miércoles, 28 de febrero de 2018

Evangelio del Día

“Ahora él encuentra aquí su consuelo”

PRIMERA LECTURA

Maldito el que confía en el hombre; bendito el que confía en el Señor.

Del libro de Jeremías 17, 5-10
Esto dice el Señor: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que no disfruta del agua cuando llueve; vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable. Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos. El corazón del hombre es la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según sus acciones, según el fruto de sus obras”.
Palabra de Dios.
SALMO
 
Del salmo 1
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
• Dichoso aquel que no se guía / por mundanos criterios, / que no anda en malos pasos / ni se burla del bueno, / que ama la ley de Dios / y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.

• Es como un árbol plantado junto al río, / que da fruto a su tiempo / y nunca se marchita. / En todo tendrá éxito.
 R/.

• En cambio los malvados / serán como la paja barrida por el viento. / Porque el Señor protege el camino del justo / y al malo sus caminos acaban por perderlo.
 R/.

EVANGELIO DEL DIA

Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos.

Del Evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: ‘Padre Abrahán, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abrahán le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.
El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abrahán, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me que dan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abrahán le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abrahán. Si un muerto va a decír selo, entonces sí se arrepentirán’. Abrahán repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’”.
Palabra del Señor.
 
Reflexión

¡Pobre rico!
La vida y el destino de un “rico” anónimo y de un “pobre” leproso, encarnan muy bien las dos actitudes que, según Jeremías, el ser humano puede adoptar en su vida: uno, buscar sólo su bienestar, confiar en las cosas materiales y apartar de su corazón al Señor; otro, sólo confía en el Señor, como única respuesta. Mientras el pobre, por su situación, vive apartado de la vida social, dependiendo de la caridad y de las limosnas de los demás, el rico vive despreocupado, celebrando cada día fiestas espléndidas. El contraste no puede ser mayor. Pero la muerte, tarde o temprano, termina afectando a ambos. El pobre es acogido en el seno de Abrahán, donde, según la fe bíblica, van los justos para disfrutar la vida bienaventurada; por otra parte el rico, aparentemente bendecido por Dios en vida, se encuentra en un lugar de tormento. El bienestar se le ha transformado en dolor. Y es entonces cuando pide misericordia, pero ya es muy tarde, para él se ha abierto un “abismo inmenso”. Sabemos, por el sacrificio de Cristo, que rico y pobre se salvan, la condición es lo que hemos hecho por “los más pequeños”. Y la “ley de Moisés y los profetas” nos hablan de misericordia y de responsabilidad hacia los que sufren. Mientras estemos en esta vida tenemos todavía tiempo para ponerlo en práctica. Pues, lo que tenemos que buscar en esta parábola no es una enseñanza sobre el más allá, sino sobre el más acá: ¿qué uso hacemos de los bienes materiales?
¿Vivo según la dinámica del Reino de Dios o según mis criterios?
Oración: Señor Jesús: ayúdame a vencer el egoísmo y la indiferencia ante tantos hermanos que sufren a mí alrededor; que yo sepa servir y amar como tú. Amén.
Shalom!

Evangelio del Día




“¿Sois capaces de beber el cáliz el cáliz que yo he de beber?”

PRIMERA LECTURA

Vengan, ataquemos al justo.

Del libro de Jeremías 18, 18-20
En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí: “Vengan, tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de sus oráculos”.
Jeremías le dijo entonces a Dios: “Señor, atiéndeme. Oye lo que dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque ellos han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido ante ti, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu cólera”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30
R/. “Sálvame, Señor, por tu misericordia”.
• Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, / porque tú eres mi amparo. / En tus manos encomiendo mi espíritu / y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.

• Oigo las burlas de la gente / y todo me da miedo; / se conjuran contra mí / y tratan de quitarme la vida. R/.

• Pero yo, Señor, en ti confío. / Tú eres mi Dios / y en tus manos está mi destino. / Líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

EVANGELIO DEL DIA

Lo condenarán a muerte.

Del Evangelio según  san Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó aparte a los Doce y les dijo: “Ya vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día, resucitará”.
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella respondió: “Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu reino”. Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?”. Ellos contestaron: “Sí podemos”. Y Él les dijo: “Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”.
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Poder contra servicio
En paralelo a la oración de Jeremías: “Señor, atiéndeme… ¿Acaso se paga bien con mal? Porque han cavado una fosa para mí…” –oración del pobre, del que sufre la injusticia, oración que, aunque parezca que cae en “saco roto”, es escuchada por Dios–, con otro matiz, Jesús pronuncia el tercer anuncio de su muerte: “El Hijo del hombre va a ser entregado… para que lo crucifiquen…”, pero hay algo especial que Jeremías no contaba aún: “…resucitará”. ¿Qué pensaban los discípulos en ese instante? ¿Se les encogía el corazón sólo de pensar en todo lo que sufriría el Maestro? Claro que no. En lugar de eso, ellos se enredan en una discusión egoísta sobre quién será el primero en el Reino de los Cielos. En muchas ocasiones también nosotros, en el momento en que Jesús quiere decirnos algo importante o darnos una gracia especial, nos enredamos en nuestros pensamientos egoístas, mundanos, apegados al ansia y al poder. “Que no sea así entre ustedes”. Pues, “frente a los que luchan por alcanzar el poder y el éxito, para hacerse ver, frente a los que quieren ser reconocidos por sus propios méritos y trabajos, los discípulos están llamados a hacer lo contrario”. “El que quiera ser primero, que sea esclavo y servidor de los demás”. Jesús ama a los humildes, a los sencillos, a los que se ponen el “overol” de la caridad, del servicio, de la misericordia, de la compasión… ¿Estoy dispuesto a hacer eso? ¿A beber ese cáliz? Es un buen momento para reflexionar.
 Recuerda, el poder de Jesús no se encuentra en el reconocimiento, sino en el amor. Él reina desde la cruz.
Oración: Querido Jesús, guía mi oración, ilumina mi corazón, para que no sólo comprenda, sino que viva, en todo y con todos, la caridad y el servicio. Amén.
Shalom!

martes, 27 de febrero de 2018

Evangelio del Día




“El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”

PRIMERA LECTURA

Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia.

Del profeta Isaías  1, 10.16-20
Oigan la Palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: “Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 49
R/. Muéstranos, Señor, el camino de la salvación.
• No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, / pues siempre están ante mí tus holocaustos. / Pero ya no aceptaré becerros de tu casa, / ni cabritos de tus rebaños. R/.

• ¿Por qué citas mis preceptos / y hablas a toda hora de mi pacto, / tú que detestas la obediencia / y echas en saco roto mis mandatos? R/.

• Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? / ¿Crees acaso que yo soy como tú? / No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. / Quien las gracias me da, ése me honra / y yo salvaré al que cumple mi voluntad. R/.

EVANGELIO DEL DIA

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

Del Evangelio según  san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’ porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Palabra del Señor.

Reflexión

¿Culto verdadero?

Con amargura, el profeta denuncia la inutilidad de unos ritos formalmente impecables y sobreabundantes por su número o su frecuencia, pero incapaces de suscitar compromisos éticos en quienes los practican. Muy parecido a la realidad de hoy. El Señor aborrece este tipo de culto. El culto agradable a Dios comienza con la conversión personal, esto es, desechando las “malas acciones” y aprendiendo a “hacer el bien”. Poner por obra la justicia y el derecho para con los últimos de la sociedad es el comienzo del culto verdadero. Dios está dispuesto a perdonar y bendecir a quien dedica su vida a defender al oprimido, a la viuda, a abogar por el huérfano.
También en el evangelio aparece un contraste elocuente entre las actitudes que rechaza el Señor y las que aspira ver asumidas por sus discípulos. La crítica contra la incoherencia, ostentación y vanagloria de escribas y fariseos, está dirigida más bien contra el sistema religioso que encarnan, que se había aprovechado de la ley y de la buena fe del pueblo para oprimirlo y sacar provecho. Jesús recomienda a sus discípulos no pretender posiciones de distinción, sino tomar los lugares más humildes y servir a los demás. El problema de hoy, en una sociedad que promueve la competencia feroz, difícilmente queremos ser los últimos y menos aún los servidores de los demás. Y con esas actitudes, ningún culto ni acto piadoso será agradable al Señor. ¡Ojalá cambiemos un día!
¿Será que en ocasiones nosotros  nos interesamos más por el culto y la apariencia que por la justicia?
Oración: Padre bueno, que nuestro testimonio de cristianos sea coherente entre lo que decimos y predicamos y lo que en realidad ponemos en práctica. Amén.

Shalom!

lunes, 26 de febrero de 2018

Evangelio del Día




“Sed misericordiosos como el Padre es misericordioso”

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel 9,4b-10:

Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes.
Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 78,8.9.11.13 R/. “Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados”

No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. R.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R.

Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."

Palabra del Señor

Reflexión

Sé compasivo y misericordioso
Pese a la rebeldía, a la dureza de corazón, a la infidelidad humana, Dios permanece fiel a su alianza y sigue repartiendo, sin medida, su misericordia y compasión. Es más, Él nos sigue hablando a través de los signos que encontramos en la realidad en que vivimos y a través de personas que están atentas a su voz. ¿Quiénes son los profetas que nos están hablando hoy? ¿Qué nos dice el hambre, la guerra, el narcotráfico, la miseria de nuestros pueblos? ¿Qué le tenemos que decir a nuestras autoridades, a quienes nos gobiernan y a los poderosos del mundo? La “compasión” es la expresión más significativa del hombre como imagen y semejanza de Dios. Si en algo se nota que nos parecemos a nuestro Padre Dios, es la solidaridad que sentimos con el sufriente, con su dolor. Pues, “Todo hombre alberga el deseo de ser acogido como persona y considerado una realidad sagrada, porque toda historia humana es una historia sagrada y requiere el máximo respeto”. Por eso, la compasión debe llevarnos a no emitir juicios condenatorios, sino más bien a buscar la conversión del hermano. Y la mayor expresión de la compasión es el “perdón”. Es decir, dejar de lado el deseo de venganza y buscar más bien restaurar la relación fraterna con el otro, reconociendo que es eso lo que nuestro Padre Dios hace con nosotros.
Recuerda, la compasión nos lleva a asumir compromisos concretos para construir la justicia y la fraternidad.
Oración: Sé paciente conmigo, Señor, que tengo tanta soberbia en mi corazón; y, más bien, ayúdame a ser compasivo con los demás, como tú lo eres conmigo.  Amén.
Shalom!

Para profundizar la palabra te recomiendo Visitar: https://jc2v.blogspot.com
                                                                                   y https://jhs28.blogspot.com

domingo, 25 de febrero de 2018

Evangelio del Día




“Escuchadlo”
PRIMERA LECTURA

El sacrificio de nuestro patriarca Abrahán.

Del libro del Génesis  22, 1-2.9-13.15-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abrahán y le dijo: “¡Abrahán, Abrahán!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo como sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré”.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abrahán levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abrahán, Abrahán!”. Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó al carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abrahán desde el cielo y le dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115
R/. Siempre confiaré en el Señor.
• Aun abrumado de desgracias, / siempre confié en Dios. / A los ojos del Señor es muy penoso / que mueran sus amigos. R/.

• De la muerte, Señor, me has librado, / a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava; / te ofreceré con gratitud un sacrificio / e invocaré tu nombre. 
R/.

• Cumpliré mis promesas al Señor / ante todo su pueblo, / en medio de su templo santo, / que está en Jerusalén. 
R/.

EVANGELIO

Este es mi Hijo amado.

Del Evangelio según  san Marcos 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”.
En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”.
Palabra del Señor.
Reflexión

"...Escúchenlo"
Con frecuencia pensamos que Dios pide cosas imposibles, cuando en realidad sólo nos pide que escuchemos su voz, su Palabra.
El problema es que hemos perdido el “arte de escuchar”. En un mundo de ruido y velocidad, encerrados en nuestros propios problemas, nos resulta difícil acercarnos en silencio y con calma al otro (prójimo) para escuchar sus necesidades. En este contexto, tampoco resulta extraño que a los cristianos se nos haya olvidado que ser creyente es vivir “escuchando” a Jesús. Pues sólo desde esa escucha cobra verdadero sentido y originalidad la vida cristiana. Sólo desde la escucha nace la verdadera fe. El famoso psiquiatra Jung decía: “Cuando un enfermo empieza a escucharme o a escuchar a otros… entonces, está ya curado”. La experiencia de escuchar a Jesús puede ser desconcertante, pues su Palabra no encaja con mis esquemas morales, su mensaje contradice mis “dogmatismos” y rompe mis “falsas seguridades”. Se trata de una verdad “difícil” de aceptar. Pero si la escucha es sincera y paciente, hay algo que se nos impone: encontrarnos con Jesús es descubrir, por fin, a alguien que dice la verdad. Alguien que sabe por qué vivir y por qué morir. Alguien que es la Verdad. Entonces empieza a iluminarse nuestra vida con una luz nueva (transfiguración). Comenzamos a descubrir con Él y desde Él cuál es la manera más humana de enfrentarse a los problemas de la vida. 
¿Cómo responder hoy a esa invitación dirigida a los discípulos en la montaña de la transfiguración?
Oración: Oh Dios, dame un corazón que sepa escuchar. Amén.
Shalom!

sábado, 24 de febrero de 2018

Evangelio del Día




“Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen”

PRIMERA LECTURA

Serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios.

Del libro del Deuteronomio 26, 16-19

En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: “El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has oído al Señor declarar que Él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.
Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como Él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso, Él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como Él te lo ha prometido”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118

R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
• Dichoso el hombre de conducta intachable, / que cumple la ley del Señor. / Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas / y lo busca de todo corazón. R/.

• Tú, Señor, has dado tus preceptos / para que se observen exactamente. / Ojalá que mis pasos se encaminen / al cumplimiento de tus mandamientos. 
R/.

• Te alabaré con sincero corazón, / cuando haya aprendido tus justos mandamientos. / Quiero cumplir tu ley exactamente. / Tú, Señor, no me abandones. 
R/.

EVANGELIO

Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.

Del Evangelio según  san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo’. Yo, en cambio, les digo: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen?, ¿no hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?, ¿no hacen eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos como su Padre celestial es perfecto”. 
Palabra del Señor.

Reflexión

Amen a sus enemigos

 “La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos, sino también cuando percibimos alguna antipatía, alguna pequeña enemistad”, dice Francisco, y calza bien para reflexionar el evangelio de hoy: “Amen a sus enemigos…”. En un primer momento, nos pueden parecer absurdas, impensables las palabras de Jesús. Sin embargo, a medida que lo reflexionamos, caemos en la cuenta de que Jesús no podía pedirnos otra cosa. Partimos del hecho de que Jesús ha venido a señalarnos el camino de la salvación, el que conduce al gozo de vivir. Y sabe que nunca llegaremos a esa meta si nuestro corazón anida, así sea una pizca, odio, violencia, desamor hacia cualquier persona, incluidos los enemigos, esos que desean nuestro mal y posiblemente nos lo hayan hecho–. Por eso nos pide “amar a nuestros enemigos”. Tenemos que imitar a nuestro Padre Dios, “que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos”. Dios ama a todos sus hijos, hagan el bien o hagan el mal, aunque siga diciendo que el mal es un mal y que no hay que hacerlo. Por otra parte, para cumplir este precepto, Jesús viene en nuestra ayuda, regalándonos su fuerza amatoria (el Espíritu Santo), para que con su amor recibido, si es que con el nuestro no lo logramos, amemos a nuestros enemigos. “Ya no soy yo quien ama, es Cristo quien ama en mí”. En Cristo y en un cristiano siempre triunfa el amor y nunca el desamor, el odio, el mal.
¿Soy capaz de dar a los demás un poco más de mí, cada día?
Oración: Jesús, ayúdame a crecer en la fe, la esperanza y la caridad, para perseverar en mi esfuerzo por alcanzar la santidad. Amén.

Shalom!