Tú eres mi única esperanza
Hoy
abro mi Corazón a Ti, Jesús mío y toma todo lo que hay en él. También, abro mi
corazón a la esperanza que eres Tú, mi Dios, que nunca fallas y siempre
sostienes al débil, consuelas al triste, ayudas al necesitado, sanas al que
tiene el Corazón herido y Libras al que no tiene esperanza.
Yo soy ese
necesitado y afligido. Ayúdame, Señor y Dios mío. Yo le abro mi Corazón a la
esperanza para obtener la victoria sobre todo mal que impida mi progreso
espiritual y físico.
Amen.
Pidamos perdón al Señor
Salmo 51
Ten compasión de mí, oh Dios, por tu misericordia, por tu inmensa ternura borra mi iniquidad.
6.Contra
ti, contra ti solo pequé y he hecho lo que tú no puedes ver. Por eso tu
sentencia es justa y eres recto en el juicio.
19.El
sacrificio que Dios quiere es un espíritu contrito, un corazón contrito y
humillado, tú, oh Dios, no lo desprecias.
21.Entonces
aceptarás los sacrificios justos -holocaustos y ofrendas perfectas-, entonces
se ofrecerán novillos en tu altar.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz;
desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don que,
entre tus dones, es espléndido; luz que penetra las almas, fuente del mayor
consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en
el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y
reconforta en los duelos. Entra hasta el
fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le
faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega
la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor
de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito, salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén
Cubrámonos con la Sangre de Cristo
Señor Jesús, en tu nombre y con el
poder de tu Sangre Preciosa, sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a
través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos
nuestra casa, todos los que la habitan, las personas que el Señor enviara a
ella, así como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para
nuestro sustento. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos los lugares en
donde vamos a estar este día y las personas, empresas o instituciones con
quienes vamos a tratar. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos nuestro
trabajo material y espiritual los negocios de toda nuestra familia y los
vehículos las carreteras los las vías y cualquier medio de transporte que
habremos de utilizar Con tu Sangre preciosa sellamos los actos, las mentes, los
corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
tu paz y tu corazón reinen el ella.
Te agradecemos Señor por tu Sangre y
por tu Vida ya que gracias a ellas hemos sido salvados y somos preservados de
todo lo malo. Amen
PRIMERA LECTURA
Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados
Lectura del libro de los números 21,4b-9
En aquellos días, el pueblo estaba
extenuado del camino, y hablo contra Dios y contra Moisés: -¿Por qué nos has
sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da nauseas ese pan sin
cuerpo. El Señor envió contra el pueblo serpientes
venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió
a Moisés, diciendo:- Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al
Señor para que aparte de nosotros las serpientes. Moisés rezo al Señor por el
pueblo, y el Señor le respondió: - Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte:
los mordidos de serpientes quedaran sanos al mirarla. Moisés una serpiente de
bronce y la coloco en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, el
miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra
de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 77
R/. “No olviden las acciones del
Señor”
• Escucha, pueblo mío, mi enseñanza, inclina el oída a las
palabras de mi boca: que voy abrir mi boca a las sentencias, para que broten
los enigmas del pasado. R/.
• Cuando los hacia morir, lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios; se acordaban de que Dios era su roca, el Dios altísimo su redentor R/.
• Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían: su corazón no era sincero con él, ni eran fieles a su alianza. R/.
• El, en cambio, sentía lastima, perdonaba la culpa y no los destruía: una y otra vez reprimió su cólera, y no despertaba todo su furor. R/.
EVANGELIO DEL DIA
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.
Del Evangelio según san Juan 3,13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo
a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó
del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea
en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le
entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que
tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino
para que el mundo se salvara por él".
Palabra
del Señor.
Reflexión
¡Cruz de Cristo! ¡Demos Gracias
a Dios!
Hablando sobre la Cruz, San Pablo decía: "La
palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los
redimidos es poder de Dios".
Esto que decía San Pablo parecería que lo está
diciendo precisamente para la gente de nuestra generación, pues la verdad es
que hay muy poco amor a la cruz aún entre los mismos cristianos. Nos gusta el
Cristo resucitado y eso hace que con frecuencia nos olvidemos del Cristo
sufriente. Hoy, son pocas las personas que se siente orgullosas de llevar una
cruz al pecho, no como un adorno sino como el signo que nos identifica con
nuestro Maestro.
Es por ello que hay pocos que se sienten honrados
por una enfermedad, o por un momento de humillación, ya que muchos no saben
reconocer en sus padecimientos una muestra del amor y del poder de Dios
manifestado en sus vidas, juzgándolo como algo despreciable y cuyo origen no
puede ser Dios. La fiesta de hoy nos recuerda que, para nosotros los
cristianos, la cruz nos identifica con el Mesías, y portarla en nuestro pecho
nos recuerda el camino que tendremos que seguir para estar con Él en el cielo.
Shalom!
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