«Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo”». Jn 20, 22
Los que conocen a Cristo y buscan vivir su Palabra son siempre asistidos por el Espíritu Santo. Él es nuestra fuerza motriz, hace arder nuestros corazones, nos motiva al amor, al servicio, a la participación, a desear el bien. Todos los días, el Señor Jesús quiere soplar sobre nosotros y darnos esta gracia que nos renueva constantemente, haciéndonos renacer de nuestras miserias y dándonos fuerza cuando parece que ya todo está perdido. El Espíritu Santo nos inyecta un ánimo nuevo cuando nos visita la tristeza; él nos capacita para la fidelidad a pesar de nuestra debilidad. Ven, Espíritu Santo, sobre cada uno de nosotros. Paz y bien.
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