viernes, 30 de marzo de 2018

Evangelio del Día


Oración de la Mañana


Amado Dios, hoy me presento ante Ti para darte gracias por este nuevo día. Gracias Señor por cuidar de mí y por cuidar de mi familia, por todas tus bendiciones y por guiarnos por senderos de salud, paz y prosperidad.
También te pido perdón si alguna vez te he defraudado; por favor perdona mis pecados y desobediencias. Señor, yo te amo y he decidido que cada día de mi vida quiero vivirlo de una manera que sea agradable para Ti, por favor permite cada una de mis acciones sean para tu honra y gloria.

Hoy te pido que mires mi vida, mi hogar y la vida de las personas que amo, por favor acércate a nosotros e ilumina nuestro camino con la luz infinita de tu amor y tu bondad.

Padre, acompáñanos y guíanos en cada una de las actividades que hagamos el día de hoy, te suplico que nos permitas la dicha de vivir un día en paz y armonía y llévanos siempre por bellas sendas de bienestar y bendición.

Y si en algún momento el temor o la desesperanza se apoderara de nuestras vidas, por favor susurra a nuestros oídos palabras de aliento y renuevo, recuérdanos que Tú siempre estás de nuestro lado y que si Tú estás con nosotros nada ni nadie podrá derrumbarnos, pues Tú eres nuestro sostén y nuestro refugio seguro.

Amado Dios, hoy me regalas un nuevo día para ser mejor de lo que fui ayer, para crecer, trabajar con amor y poder alcanzar mis metas y más grandes anhelos. Quiero dar lo mejor de mí a cada instante y también ser tu instrumento, para que todos aquellos que hoy vea y trate puedan irse con más entusiasmo y serenidad.

Señor, te pido que todo lo que haga durante este día sea iluminado por tu preciosa luz, por favor cuida de mí, nunca te apartes de mi vida y líbrame de todo mal, Amén.

“El Señor está conmigo”




Reflexión
No al odio, sí al amor
El P. Cantalamessa, en su escrito O crux, ave, spes unica, dice que la “Pasión de Cristo” no es más que la “crónica de una muerte violenta” que “cambia el sentido mismo de la muerte” y transforma a la “cruz” de “instrumento de dolor” en “signo de paz”.
¿Por qué la muerte adquiere otro sentido en una sociedad violenta? ¿Por qué la cruz debe ser vista como remanso de paz en la agitación del mundo? La respuesta es simple. Porque el “sacrificio” de Jesús es el “NO” definitivo e irreversible de Dios a la violencia, a la injusticia, al odio, a la mentira, a todo lo que llamamos “el mal”; y, al mismo tiempo, es el “SÍ”, igualmente irreversible, al amor, a la verdad, al bien. “No” al odio, “sí” al amor. Es lo que Jesús ha practicado toda su vida y que ahora consagra definitivamente con su muerte. Es la razón por la que el Verbo se encarna, asume nuestra naturaleza, se hace solidario con nuestro dolor y sacrifica su vida por nuestro perdón, por nuestra salvación. “Nadie debe desesperar; nadie debe decir: ‘Demasiado grande es mi culpa para obtener el perdón’ (Gn 4, 13)” (Juliana de Norwich). La cruz no está, pues, contra el mundo, sino para el mundo: para dar un sentido a todo el sufrimiento que ha habido, hay y habrá en la historia humana. Como dice san Juan: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él” (Jn 3, 17). La cruz es la proclamación viva de que la victoria final no es de quien triunfa sobre los demás, sino de quien triunfa sobre sí mismo; no de quien hace sufrir, sino de quien sufre; no de quien quita, sino de quien da la vida por la de los demás.
¿Qué significado tiene la cruz en mi vida cotidiana?

Oración: Señor Jesús, que me has rescatado de la muerte en la cruz, permíteme seguir cada día tus huellas de amor y servicio. Amén.
Shalom!




jueves, 29 de marzo de 2018

Evangelio del Día


Oración de la Mañana

Amado Dios, hoy me presento ante Ti a través de esta oración, para agradecerte por tu amor infinito y por la dicha de un nuevo despertar.
Hoy me presento ante Ti también con un corazón lleno de amor y regocijo, para elevar mis plegarias al cielo y darte gracias por un día más de vida, por el pan que sirve de alimento para mí y para mi familia, por todas las bendiciones que me brindas en cada nueva mañana, por todo tu amor y por la promesa que cada nuevo día será más bendecido que el anterior.

Tú eres mi buen pastor, que me cuida y guía en este camino llamado vida, y por eso mi vida solo es para servirte y adorarte a Ti, Padre milagroso y de infinita bondad.

Señor, Tú que renovaste la salud de los enfermos y devolviste la vista al ciego, Tú que todo lo puedes, dame salud y vida cada día al despertar, para poder obrar de acuerdo a tu santa voluntad.

Amado Dios, Gracias por darme la felicidad de abrir los ojos para ver tu grandeza reflejada en un bello amanecer y permitirme respirar este aire tan preciado para la vida.

Haz tu voluntad sobre mí y sobre cada ser que habita el mundo y necesita de Ti, por ellos también te pido padre amado.

Te pido que seas Tú guiando mis pasos hoy y cada día de mi vida. Que seas Tú quien me susurre al oído el camino por el que debo avanzar, que libres mi vida de los peligros y que me colmes de dicha y prosperidad; porque confió en tu infinita bondad, porque eres Tú quien camina conmigo y porque donde estás Tú, no falta absolutamente nada, Amén.

“¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?”

PRIMERA LECTURA

Prescripciones sobre la cena pascual.

Del libro del Éxodo 12, 1-8.11-14
En aquellos días, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua’”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115
R/. “Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava”.
• ¿Cómo le pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Levantaré el cáliz de salvación / e invocaré el nombre del Señor. R/.

• A los ojos del Señor es muy penoso / que mueran sus amigos. / De la muerte, Señor, me has librado, / a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R/.

• Te ofreceré con gratitud un sacrificio / e invocaré tu nombre. / Cumpliré mis promesas al Señor / ante todo su pueblo. R/.

EVANGELIO DEL DIA

Los amó hasta el extremo.

Del Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?”. Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos están limpios”.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”.
Palabra del Señor.


Reflexión
Hasta el extremo
Jesús celebra la Pascua con sus discípulos siguiendo los ritos propios de esta fiesta y, a la vez, instaura la celebración de una nueva Pascua, en la cual Él mismo será el Cordero inmolado que se da en sacrificio para la salvación de la humanidad. Él está dispuesto a vivir su hora con la confianza de su libertad divina. Es la “hora” de su amor consumado hasta el extremo. Para dar fuerza a esta decisión personal, incluso a riesgo de no ser entendido por sus discípulos, pone en práctica una acción simbólica impensable –quitarse el manto, ceñirse una toalla y lavar los pies a sus discípulos–, propia de un esclavo y no de un maestro. “Despojarse del manto” denota entregar “todo” por propia voluntad. Y ¿qué es lo más valioso del hombre? Su vida. Jesús entrega su vida, no la arrebatan. Por eso su muerte no es una más que ocurre en el mundo, sino que es la muerte salvadora por excelencia. “Ceñirse”, como lo hacían los antiguos guerreros, implica ganar la batalla de la muerte. Pero Jesús no lucha para no morir, sino para que su muerte tenga sentido y razón. “Lavar los pies”, por su parte, es la entrega de la vida del Maestro a sus discípulos, como signo de amor, cuando tendrían que ser los discípulos los que deberían estar dispuestos a dar la vida por el maestro. Podemos decir, pues, que Jesús va a su propia muerte (donación), representado en el lavatorio de los pies, el servicio total de Jesús por la humanidad, ceñido de paz y amor. Va a morir por todos, por eso lava también los pies a Judas, que representa a los que rechazan el “amor” de Dios. Es el ejemplo perfecto de lo que tenemos que hacer por los demás.
¿Estoy en disposición para hacer realidad el mandamiento del amor?

Oración: Señor Jesús, concédeme la gracia de corresponder al regalo que me haces en la Celebración de la Palabra: amar a Dios y al prójimo. Amén.
Shalom!



miércoles, 28 de marzo de 2018

Evangelio del Día


Oración inicial

Amado Dios, te saludo lleno de alegría en esta hermosa mañana y te doy gracias por la dicha de haber despertado a vivir un nuevo día, que sin duda estará lleno de triunfos, bendiciones y oportunidades para alcanzar mis más grandes anhelos, ser feliz y ayudar a los demás.

Señor, cada nuevo día trae consigo nuevos retos y nuevos desafíos. Te pido que por favor me colmes de voluntad y valentía para vivir esta nueva jornada con alegría y entusiasmo.

Dame humildad para los triunfos y dignidad en las derrotas. En tus manos dejo cada una de mis misiones de hoy, te pido que guíes mis acciones y me ayudes a alcanzar mis propósitos.

Tómame de la mano y por favor avanza junto a mí en este bello camino de la vida, pues si Tú estás conmigo no habrá mal que me derrumbe, envidia que me afecte, ni pruebas que no pueda superar; porque eres Tú quien llena mi existencia de dicha, bendiciones y prosperidad.

Te pido también, amado Padre, que me concedas paz, entendimiento y conciencia, para así poder tener control de mis palabras, mis pensamientos y mis acciones; y a través de ellas edificar, iluminar y sembrar solidaridad y amor entre mis hermanos; te suplico que me conviertas en un instrumento de tu obra.

Eres un Dios maravilloso y me has regalado un hogar maravilloso y una bella familia. Por medio de esta oración nos entregamos a tu sublime protección, todo nuestro ser, nuestra casa y lo que nos has dado estará bajo tu fiel cuidado.

Amado Dios: Nuestra confianza esta en ti y por eso también confiamos en cada uno de los planes que tienes para nuestras vidas. Y aunque a veces no entendemos algunas cosas que suceden, nuestra fe es inquebrantable, porque sabemos que contigo en nuestras vidas, todo siempre saldrá bien, Amén.
“¡Espero compasión, y no la hay!”

PRIMERA LECTURA

No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.

Del profeta Isaías 50, 4-9a
En aquel entonces dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y salivazos.
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado.
Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 

Del salmo 68
R/. “Por tu bondad, Señor, socórreme”.
• Por ti he sufrido injurias / y la vergüenza cubre mi semblante. / Extraño soy y advenedizo, / aun para aquellos de mi propia sangre; / pues me devora el celo de tu casa, / el odio del que te odia, en mí recae. R/.

• La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. / Espero compasión y no la hallo; / consoladores, y no los encuentro. / En mi comida me echaron hiel, / para mi sed me dieron vinagre. 
R/.

• En mi cantar exaltaré tu nombre, / proclamaré tu gloria, agradecido. / Se alegrarán al verlo los que sufren, / quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, / porque el Señor jamás desoye al pobre, / ni olvida al que se encuentra encadenado. 
R/.
EVANGELIO DEL DIA

¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!

Del Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?”. Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?”. Él respondió: “Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discí- pulos en tu casa’”. Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme”. Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: “¿Acaso soy yo, Señor?”. Él respondió: “El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido”. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Acaso soy yo, Maestro?”. Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”.
Palabra del Señor.

Reflexión
¿Nadie está libre de culpa?
 Isaías, con su tercer cántico del Siervo, nos exhorta a abrir los oídos y el corazón para recibir el mensaje que Dios nos quiere comunicar. El contenido del mensaje es una palabra de consuelo. Pero, como sucede casi siempre, no todos reciben bien esta invitación, sino que se rebelan contra el Siervo, que tiene que padecer la violencia y la incomprensión. Esto, sin embargo, no hace que el Siervo dé marcha atrás, pues sabe bien en quién ha puesto su confianza y por eso continúa con su misión. La seguridad del Siervo sirve para afirmar nuestra “esperanza” de que Dios vela por nosotros, nos cuida y nos protege, incluso cuando parece que todo está perdido.
En el contexto de la cena pascual, el Maestro saca a la luz las intenciones ocultas de sus amigos. Al decir que uno de ellos lo entregará, de inmediato surge confusión y autoinculpaciones. ¿Nadie está libre de culpa? En ese ambiente de tristeza y tensión, Jesús ofrece al traidor pan mojado en vino, señal del cuerpo y la sangre que se entregará por la vida de todos. Queda fácil apuntar a Judas y señalarlo como el traidor. Pero, no sería mejor revisar cómo ha sido nuestra fidelidad. También nosotros “escuchamos” la Palabra del Señor y “compartimos” su pan en la Eucaristía, sin embargo, no cambiamos ciertos comportamientos que traicionan la esencia del ser cristiano.
¿Cómo está mi lealtad y fidelidad en el amor al Señor? ¿Cuáles son los intereses y ambiciones que mueven mi vida?

Oración: Señor Jesús, que das la vida por tus amigos, concédeme ser fiel a tu amor; sé el valor absoluto en mi vida por encima de otros valores. Amén.
Shalom!


martes, 27 de marzo de 2018

Evangelio del Dia


Oración inicial



Amado Dios, hoy me acerco hasta Ti, lleno de emoción para decirte: GRACIAS. Gracias por que me permites abrir mis ojos a tu hermosa creación, disfrutar de los primeros rayos del sol, sentir el aire de la mañana en mi piel y prepararme con entusiasmo y mucha voluntad a vivir este día con la confianza de que Tú estás siempre a mi lado.

 Amoroso Padre, te pido que seas Tú siempre a mi lado fortaleciendo mi fe y dándome sabiduría para poder alcanzar siempre mis objetivos.

Dame valor y fuerza de voluntad y si por algún motivo la desilusión pretendiese asomarse por mi vida, ayúdame a mantener intacta mi confianza en Ti, porque solo Tú Señor eres mi salvador y eres quien me toma de la mano y me lleva por verdes campos de triunfo, dicha y reposo.

Señor, te pido que seas Tú cuidándome a mí y cuidando la vida de mi familia en esta nueva jornada. Por favor guíanos en cada una de las actividades que tenemos que realizar, ayúdanos a tomar buenas decisiones y a enaltecer tu nombre en cada uno de nuestros actos. Perdónanos si por algún motivo te hemos fallado y por favor ayúdanos cada día a ser mejores en nuestra fe.

Por mi parte, daré lo mejor de mí con una constancia inagotable y al mismo tiempo pondré mi vida en tus manos con una confianza que no se extingue, pues creo en Ti y en tus promesas. Me pongo en tus manos amado Dios y también pongo en tus manos la vida y la salud de los que amo, mis anhelos y sus anhelos.

Por favor, que en este nuevo día seamos iluminados por tu hermosa luz y que se haga tu voluntad en nuestras vidas, porque tus planes son perfectos y donde Tú estás nunca falta absolutamente nada, Amén.
“Uno de vosotros me va a entregar”

PRIMERA LECTURA

Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.

Del profeta Isaías 49, 1-6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a Él y congregar a Israel en torno suyo –tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 

Del salmo 70
R/. “En ti, Señor, he puesto mi esperanza”.
• Señor, tú eres mi esperanza, / que no quede yo jamás defraudado. / Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; / escucha mi oración y ponme a salvo. R/.

• Sé para mí un refugio, / ciudad fortificada en que me salves. / Y pues eres mi auxilio y mi defensa, / líbrame, Señor, de los malvados. R/.

• Señor, tú eres mi esperanza; / desde mi juventud en ti confío. / Desde que estaba en el seno de mi madre, / yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
 
• Yo proclamaré siempre tu justicia / y a todas horas, tu misericordia. / Me enseñaste a alabarte desde niño / y seguir alabándote es mi orgullo. R/.

EVANGELIO DEL DIA

Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.

Del Evangelio según san Juan 13, 21-33.36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará. Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde”. Pedro replicó: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó: “¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces”.
Palabra del Señor.
Reflexión
“Señor, ¿quién es?”
Mientras Jesús, como verdadero Siervo de Dios y luz de las naciones, habla de su donación total (para que la salvación llegue a todos los rincones de la tierra), uno de los suyos, Judas Iscariote, movido por Satanás, se dispone a traicionarlo. Es increíble que habiendo vivido con Jesús tanto tiempo, viéndole curar enfermos y acercarse a los pecadores, buscar el bien para todos, tenga el valor de abandonarlo, de traicionarlo por un puñado de monedas. Esto pasó porque no llegó a conocerlo de verdad.
En la historia de la humanidad muchas veces se repiten estas traiciones. Aun en las comunidades cristianas que parecen más perfectas, aparecen los egoísmos, la soberbia, la avaricia, la traición, el deseo de poder… qué decir de los demás grupos. Pero no todo es malo. Aprendamos de Jesús: mientras un miembro de su comunidad se aleja para venderlo, Él se entrega totalmente: “Tomen y coman… esto es mi Cuerpo, ésta es mi Sangre”… para la salvación de todos. Perdón total, salvación sin límites. Es necesario tener claro que ninguno de nosotros está libre de traicionarlo o de negarlo. Lo podremos evitar sólo si somos capaces, con fe y esperanza, de descubrir en Jesús el amor de Dios sin límites y aceptarlo como nuestro Señor y salvador.
¿Reconozco en mi vida a Jesús, el Mesías, como la luz que ilumina el camino que me conduce a la salvación?

Oración: Señor Jesús, que ungido por el Espíritu viniste a traer la salvación al mundo entero, dame la gracia de entender tu enseñanza y seguirla con fe. Amén.
Shalom!


lunes, 26 de marzo de 2018

Evangelio del Día



PRIMERA LECTURA

No gritará ni hará oír su voz en las plazas.

Del profeta Isaías 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en ella: “Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 

Del salmo 26
R/. “El Señor es mi luz y mi salvación”.
• El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién voy a tenerle miedo? / El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién podrá hacerme temblar? R/.

• Cuando me asaltan los malvados / para devorarme, / ellos, enemigos y adversarios, / tropiezan y caen. 
R/.

• Aunque se lance contra mí un ejército, / no temerá mi corazón; / aun cuando hagan la guerra contra mí, / tendré plena confianza en el Señor. 
R/.

• La bondad del Señor espero ver / en esta misma vida. / Ármate de valor y fortaleza / y en el Señor confía. 
R/.
EVANGELIO DEL DIA

Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.

Del Evangelio según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: “¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para dárselo a los pobres?”. Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: “Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán”. Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.


Reflexión
Con amigos y enemigos
Casi al final de su paso por el mundo, encontramos a Jesús, el siervo, el elegido, contento, a gusto en casa de “sus amigos”, pese al entorno hostil que se está generando contra Él en Jerusalén (ciudad de paz). No hay miedo ni temor, porque su vida, su fe, su confianza está en las manos del Padre; pues Él lo sostiene. Ha sido enviado, como siervo, para hacer brillar la justicia y el derecho sobre la tierra, devolver la dignidad a los pobres, liberar a los oprimidos, rescatar a los perdidos. Entonces, ¿por qué temer a los enemigos? Si el Padre está con Él, como ha estado siempre y como estará a perpetuidad.
Betania (casa de Dios), para Jesús y, desde entonces, para nosotros, es sinónimo de amistad auténtica. Allí está Marta, la que sirve (acción), Lázaro, el resucitado (vida plena) y María, la del perfume (oración), que representan el amor extremo de amistad. Nuestro corazón debe ser Betania, donde Jesús se sienta en casa, como en el hogar, a gusto, donde pueda descansar. Betania son todos los que sirven, escuchan y ungen; pero, sobre todo, aman y se sienten amados. Desentonando este hermoso ambiente, está también Judas Iscariote, el que, al final, lo entregará. Representa lo contrario de la amistad, la antipatía, la animosidad. Es figura de todo aquel que le da la espalda a Dios. Es el ídolo de la ambición y la traición. Es el que pone al mundo por encima de Dios.
¿Cómo podemos los creyentes ungir y venerar al Señor que sigue estando entre nosotros en los más pobres y excluidos?

Oración: Señor Jesús, recíbeme en tu compañía para ser tu amigo, y así poder servirte, adorarte y dar testimonio de tu amor en el mundo. Amén.
 Shalom!