miércoles, 19 de julio de 2017

Primera Lectura 
Éxodo 3, 1-6. 9-12 

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: "Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, porque la zarza no se quema".

Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: "¡Moisés, Moisés!" Él respondió: "Aquí estoy". Le dijo Dios: "¡No te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada". Y añadió: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob".

Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: "El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios. Ahora, ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel".

Moisés le dijo entonces a Dios: "¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?" El Señor respondió: "Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte".

Reflexion 
Ya en otras ocasiones hemos visto la necesidad de ser miembros ACTIVOS en la construcción del Reino, sin embargo, puede haber aún en nosotros el gran temor que frena muchas iniciativas de evangelización: "¿Quien soy yo para hablar de Dios?". Moisés pasó por el mismo temor. 

Dios escogía, no solo a un hombre que se había enemistado con el faraón, sino incluso a un hombre tartamudo. Esto nos recuerda la palabra de Pablo: "Dios ha escogido lo que el mundo tiene como inservible para humillar a los potentes". Dios te llama hoy a ti a ser como Moisés, como María Santísima, un instrumento en sus manos. No serás tú mismo, sino el poder del Espíritu obrando en ti. 

Es necesario cambiar los ambientes de nuestras escuelas, de nuestras oficinas, de nuestros barrios y muchas veces hasta de nuestras mismas casas. Dios te escoge a ti, con todas tus limitaciones e imperfecciones, incluso con tu pecado, para que, poniéndote en sus manos, puedas llevar la salvación a tus hermanos. No temas, Dios está contigo y siempre lo estará .

Oracion
Señor, sé que muchas veces cuando me has llamado para hacer algo por tu obra he respondido "¿Quién soy yo?", pero hoy te doy gracias porque puedo escuchar claramente tu voz que me dice: "Yo estoy contigo".

Tarea
Todo el día le repetiré a Dios: Aquí estoy Señor, haz lo que quieras de mí y envíame a donde tú desees. 

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