sábado, 2 de junio de 2018

Evangelio del Día


PRIMERA LECTURA

Dios puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria, gozosos y sin mancha.

De la Carta de san Judas 17.20-25
Queridos hermanos: Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna. A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida.
Al Dios único, nuestro Salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 62
R/. "Mi alma esta sedienta de ti, Señor, Dios mio"
• Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; / de ti sedienta está mi alma. / Señor, todo mi ser te añora / como el suelo reseco añora el agua. R/.

• Para admirar tu gloria y tu poder, / con este afán te busco en tu santuario. / Pues mejor es tu amor que la existencia; / siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.

• Podré así bendecirte mientras viva / y levantar en oración mis manos. / De lo mejor se saciará mi alma; / te alabaré con jubilosos labios. R/.
EVANGELIO DEL DIA

¿Con qué autoridad haces todo esto?

Del Evangelio según san Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?”.
Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”.
Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de Dios, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron?’, y si le decimos que de los hombres…”. Pero como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.
Palabra del Señor.

Reflexión
¿Con qué autoridad haces esto?
La fe no es algo que se nos da dentro de un paquete, completo, cerrado y acabado. No. La fe es un don que, como todo lo que viene de Dios, hay que edificarlo poco a poco, piedra a piedra, asentado sobre los cimientos de la oración y el amor a Dios, de modo que se haga cada vez más fuerte, estable y productivo, pues de nada sirve una fe que no esté puesta al servicio de los demás, viviendo el llamado como seguidores de Jesús. En esto radica la autoridad de la que nos habla el evangelio hoy. Si nos fijamos bien, la autoridad de Jesús, puesta en duda por los poderosos, no es fruto de “cargos políticos” o “ministerios religiosos” sino de la sabiduría divina puesta al servicio de la gente manchada (pecadora) y machacada (oprimida), de las que están al borde del camino (excluidas), de aquellas a las que se considera menos que nada (descartables). Ponernos de parte de esas personas, tomar partido por ellas es lo que nos hace “tener autoridad”. Estar cerca de los que carecen de voz para reclamar sus derechos, de los que carecen todo para vivir, de los millones de seres humanos que tienen que dejar su tierra, su país, por causa de la violencia, la guerra, el odio, la indiferencia… de los que sufren y sufrirán los abusos de aquellos que tienen poder, pero no autoridad, ésa es la gloria de Jesús y ésa es nuestra gloria. No “la gloria y majestad, dominio y poderío” que ejercen los poderosos de la tierra, sino la que nos hace servidores los unos de los otros, como Jesús.
¿De qué manera y con qué actitudes concretas respaldo aquellas verdades de fe que creo de corazón y profeso de palabra?

Oración: Señor Jesús: ayúdanos a tener tu misma libertad interior y respaldar nuestras decisiones y acciones en la coherencia de vida a la voluntad del Padre Dios. Amén.
Shalom

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