domingo, 21 de octubre de 2018

Evangelio del Dia

Lunes 22 de Octubre de 2018

“TRABAJAR POR EL BIEN”


PRIMERA LECTURA

EFESIOS 2, 1-10

“Nos ha hecho vivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo con Él”

Hermanos: Hubo un tiempo en que estabais muertos por vuestros delitos y pecados, cuando seguíais la corriente del mundo presente, bajo el jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora actúa en los rebeldes contra Dios. Antes procedíamos nosotros también así; siguiendo los deseos de la carne, obedeciendo los impulsos de la carne y de la imaginación; y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación, como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos has hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicaremos. 

Palabra del Dios.


SALMO RESPONSORIAL: 99

R. / El Señor nos hizo y somos suyos.


Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores. R.


Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño. R.


Entrad por sus puertas con acción de gracias,

por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.


"El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades." R.


EVANGELIO DEL DIA

LUCAS 12, 13-21

“Lo que has acumulado, ¿de quién será?”

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia." Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?" Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno -ande sobrado, su vida no depende de sus bienes." Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos anos; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios." 

 Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

Trabajar por el bien

 En “otro tiempo” seguíamos las tendencias del pecado y del mundo, pero ahora que, por pura gracia de Dios, hemos encontrado a Cristo, alcanzamos ya la redención. Como miembros del Cuerpo de Cristo, pasamos de una “realidad de muerte” a una “realidad de vida”, como si de una nueva creación se tratara. ¿Por qué? Porque nada puede detener el plan de “amor y misericordia” del Padre, que va más allá del tiempo y que consiste en resucitarnos en Cristo. Si ya estamos “sentados en el cielo con Él”, quiere decir que estamos seguros de triunfar. Por ese motivo estamos llamados a vivir de una manera diferente, santa, realizando las buenas obras que el Señor nos permite hacer. Al motivarnos a no acumular riquezas, Jesús nos advierte sobre el peligro de la codicia, puesto que en ella no se encuentra la felicidad. Vivimos en un mundo materialista, donde se nos inculca que la riqueza trae la felicidad, y los medios de comunicación con su publicidad desarrollan esa mentalidad. Los estudios y el mundo laboral se mueven por la recompensa y las leyes del consumo. Los seres humanos parecemos máquinas que sirven sólo para comprar, consumir, disfrutar. Nadie se satisface en la codicia, sino que siempre quiere más. De ahí que es importante recordar que la muerte trunca nuestros planes, “¿para quién serán todos tus bienes?”, y que es necesario acumular riquezas ante Dios.

¿He adquirido independencia ante la sociedad de consumo? ¿Llevo mi vida con tranquilidad, sin dejarme convencer por la tentación de la acumulación?

Oración: Señor Jesús, tú que pasaste por el mundo sin preocuparte por lo material, sino sólo por agradar a Dios, ayúdame a ser desprendido y generoso con lo que tengo. Amén.

“Ante Dios vale una vida en amor que produce justicia, paz y servicio, no en la acumulación de riqueza”

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