"El que permanece en mi y yo en el, ese da fruto abundante"
Tú eres mi única esperanza
Hoy
abro mi Corazón a Ti, Jesús mío y toma todo lo que hay en él. También, abro mi
corazón a la esperanza que eres Tú, mi Dios, que nunca fallas y siempre
sostienes al débil, consuelas al triste, ayudas al necesitado, sanas al que
tiene el Corazón herido y Libras al que no tiene esperanza.
Yo soy ese
necesitado y afligido. Ayúdame, Señor y Dios mío. Yo le abro mi Corazón a la
esperanza para obtener la victoria sobre todo mal que impida mi progreso
espiritual y físico.
Amen.
Pidamos perdón al Señor
Salmo 51
Ten compasión de mí, oh Dios, por tu misericordia, por tu inmensa ternura borra mi iniquidad.
4.Lávame más y más de mi delito y purifícame de mi
pecado.
5.Reconozco mi iniquidad, tengo siempre delante mi
pecado.
6.Contra ti, contra ti solo pequé y he hecho lo que
tú no puedes ver. Por eso tu sentencia es justa y eres recto en el juicio.
7.Ya nací en la culpa, y en el pecado me concibió mi madre.
8.Tú quieres la verdad en el centro del alma y en el
centro del corazón me enseñas la sabiduría.
9.Purifícame con el hisopo, y quedaré puro; lávame, y
quedaré más blanco que la nieve.
10.Hazme sentir gozo y alegría, y que dancen los
huesos que rompiste.
11.Aparta tu rostro de mis faltas, cancela mis
pecados.
12.Oh Dios, crea en mí un corazón puro, implanta en
mis entrañas un espíritu nuevo;
13.no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí
tu santo espíritu;
14.dame la alegría de tu salvación y que el espíritu
generoso me mantenga firme.
15.Enseñaré tus caminos a los descarriados, los
pecadores volverán a ti.
16.Líbrame de delitos de sangre, Señor, salvador mío,
y mi lengua exaltará tu justicia.
17.Señor, abre mis labios, y mi boca anunciará tu
alabanza.
18.Tú no quieres ofrendas ni holocaustos; si te los
ofreciera, no los aceptarías.
19.El sacrificio que Dios quiere es un espíritu
contrito, un corazón contrito y humillado, tú, oh Dios, no lo desprecias.
20.Sé propicio a Sión en tu benevolencia, reconstruye
las murallas de Jerusalén.
21.Entonces aceptarás los sacrificios justos
-holocaustos y ofrendas perfectas-, entonces se ofrecerán novillos en tu altar.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz;
desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don que,
entre tus dones, es espléndido; luz que penetra las almas, fuente del mayor
consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en
el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y
reconforta en los duelos. Entra hasta el
fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le
faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega
la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor
de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito, salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén
Cubrámonos con la Sangre de Cristo
Señor Jesús, en tu nombre y con el
poder de tu Sangre Preciosa, sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a
través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos
nuestra casa, todos los que la habitan, las personas que el Señor enviara a
ella, así como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para
nuestro sustento. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos los lugares en
donde vamos a estar este día y las personas, empresas o instituciones con
quienes vamos a tratar. Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos nuestro
trabajo material y espiritual los negocios de toda nuestra familia y los
vehículos las carreteras los las vías y cualquier medio de transporte que
habremos de utilizar Con tu Sangre preciosa sellamos los actos, las mentes, los
corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
tu paz y tu corazón reinen el ella.
Te agradecemos Señor por tu Sangre y
por tu Vida ya que gracias a ellas hemos sido salvados y somos preservados de
todo lo malo. Amen
PRIMERA LECTURA
Se decidió que Pablo y Bernabé fueran a Jerusalén a ver a los apóstoles.
De los Hechos de los Apóstoles 15, 1-6
En aquellos días, vinieron
de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos
que, si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin
se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el
asunto con los apóstoles y los presbíteros. La comunidad cristiana los proveyó
para el viaje, y ellos atravesaron Fenicia y Samaria, contando a los hermanos
cómo se convertían los paganos, y los llenaban de gozo con esta noticia.
Al llegar a Jerusalén,
fueron recibidos por la comunidad cristiana, los apóstoles y los presbíteros, y
ellos refirieron todo cuanto Dios había hecho por su medio. Pero algunos de los
fariseos convertidos intervinieron, diciendo: “Hay que circuncidar a los
paganos y exigirles que cumplan la ley de Moisés”.
Entonces se reunieron los
apóstoles y los presbíteros para examinar el asunto.
Palabra de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo 121
R/. “Vamos
Alegres a la casa del Señor”
• ¡Qué alegría sentí, cuando
me dijeron: / “Vayamos a la casa del Señor”! / Y hoy estamos aquí, Jerusalén, /
jubilosos, delante de tus puertas. R/.
• A ti, Jerusalén, suben las tribus, / las tribus del Señor, / según lo que a Israel se le ha ordenado, / para alabar el nombre del Señor. R/.
• Por el amor que tengo a mis hermanos, / voy a decir: “La paz esté contigo”. / Y por la casa del Señor, mi Dios, / pediré para ti todos los bienes. R/.
EVANGELIO DEL
DIA
El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
Del Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al
sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para
que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he
dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes.
Como el sarmiento no puede
dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no
permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí
y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no
permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo
recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La
gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como
discípulos míos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Fruto abundante
La “mayor gloria” que se puede dar al
Padre es a través de “frutos abundantes” de paz, caridad, solidaridad… Esto nos
configura como discípulos. Y para lograrlo es necesario “permanecer” en Cristo
como el sarmiento en la vid, pues de la unión íntima con Él obtenemos los
medios para vencer las dificultades y avanzar con alegría al “encuentro del
Señor”. Uno de estos medios es, necesariamente, la “oración”, especialmente la
de petición, como la que hace Jesús al Padre, porque cuenta con la confianza y
familiaridad suficientes para pedirle aquello que más necesitamos. Quien ha
madurado en la fe sabe pedir y esperar sin condiciones, con la misma confianza
y familiaridad de Jesús.
Creemos
que para dar frutos solo basta hacer buenas obras, sin tener en cuenta que no
son las obras en sí los frutos de la vid, sino la manifestación del amor de
Dios que vive y circula por nosotros, a través de la unión con Cristo, lo que
las produce y en las obras se refleja. Sería bueno que tomáramos conciencia de
que, por la pertenencia a la vid, cuya savia es la fuerza del Espíritu Santo,
formamos una sola familia que vive solamente por el amor. Es hermoso decir que
somos hermanos, pero lo es más cuando somos conscientes de que formamos una
sola comunidad transmisora del amor de Dios mientras estemos –como los sarmientos–
unidos a la vid y dejemos circular su savia por nosotros. Si el amor circula
poderoso y abundante a través de nosotros, daremos “fruto abundante”.
¿Son mis acciones prolongación de las de
Jesús? ¿Cómo es mi contacto diario con la Palabra de Dios?
Oración: No permitas, Señor, que me separe de ti y me seque, porque entonces mi vida no tendrá ningún sentido. Aliméntame con tu Espíritu. Amén.
Shalom!
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