domingo, 9 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY

EL EVANGELIO DE HOY

Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.

Palabra del Señor.

SER MANSOS Y HUMILDES DE CORAZÓN

Jesús, rompiendo con toda clase de preconcepciones sobre Dios, sobre la religión, sobre la cercanía del amor divino y de la gracia, reta a sus oyentes – aunque estas palabras las dirige a sus discípulos– para que definitivamente se abandonen en las manos de Dios Padre. ¿Por qué? Porque se trata de un Dios distinto de como se lo había concebido hasta ahora. No son los sabios ni los poderosos los capacitados para entender más fácilmente al Dios de Jesús, sino los mansos y humildes de corazón.

¿Creemos de verdad en las palabras de Jesús? ¿Acaso el que triunfa, hoy en día, no es el hombre fuerte, el grande, el poderoso?

Oracion: Señor Jesús, tú que nos llenas de paz porque tu yugo es llevadero y tu carga ligera, ayúdame a ser manso y humilde de corazón.

Amén.

SHALOM

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