón, entregando mi vida al servicio del prójimo, no permitas que me aleje de ti por ir tras falsas aspiraciones. Amén.
“Nuestra responsabilidad no es solo el culto y el sacramento sino, sobre todo, la entrega de la propia vida al servicio del prójimo que lo necesita”
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