REFLEXIÓN
En la base del mensaje teológico de la resurrección, presentado por Juan, está el drama humano de la Magdalena, a quien el profundo dolor le quita la capacidad de reconocer la nueva presencia del Crucificado. El gozo de encontrar de nuevo al Amado la impulsa a aferrarse fuertemente a Él, para que no se vaya más. Ese mismo amor que ha hecho que sea reconocida y pueda reconocer a su Maestro, le ha colocado en la misma condición de los apóstoles para ser testigo privilegiado del comienzo de la nueva creación. Es también una forma de sugerir que la resurrección es una acontecimiento verificable sólo mediante el amor. Hablar del amor referido a Dios o a Jesús es un camino difícil de emprender, porque el Amado está siempre oculto, está en acción dentro y fuera de nosotros; pero el amor nos impulsa a ver, escuchar y tocar al Señor; nos hace pasar de ver las señales que permiten creer, a ver al Señor que hace creíble las señales.
¿Qué significado tiene para mí, como cristiano, el amor? ¿Es parte fundamental de mi vida?
Oración: Señor Jesús, por tu resurrección sé que estoy llamado a resucitar; para eso es la vida, para eso he sido creado. Te suplico que seas tú la luz en mi camino.
Amén.
SHALOM!
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